miércoles, abril 12, 2006

Su identidad propia en la tercera edad

Estamos cerca del final de estos blogs sobre envejecer, hemos explorado algunas de las maneras para tratar con ello. En uno de mis blogs comente que a veces casi no reconocemos a la persona en la que nos hemos convertido cuando nos miramos en el espejo y ya no vemos la cara que una vez tuvimos. Bien, no podemos hacer nada pero podemos decirnos que somos la misma persona que antes. Sigues siendo el mismo.

Nos engañamos que no es así. ¿Olvidas los nombres? Quizás no es nada nuevo – ¡igual siempre has tenido este problema! ¿Tienes problemas cuando escribes en el teclado del ordenador? También igual eras así antes. Te cuesta subir una cuesta – ¿desde cuando has sido un deportista?. Tienes que usar el corrector alfabético con el ordenador? Seas sincero – nunca fuiste tan bueno deletreando. Tardas mas aparcando el coche? Tampoco aparcar fue tu talento oculto.

Envejecer enfatiza características que ya existían y nos marcan como la persona que fuimos y que siempre seremos. Las cosas pueden ser diferentes, la velocidad de nuestras vidas ha cambiado y tu mente no es tan ágil como antes; es un nuevo escenario, pero la drama de tu vida sigue. Este persona mayor que eres es la misma que antes.

Quizás no tan guapo como antes, un poco encogido y arrugado. A veces te sientes como un extraño contigo mismo y quizás para los demás. La gente que no te han visto durante un tiempo se quedan sorprendidos – me paso recientemente. Después de no habernos visto durante unos años un amigo mío me dijo ‘no pareces el mismo’ Por supuesto que. Pero todavía soy yo.

Y es así.

Bryan

lunes, abril 10, 2006

Malos recuerdos durante la tercera edad

Estuve hablando con un viejo amigo y me dijo que la perdida de la memoria le asusta. El pasado puede ser un obstáculo, de allí todo tipo de memorias pueden aparecer, algunos no deseadas.

La mayoría no hemos vivido vidas perfectas y muchas cosas que hemos hecho ó no hecho nos hace infelices ó nos da vergüenza. No se pueden ignorar fácilmente. Pueden surgir y a veces del pasado distante, especialmente durante la noche cuando no podemos resistirlas. Estos son los malos recuerdos que no se desaparecen.

Cuando eres mas joven, la vida cotidiana, las responsabilidades y la necesidad de cumplir tus tareas ayudan suprimir el pasado que no quieres recordar. Cuando eres mas joven las oportunidades perdidas, tus debilidades y la gente que has molestado se pueden arrinconar fácilmente. Pero cuando eres mayor tienes mucho tiempo para reflexionar, recuerdes cosas que preferirías haber olvidado o haber hecho algo sobre ellas pero de hecho ya es demasiado tarde.

Había ofendido a una colega. No recuerdo de que se trataba pero un día en la calle donde vivía me grito ‘eres muy maleducado’. Todavía pienso en ello, recuerdo su mirada. Entonces pensé que estaba equivocada, ahora me temo que tenia razón. Tales memorias y otras peores aparecen en la mente y te tormenta y estropea el día.

En algunos religiones confesarse todavía existe. Quizás la idea es buena. No es perdón lo que buscamos, sino un sentimiento de perspectiva sobre nuestro pasado para ayudarnos en los malos momentos. Pocos de nosotros somos malos por naturaleza, pero todos podemos reírnos de nosotros a veces y confesar nuestros equivocaciones y después dejar el pasado en su sito e ir hacia adelante. El futuro puede tener un horizonte limitado para nosotros pero todavía esta allí y nos pertenece.