martes, mayo 19, 2009

Vida social para las personas mayores

Vi un grupo de amigos la semana pasada. El mayor tiene 85 años y el resto del grupo no estamos tan lejos de esa edad. En los años 50 estudiábamos juntos y esta reunión bianual es una excusa para mantenernos en contacto. Nos citamos en un monasterio católico en el cual el resto de la gente también es muy mayor. Uno del grupo había visitado África recientemente y hablo de sus experiencias y de la institución benéfica africano de la cual es miembro. Éramos nueve y creo que era el único que me mantenía despierto mientras hablaba aunque también me entro mucho sueño.

Tenía un portátil con el cual nos intento enseñar fotos pero tenía algunos problemas técnicos los cuales intentamos solucionar sin mucho éxito. Fue conmovedor ver alguien con mas de 70 años todavía comprometido a ayudar a los demás algo que todos nosotros habíamos intentado hacer durante todos nuestras vidas profesionales. Algunos de nosotros hablamos de otros proyectos. Somos jubilados pero no nos hemos retirado totalmente de intentar ayudar a una organización u otra. Hoy ha salido un informe que dice que la gente que sigue trabajando después de la edad de jubilarse tiene más resistencia a la enfermedad de Alzheimer que los demás y estoy convencido que es verdad.

Pero no estábamos allí para intercambiar nuestros problemas de salud o quejarnos sobre el estado de la iglesia aunque hablamos un poco sobre estos dos temas. A veces nos parecía que éramos estos jóvenes con 20 años en cuerpos de ancianos aunque las dificultades de movernos o levantarnos de los asientos lo hacia claro que ya somos mayores y que los días de nuestra juventud permanecen solo en nuestras memorias.

El peligro en cualquier reunión es que el pasado este presente y honorado pero nunca se puede repetir. Solo nos vemos dos veces al año – y creo que es suficiente. La celebración de nuestra amistad es una cosa pero cuando nos conduce a la nostalgia eso es una señal de peligro para mí. Envejecer es real y cuando entere de que la mujer de un amigo se había muerto cuando llegue a casa me hizo recordar que el presente y el futuro es lo que realmente importa.
Bryan

lunes, mayo 11, 2009

¿Una voz silenciosa?

Harriet Harman, la Ministra para Mujeres del gobierno Británico anuncio el otoño pasado que la escritora y presentadora, Joan Bakewell, había consentido ser una ‘voz para la gente mayor’ y actuar como una defensora independiente sobre los asuntos relacionados con los ancianos. La señora Bakewell tiene 75 años y su papel es promover los asuntos relacionados con ser mayor y fomentar el debate público sobre la ley anti discriminatoria. Iba a ser invitado a dar su opinión sobre el desarrollo de nuevas políticas y dar algunos discursos sobre los asuntos más importantes relacionados con la tercera edad. Su papel era importante para los planes del gobierno para su nueva legislatura anti discriminatoria anunciados en Junio del año pasado.

Escribí un blog sobre eso en Noviembre y dije que estaba bastante escéptico sobre la idea y ahora parece que tenía razón. La Convención Nacional de Pensionistas (NCP) invitó a la señora Bakewell para hablar sobre sus opiniones sobre pensiones, el cuidado de los ancianos y otros asuntos importantes. Ella contesto que no pudo asistir debido a otros compromisos. Dijo que mientras admira el trabajo de la NPC no era la única organización implicada en la provisión para los ancianos. El Vice-presidente de la NCP en respuesta dijo que ‘cuando la voz para la gente mayor esta demasiado ocupado para hablar con uno de las organizaciones mas grandes del país que representa la gente de la tercera edad tienes que preguntarte que opinión va a representar’.

La NCP intenta aumentar la conciencia del publico sobre los asuntos que afecta a la gente mayor, su fuerza esta en sus foros locales y un miembro de una de ellas escribió a la señora Bakewell para quejarse sobre su rechazo de la invitación por la NCP. En su respuesta la señora Bakewell dijo que tenía decenas de invitaciones para hablar y añadió que ‘ser la voz de la gente mayor es un trabajo voluntario y también tiene su propia vida profesional’. Entonces la mujer que le había escrito contesto que si no podía hacer el trabajo bien entonces no debería haberlo aceptado.

¿Quien tiene la culpa en esta situación? El gobierno por crear un trabajo sin pensarlo suficientemente o sin la infraestructura necesaria ó la señora Bakewell para aceptarlo?

Jack Jones quien fue presidente de la NCP era un socialista y sindicalista y fue herido cuando lucho contra las fascistas en la guerra civil española murió la semana pasada con 96 años. Fue un visionario e idealista y estoy segura que hubiera tenido algo para decir sobre este asunto.

Bryan

jueves, mayo 07, 2009

‘No creo en Dios’…

….‘Pero le hecho de menos’. Así empieza el último libro de Julian Barnes llamado ‘No hay motivos para tener miedo' lo cual estoy leyendo. El libro esta influenciado por el escritor Francés Jules Renard, y se trata de la inevitabilidad de la muerte, un tema que hasta ahora he evitado hablar en esta serie de blogs. Barnes insiste que su libro no es una autobiografía pero que es un tapiz de memoria y reflexión con referencias constantes a su familia inmediata y en particular su hermano mayor, y siempre con el tema de su actitud sobre su propia muerte.

Los hermanos hablan con cada uno sobre sus experiencias compartidas del pasado. Barnes dice que cuando eres joven la memoria es una experiencia inmediata pero como adultos estamos afectados por aproximación, fluidez y dudas. Cuando somos mayores empezamos a recordar segmentos perdidos de nuestra infancia las cuales llegan a ser más vivos que las memorias de los años más cercanos.

Barnes dice que tiene miedo de la muerte y insiste en que es un miedo racional mientras cuando la gente creía en dios (asume que ya no hay nadie que cree en dios) por lo menos podrías ‘negociar’ la muerte. Dios podría ser un dios vengativo a un dios compasivo. Barnes dice que no puedes hacer lo mismo con la muerte…la muerte no desaparece o cambia y nunca te falla y esta presente los 7 días de la semana.

Barnes mantiene este estilo irónico, ligero y provocativo en su libro y detrás de la mascara parece haber una ansiedad real sobre el final de su vida comparado con la certeza que cree que la gente de fe posean. Con el paso de los años este contrapunto entre tu fe personal y el final de tu vida llegar a ser ineludible. Trabajo voluntariamente para una organización que ayuda a la gente que han sufrido la muerte de alguien querido y no escapo de pensar en mi propia muerte.

Intento ser sincero con mi mismo. Tengo miedo sobre la manera de mi muerte. Como los demás no quiero acabar mi vida con mucho dolor o confusión mental. Quiero que sea conclusivo - el final de una vida interesante donde había trabajo para hacer, gente para querer y ser queridos y una comunidad de fe a la cual pertenecer.

Pero por supuesto el final no se puede arreglar como uno quiere pero la aceptación de su inevitabilidad si. Y creo, pero quizás me estoy engañando, que estoy tranquilo sobre ello.

Bryan