Ejercicio físico: ¿Por qué nunca alcanzas tus objetivos?

La razón de porqué te cuesta tanto lograr lo que te propones en el deporte

Todos tenemos muy buenas intenciones cuando se trata de ejercicio, pero se quedan en eso, intenciones. Porque luego no las acompañamos de mucha acción. Yo he tenido la intención de ir al gimnasio varias veces y aquí me ves, pero lo mejor es que se lo he dicho a mis amigos y saben perfectamente a qué me refiero porque a ellos les pasa lo mismo. 

alcanzar objetivos en el ejercicio físico

Aceptamos ese estado como normal, pero no deberíamos. Si ni siquiera podemos cumplir con el ejercicio que nos proponemos -que es algo totalmente beneficioso para nuestra salud, entre otras cosas- ¿qué esperanzas tenemos de motivarnos a alcanzar los objetivos que nos proponemos en otras aspiraciones más complejas?

Hace ya tiempo que la investigación encontró una relación entre mindfulness y mejor salud, por lo que un grupo de investigadores se ha propuesto averiguar si el mindfulness podría jugar un papel importante entre sentirse motivado a hacer ejercicio y ponerse a ello. Y de hecho encontraron que cuanto más atención plena (mindfulness) tengamos, más probable es que traduzcamos la motivación por el ejercicio físico en acción. 

El estudio

En el estudio, publicado en la revista Mindfulness, los investigadores preguntaron a 244 estudiantes franceses sobre sus niveles de mindfulness -estar en el momento presente, tomar conciencia de tus pensamientos y emociones, centrarse en el aquí y ahora- en su vida diaria. También les preguntaron qué era los que les motivaba a hacer ejercicio -si es que lo hacían- y qué habían hecho la semana pasada para mejorar su forma física. 

Los resultados

objetivos en el ejercicio físico

La respuesta más común fue la motivación intrínseca. Las personas que se auto-motivan para hacer ejercicio son más propensos a divertirse y sentirse orgullosos de ello. En cambio, para los participantes que contaban con poca atención plena la motivación intrínseca en absoluto se relacionaba con mayor actividad física.  Incluso aquellos que piensan que sudar en el gimnasio es divertido no hacen más ejercicio que el resto si también cuentan con bajos niveles de mindfulness. 

Pero a medida que aumenta la atención plena, la relación entre motivación y actividad física se hace más fuerte. El mindfulness parecía estar no sólo despertando las intenciones de los participantes, también ayudándolos a convertir esas intenciones en acción.

 ¿Qué pasa si tú no eres una de esas personas que encuentra el ejercicio placentero?

A muchos de nosotros no nos hace mucha gracia eso de hacer ejercicio, aunque sabemos que es importante y beneficioso -algo un poco parecido a un tipo de motivación. ¿Puede ayudarnos el mindfulness?

Los investigadores no pueden decirlo con certeza -no investigaron eso en el estudio- pero así es como podría funcionar. El mindfulness implica atención alta y conciencia, lo que nos hace apagar el piloto automático (ese que nos hace estar delante de la tele cada noche en lugar de ir a dar un pequeño paseo, por ejemplo). El mindfulness también implica aceptación, lo que podría amortiguar los sentimientos de fracaso relacionados al ejercicio («¿Para qué voy a empezar ahora? Si ya llevo mucho tiempo que no estoy en forma»). El mindfulness podría ayudar a los deportistas a reconocer sus dudas e inseguridades, pero seguir abiertos a las oportunidades de cambio.  

La investigación futura puede indagar en estos mecanismos exactos y buscar sus relaciones con mindfulness y motivación. ¿Podrían todas nuestras intenciones latentes -comer sano, controlar nuestro temperamento, mantener el contacto con los amigos- activarse con un poco  de mindfulness? Probablemente sí.

Ahora todo lo que tenemos que hacer es motivarnos a nosotros mismos a practicar el mindfulness en primer lugar -si es que no haces todavía-. Ser más conscientes de nuestro interior es una gran herramienta para poder modificar nuestro exterior

«La vida es un baile. El mindfulness es presenciar ese baile» – Amit Ray

Yo como siempre te espero en la próxima. Un saludo y un abrazo, Andrea.

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