miércoles, noviembre 16, 2005

La tercera edad y la importancia de la amistad

En su libro "Coping with Old Age" (Como asumir la Tercera Edad), Pat Blair escribe "Muchas veces cosas como sentirse querido, deseado y necesitado por otros hacen que seguir viviendo merezca la pena. Sin el contacto con otros seres humanos, los problemas pueden crecer, las enfermedades toman una nueva dimensión y no disponemos de un baremo que nos permita poner en perspectiva nuestros problemas".

Lo malo es que cuando uno envejece, ya no hay tantas personas a su alrededor con las que pueda entenderse y relacionarse. Algunos de nuestros amigos se han muerto. Tal vez has tenido que trasladarte del lugar donde antes vivías a otro. Además, a nuestra edad es más difícil hacer nuevas amistades: ya no tienes compañeros de trabajo, probablemente tengas una vida social menos activa que antes, y desde hace muchos años careces de foros de amistades tradicionales como por ejemplo la puerta del colegio de tus hijos.

Por todo ello, en la tercera edad valoramos especialmente los viejos amigos, y nuestro lenguaje social e historia común nos unen más que nunca.

En los últimos años, Internet nos permite localizar personas con las que hace años perdiste el contacto. También existen todo tipo de clubs, sociedades y asociaciones para la tercera edad en todos los lugares. En la ciudad donde yo vivo, hay tantos clubes de comida para gente mayor gestionados por las iglesias locales, que uno podría comer fuera en uno de ellos cada día de la semana si quisiera. En estos sitios la posibilidad de hacer amigos es tan importante como la calidad de la comida servida.

Además, siempre existe cierta demanda para voluntarios en diversos sectores. En el hospital de mi ciudad, a veces uno no puede ni moverse por los pelotones de simpáticas personas mayores esperando para llevar a pacientes en sillas de rueda a su habitación, atender y ayudar en la cafetería gestionada por una sociedad de voluntarios llamado Hospital Friends, o ayudarte encontrar un rincón escondido del hospital que, sin su ayuda, te sería imposible encontrar. A través del proceso de ayudar a los demás, pueden surgir nuevas amistades.

Un tipo de amistad muy especial es aquel que se forma traspasando generaciones. Abuelos y nietos comparten una afinidad tan especial que debe ser apreciada y celebrada, y si no gozas del privilegio de ser abuelo, tal vez podrías convertirte en "tío" o "tía" adoptiva de un niño. Los miembros de la tercera edad, con nuestras arrugas e historias de un lejano pasado, resultamos muy fascinantes para los niños.

No existen unas reglas sobre cómo hacer amigos aplicables a todo el mundo. Todos somos diferentes, y algunos somos más tímidos que otros. Además, con la edad es cada vez más difícil para muchos de nosotros saber cómo "presentarnos" a otras personas. Estamos más inseguros sobre qué podemos ofrecer a una relación de amistad, y tenemos más miedo ante un posible rechazo.

Tal vez sea difícil hacer amigos. Pero probablemente es más difícil todavía vivir sin ellos.

Bryan

martes, noviembre 15, 2005

Ejercicio para las personas mayores

Uno de los aspectos más alarmantes sobre el proceso de envejecer es que aunque la menta permanezca joven, la energía que antes le acompañaba ha desaparecido. Si eres un atleta natural, verás que ya no tienes la capacidad para ir corriendo a coger el autobus, y mucho menos para competir en un medio maratón. Si siempre te ha encantado pasear, en el campo, por la playa, por las montañas, resulta duro conocer los nuevos límites que te impone la edad.

Sin embargo, todos los expertos coinciden en que el ejercicio es la mejor manera de mantenerse en forma y protegerse ante algunas de las consecuencias más desagradables de la edad. Para las personas mayores el ejercicio no tiene nada que ver con ir a sudar en un gimnasio e intentar que aparezcan músculos en todo tipo de lugares extraños del cuerpo. A nosotros el músculo que más nos debe preocupar y en el que debemos centrar nuestros esfuerzos es el corazón, y debemos mantenerlo fuerte aumentando su actividad.

