La introducción de los nuevos alimentos debe hacerse de forma gradual, con mucha paciencia y sin forzar al niño.
Los alimentos a introducir son:
Cereales.
El primer alimento que puede complementar la lactancia son los cereales ya que su principal componente, el almidón que es tolerado y digerido perfectamente por el niño.
Se suele comenzar con los cereales, mezclándolos con la leche materna o con la de fórmula. Se puede comenzar añadiendo 1-2 cucharaditas/100 ml en el biberón, y cuando el niño se haya familiarizado con su sabor, ir aumentado la cantidad hasta hacer una papilla y comenzar a utilizar la cuchara.
Es importante recordar que los primeros cereales que se le ofrezcan al niños sean sin gluten. El gluten es una proteína que se encuentra en muchos cereales como la avena, el trigo, el centeno, la cebada y el mijo, y que no aparece ni en el maíz y ni en el arroz. El gluten se introducirá no antes de los 4 meses y no más tarde de los 7 meses.
Frutas.
Aporta una gran cantidad de azúcar, fibra, vitaminas y antioxidantes. Se deben emplear frutas carnosas como la la naranja, la manzana, el plátano y la pera.
Se puede comenzar ofreciéndole zumo a cucharaditas, y después pasar a la papilla. Es aconsejable evitar dársela con el biberón, ya que si el niño se acostumbre al biberón con el zumo podría aparecer caries.
Verduras.
Las verduras aportan fibra y vitaminas, y se deben comenzar a ofrecer a partir de los 6 meses en forma de puré. Es mejor comenzar con verduras de color amarillo o naranja que tienen un sabor más suave, como la patata o la zanahoria, y después pasar a las verduras verdes con un sabor un poco más fuerte como los guisantes o las judías.
Carnes.
La carne es un alimento con un alto contenido en proteínas de alto valor biológico, muy necesarias para el crecimiento del niño. Se suele comenzar por el pollo que es más digerible, y después se pasa a las carnes rojas (primero el cordero y después la ternera). Es conveniente alternarlas y mezclarlas con verduras.
Legumbres.
Son una fuente de hierro y calcio, y deben ofrecérsele al niño a partir de los 10 meses.
Pescados.
No debe introducirse antes de los 8 meses. Se debe comenzar primero con el pescado blanco como la merluza y el lenguado, y después pasar al pescado azul.
Huevos.
No debe introducirse hasta los 10 meses, comenzando por yema cocida. A partir del año ya se puede dar la clara cocida se dará a partir del año.
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