La credibilidad de una empresa

Microsoft, Google, Ballmer, Hillary Clinton, Obama… y la credibilidad

Estos días ha saltado la noticia en la prensa económica de todo el mundo de la oferta de compra lanzada a Yahoo por Microsoft. De forma inmediata Google ha lanzado su contrataque calificándola de amenaza para la web y poniendo en tela de juicio la credibilidad de Microsoft en relación con sus prácticas de monopolio que han caracterizado una buena parte de su política de empresa.

La respuesta de Microsoft: “Microsoft is committed to openness, innovation, and the protection of privacy on the Internet” ha sido inmediata. ¿Pero que ha ocurrido en miles y miles de blogs que se ocupan de comentar, analizar o difundir cosas sobre Internet?. De todo. Pero lo que predomina de forma aplastante son las críticas durísimas contra Microsoft y en particular contra su cabeza Steve Ballmer, el hombre que ha mantenido un tono de discurso insultante y agresivo de manera constante y reiterada contra quienes sí estaban comprometidos por la apertura.

Ni Microsoft, ni Ballmer tienen credibilidad para convencer a la red. Google tiene ganada por muchos enteros esa batalla.

La credibilidad y la imagen en la empresa

La credibilidad y buena imagen en una empresa son un activo de primerísimo orden y no es algo que se pueda improvisar o conseguir a golpe de talonario y con buenos asesores de imagen.

Esto es cierto para la empresa y la política. Por mucho que se esfuerzan los mejores asesores en cambiar lo incambiable siempre acaba por aparecer lo que llevamos dentro.

Esto no significa que los asesores de imagen y directores generales de comunicación no se ganen sus sueldos, lo hay y muy buenos.

¿Los tendrá por ejemplo Hillary Clinton?. Seguro que sí. Pero como botón de muestra vean las imágenes que captan en su campaña miles y miles de flashs…
Mientras Obama simplemente seguro que se dedica a poner cara de buena persona… (Le aconsejamos que vean la colección completa).

En la empresa no basta con poner «caras». El juego de intereses de accionistas, trabajadores, consumidores etc es lo suficientemente complejo y relevante como para que el asunto de su credibilidad en el mercado sea un tema de crucial importancia.. Aunque a veces veamos gestores que actúen como si la credibilidad de su empresa les importara un pimiento. Así que algunos directores generales de comunicación les cae un «papelón».


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