Michael Beazley en su libro ‘Boosting Your Energy’ ("Dar un impulso a su Energía") dice que si aumentamos nuestra circulación:
  • El cerebro es más activa, y esto beneficia nuestra vitalidad
  • El hígado elimina las toxinas del cuerpo de forma más eficaz
  • Los músculos se fortalecen, dando mayor apoyo al cuerpo
  • El sistema de inmunidad se mejora y somos menos vulnerables a enfermedades
  • El cuerpo libera más endorfinas y enquefalinas que ayudan al cerebro
  • Se queman más calorías
  • Se fortalece el corazón y se mejora la densidad ósea, dándonos mayor protección ante la posibilidad de enfermedades coronarias y osteoporosis.

Beazley ofrece todo tipo de buenos consejos para empezar un programa de ejercicio, como por ejemplo no intentar abarcar demasiado, elegir ejercicios que te gustan, comprar unas zapatillas o botas de andar buenas y cómodas y beber mucho agua.

A raíz de mi operación de corazón, intento asistir a unas sesiones de ejercicio y rehabilitación una o dos veces a la semana. Me sorprendo a mi mismo porque son difíciles y a veces me encuentro haciendo cosas que jamás hubiese contemplado hacer cuando era joven (¡de hecho, habría hecho todo lo posible para evitar hacerlas!). Nuestros profesores nos dicen "Si ustedes no pueden acudir a la siguiente sesión, al menos salgan fuera a pasear". Y parece que eso sea el mejor ejercicio. Piernas y brazos bien ejercitados proporcionan energía y bienestar a todo el cuerpo.

Así que ¿te animas?

Bryan.

viernes, noviembre 04, 2005

Una alimentación sana para la tercera edad

¿Solo un artículo hasta ahora sobre lo que se ha convertido en una gran industria???? Lo interesante es que a pesar de los inumerables libros, los miles de expertos en dietas, la cantidad de programas de televisión humillando a los obesos y las toneladas de "alimentos sensatos" vendidas en los supermercados, lo cierto es que existe un consenso general sobre en qué consiste una sana alimentación. Es importante recordar que existe un vínculo muy estrecho entre una mala alimentación y un deterioro en la salud mental y física de las personas mayores, así que es imprescindible seguir una dieta controlada y cuidadosa.

Un buen principio es el de las cinco raciones diarias de fruta o verdura. Alimentos frescos (en vez de procesados) garantizan que el contenido en vitaminas esté intacto. Y los alimentos integrales ofrecen vitaminas y minerales que son esenciales para nuestro bien estar y ayudan a impedir el estreñimiento.

Si le gusta la carne, es preferible tomarla sin grasa y optar por carne de ave y pescado. También es importante tomar alimentos ricos en proteínas como guisantes, legumbres y lentejas que son imprescendibles para que funcionen bien nuestros músculos y nervios. Debe elegir cantidades reducidos de productos lácteos desnatados que ofrecen calcio para nuestros huesos, nervios y dientes. Si tiene que vigilar su nivel de colestorol, le habrá aconsejado su médico que reduzca la cantidad de todo tipo de grasa animal. De hecho, esto es un buen consejo para todos nosotros.

Los alimentos que debemos tomar con precaución (o eliminar) es carne con un alto contenido de grasa, sobre todo frita. De todos los aceites disponibles, el mejor es el aceite de oliva. Pescados como caballa, salmon y arenque tienen muchas vitaminas y el necesario aceite Omega 3. Reducir los dulces (los niños y los abuelos comparten una tentación para los dulces, tal como mis nietos podrán confirmar). Existe una reciente teoría, que comparto sin reservas, que el chocolate puro es bueno para la salud siempre, claro está, que se toma en cantidades muy pequeñas. Tentenpies como patatas fritas, galletas etc. no resultan aconsejables dado su alto contenido en sal y grasas. Si le gusta comer entre comidas, intente tomar piezas de fruta y pequeñas raciones de frutos secos.

