La forma más rápida de perder grasa abdominal

Cómo eliminar barriga de forma rápida y segura

No existe ninguna fórmula mágica para reducir la grasa abdominal, pero algunos consejos nutricionales, ejercicios y cambios en el estilo de vida te pueden ayudar.

Con un poco de paciencia y constancia, hay cosas que puedes hacer para evitar la hinchazón y quemar la grasa del abdomen.

¿Quieres saber cómo conseguirlo?

Cómo perder grasa abdominal

Quema más calorías de las que consumes

Intenta comer con un déficit de 500 calorías cada día para perder medio kilo por semana.

Pero no es recomendable tomar menos de 1.200 calorías diarias, ya que puede perjudicar a la función física y mental.

Incorpora ejercicios de alta intensidad

Cuanto mayor sea la intensidad, más calorías quemará tu cuerpo, y continuará quemando después de su entrenamiento.

Hay algunos ejercicios que son especialmente efectivos para quemar grasa del área del abdomen y del resto del cuerpo:

Correr en una pendiente

Si utilizas una cinta de correr, intenta subir la inclinación de la máquina. Correr en una pendiente quema más calorías que correr sobre una superficie plana, y además también conseguirás desarrollar más músculo.

La cantidad de calorías extra que quema en una pendiente depende de la velocidad y el peso. 

– HIIT (Entrenamiento por intervalos de alta intensidad)

En lugar de un entrenamiento de cardio de larga y baja intensidad, el método de cardio HIIT (intervalos intensos y rápidos). Son sesiones de 20 a 30 minutos en los que se trabajan diferentes grupos musculares, y en los que se van alternando durante 30 segundos ejercicios, con descansos en el medio.

Esta forma de entrenamiento cardiovascular aumenta el efecto de postcombustión. Es decir, permite que el cuerpo continúe quemando calorías mucho después de que termine el entrenamiento. 

Aumenta el consumo de fibra

Además favorecer el buen funcionamiento del sistema digestivo, la fibra ayuda a perder peso al hacerte sentir más saciado con menos calorías

Ayuda a evitar el exceso de comida regulando los niveles de azúcar en la sangre. 

Es recomendable ingerir al menos 25 gramos de fibra al día.

No reduzcas los carbohidratos

Aunque puede parecer contradictorio, los carbohidratos, y en particular los almidones resistentes y los carbohidratos complejos, son muy necesarios.

El almidón resistente, que podemos encontrar en alimentos como las legumbres, puede aumentar el metabolismo porque se necesita más esfuerzo para metabolizarlos. Lo mismo ocurre con los carbohidratos complejos, como los que hay en los cereales y las verduras, que además tienen un alto valor nutricional.

Elimina los alimentos procesados

Eliminarás grasa no deseada y proporcionarás a tu cuerpo nutrientes vitales.

Mantén tu estrés bajo control

Cuando estás constantemente estresad@, los niveles de cortisol se disparan.

La hormona del estrés estimula el apetito, por lo que algunas personas estresadas encuentran consuelo en la comida basura.

Duerme lo suficiente

Dormir poco o dormir demasiado puede hacer que el estrés y las hormonas reguladoras estén fuera de control, y puede llevar a un aumento de peso.

La falta de sueño puede aumentar los niveles de grelina (la hormona que promueve el hambre), lo que hace que al día siguiente aumente el apetito.

La reducción del sueño también puede provocar cansancio durante el día y menor actividad física, lo que puede ser otra razón por la cual las personas que regularmente no duermen lo suficiente tiendan a ganar peso

Bebe agua con frecuencia

La deshidratación hace que sea más difícil saber si tienes hambre o simplemente tienes sed.

Un consejo: Cuando tengas tentación de picar entre horas, bebe un vaso de agua y espera unos minutos. Así podrás saber si realmente tienes hambre o no.

El agua también ayuda a que los alimentos se muevan a través de su sistema digestivo, disminuyendo la sensación de hinchazón. 

Nunca te saltes una comida

Si piensas que saltándote una comida ahorras calorías, te equivocas.

Omitir el desayuno o cualquier otra comida, hará que llegues más hambriento a la siguiente comida y que tengas más tentación de tomar alimentos poco saludables.

Estar hambriento también hará que comas más rápido de lo normal, lo que hará que pierdas las señales que indican que estás saciado y hará que comas en exceso.

 

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