Niños aburridos en vacaciones, una realidad de muchos padres
¿Eres de los que llevas a tus hijos al campamento de ajedrez, clases de cocina, escuela de verano o talleres de arte durante los meses de verano? ¿Tal vez a todas ellas?
Hay cientos de actividades para que los niños hagan en sus vacaciones de verano, pero los psicólogos y expertos en desarrollo infantil sugieren que programar demasiadas actividades durante el verano no es necesario y en última instancia, puede confundir a los niños con lo que realmente les interesa.
«Tu papel como padre es preparar a tus hijos a que se abran hueco en la sociedad. Ser adulto significa que dedicas tu tiempo de ocio a hacer cosas que te hacen feliz», dice Lyn Fry, un psicólogo infantil orientado a la educación. «Si los padres se dedican a ocupar el tiempo libre de sus hijos, nunca aprenderán a hacerlo por ellos mismos».
Fry no es el único en señalar los beneficios de aburrimiento. La doctora Teresa Belton, enfocada al estudio de la relación entre aburrimiento e imaginación dice «que el aburrimiento es esencial para desarrollar la motivación interna, que es la que permite la verdadera creatividad».
Y aunque nuestra capacidad para aburrirnos puede haber disminuido con Internet y la tecnología, los expertos han estado discutiendo durante décadas sobre la importancia de no hacer nada.
En 1993, el psicoanalista Adam Phillips escribió que la «capacidad para estar aburrido puede ser un logro evolutivo para el niño». El aburrimiento es una oportunidad para contemplar la vida, en lugar de apresurarnos a través de ella, dijo en su libro «Besos,cosquillas y aburrimiento: Ensayos psicoanalíticos de la vida no examinada». «Los adultos acostumbran a apresurar al niño para que descubra qué le interesa, en lugar de darle tiempo para descubrirlo. El aburrimiento es una parte esencial para conocerse», añadió Phillips.
¿Qué hacer?
Fry recomienda que al comienzo del verano los padres se sienten con sus hijos y hagan una lista con todo lo que el niño quiere hacer durante sus vacaciones.
Pueden ser actividades básicas, como jugar a las cartas, leer un libro, o ir a dar un paseo en bicicleta. También pueden ser ideas más elaboradas, como cocinar una cena de lujo, acudir a una obra de teatro, o practicar la fotografía.
Cuando te venga tu hijo este verano diciéndote que está aburrido echa mano de la lista.
«Pones en ellos la responsabilidad de decir: «Esto es lo que me gustaría hacer», dice Fry. Los padres deben darse cuenta de que el aburrimiento no es una pérdida de tiempo ni se van a deprimir por ello. «No hay ningún problema en que se aburran. De hecho necesitan aprender a aburrirse para conocerse mejor a ellos mismos. El aburrimiento es la chispa que despierta a la motivación. Estar aburrido es una forma de crear niños autosuficientes», añade.
Estas mismas ideas fueron ya propuestas en 1930 por el filósofo Bertrand Russell, que dedicó un capítulo de su libro, «La conquista de la felicidad», al valor del aburrimiento. Escribió:
«Un niño se desarrolla mejor cuando, al igual que una joven planta, se deja reposar en la tierra. Muchos cambios de lugar, mucha variedad de impresiones, no son buenas para los jóvenes, y aprenderán a medida que crezcan a ser incapaces de soportar la fructífera monotonía».
Padres, el aburrimiento no es tan malo como se pensaba. ¡Gracias ciencia pos estos descubrimientos!
Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de escaso valor. Bertrand Russell
Yo como siempre te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea.
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