¿Y alcohol? Se aconseja que las mujeres no deben tomar más de 14 unidades de alcohol por semana y los hombres no más de 21. Recientemente unos investigadores divulgaron la teoría que el vino tinto es bueno para la salud, sobre todo para personas con problemas de corazón. Probablemente la mejor bebida para un buen estado de salud sigue siendo el agua, aunque los 2 litros por día que algunos recomiendan parece un poco exagerado salvo que vivas en una region desértica (donde paradógicamente, te será imposible encontrarlo)

Y un último consejo - cuidado con lo que come, ¡pero DISFRUTELO!

Bryan

jueves, noviembre 03, 2005

Confusión al envejecer

Aunque las personas que nos rodean no lo han notado (y es que intentamos esconder nuestra confusión lo máximo que podamos), los que envejecemos sí nos damos cuenta. A veces solo trata de una mala memoria, que describiremos más adelante, pero muchas veces es como un zumbido mental temporal, o una interrupción en la cadena de nuestros pensamientos. ¿Dónde estoy? nos preguntamos. Incluso, a veces, ¿Quién soy?

Un amigo me dijo el otro día: "Cuando me miro en el espejo últimamente, apenas reconozco mi cara. Me parezco más a mi padre que a mí". Yo reconozco la misma sensación. El otro día tuve que luchar para intentar identificar un fragmento de un recuerdo que me estaba preocupando: ¿había sido un sueño? o ¿había sido un hecho real? Mas tarde pude comprobar que había sido un hecho real. Esto puede ocurrir a cualquiera de mi edad, pero conforme nos hacemos mayor, cuando nos ocurre nos preocupa especialmente. Tememos que son signos de un deterioro mental, y tendemos a buscar más signos, incluso cuando no existen.

Nuestro gran miedo evidentemente es que empezamos a sufrir senilidad, demencia o incluso Altzeimer. Pero normalmente, es simplemente que estamos envejeciendo, el pasado siente a veces más real que el presente, y tenemos menos capacidad que antes para adaptarnos a distintas circunstancias. Puede haber otros motivos: tal vez una mala alimentación, un tratamiento médico que no nos sienta bien, un consumo excesivo de alcohol, nuestro cuerpo necesita más calor (somos más propensos a coger una hipotermia) o más agua (somos más vulnerables a deshidratación). O, sobre todo, puede ser que pasamos demasiadas horas solos.

Si la confusión se convierte en un estado más o menos permanente, entonces ha llegado el momento de buscar ayuda médica. Puede ser menos grave de lo que tememos; tal vez sea causado por un problema de nutrición o infección que es tratable. Si estamos realmente preocupados, la bien intencionada ayuda de nuestra familia o amigos que nos aseguran que estamos bien a pesar de todo puede suponer un obstaculo para averiguar la verdad sobre nuestro problema real.

Es preferible comentar su preocupación con un conocido o un amigo cuya respuesta no esté condicionada por el cariño que nos tiene. También puede ayudar si habla con personas que están pasando también por la experiencia de envejecer. Dos veces cada año me reuno con un grupo de mis amigos de la epoca en la que fui estudiante. Nos tambaleamos hacia nuestros reencuentros siempre imaginando que vamos a ver de nuevo aquellos jóvenes que eramos una vez, y sustituyendo rapidamente al llegar la realidad de otra época lejana por aquellos chicos divertidos en los que nos hemos convertido. Y mientras rebuscamos en nuestras memorias, intentando recuperar un nombre o un acontecimiento del pasado, nos miramos atentos, a veces consolados que otros están envejeciendo con menos éxito que nosotros mismos!

En distintos grados y a distintos pasos, todos envejecemos.

Tal vez el mayor antídoto contra la confusión cuando envejecemos es aceptarla (¡lo que personalmente no me resulta nada fácil!). De acuerdo, procesos como vivir y pensar con lucidez ya no son tan fáciles o sencillos como lo eran en el pasado, y tal vez tengamos que inventar estrategias para convivir con ello.

Pero después de todo, ¡supongo que no nos debería de importar tanto!

Bryan