La infelicidad de Facebook
Nadie se registra a Facebook para estar triste y solitario. Pero un reciente estudio del psicólogo Ethan Kross de la Universidad de Michigan afirma que así es precisamente como nos hace sentir.
- cómo se sentían los sujetos en general,
- lo precupados y solitarios que eran,
- cuánto habían utilizado Facebook,
- y la frecuencia con que habían tenido interacción directa con otros desde el mensaje de texto anterior.
Kross encontró que las personas cuanto más usaban Facebook entre el transcurso de tiempo de los 2 mensajes, menos felices se sentían. Y su nivel de satisfacción general disminuyó desde el inicio del estudio hasta el final.
Los datos, tal y como comenta Kross, «muestran que Facebook les estaba haciendo infelices».
El resto de investigaciones acerca de la naturaleza alieante de Internet -y Facebook en particular- apoya la conclusión de Kross.
Facebook, ¿nos hace sentir más solos y envidiosos?
En 1998, Robert Kraut, investigador de la Universidad Carnegie Mellon, encontró que las personas, cuanto más usaban Internet, más solitarios y deprimidos se sentían. A partir de que la gente se conectara por primera vez, su sentido de felicidad y conectividad social se redujo, durante 1 o 2 años, en función de la frecuencia con la que usaban Internet.
Otro grupo de investigadores sugieren que la envidia también se ve aumentada por el uso de Facebook. Cuanto más tiempo dedique la persona a navegar por el sitio, sin crear activamente contenido y comprometerse con él, más envidia sentirá.
El efecto, sugiere Hanna Krasnova y sus colegas, es el resultado del fenómeno de psicología social: la comparación social. Y éste se agrava aún más debido a la similitud general de los usuarios de sus redes sociales con ellos mismos: el punto de comparación es con amigos/compañeros afines por lo que ver los logros de los demás duele aún más.
¿Facebook adictivo?
La psicóloga Beth Anderson y sus colegas argumentan que usar la red social puede convertirse rápidamente en algo adictivo. Que viene acompañado de una molesta sensación de negatividad que puede conducir al resentimiento con la red social, pero que a la vez son algunas de las mismas razones por las que nos unimos a ella.
Queremos aprender de otras personas y tener a otros que aprendan acerca de nosotros, pero a través de ese proceso de aprendizaje podemos empezar a resentirnos por las vidas de otros y la imagen de nosotros mismos -la cual sentimos que necesitamos mantener continuamente.
«Puede que la misma cosa que la gente encuentra atractiva es lo que, en última instancia, encuentran repelente»,
dijo el psicólogo Samuel Gosling, cuya investigación se centra en el uso de las redes sociales y las motivaciones detrás del compartir.
Resultados que muestran todo lo contrario: Facebook nos hace más felices
Los argumentos contrarios son igualmente interesantes. En 2009 Sebastián Valenzuela y sus colegas llegaron a la conclusión opuesta de Kross: el uso de Facebook nos hace más felices. También encontraron que aumenta la confianza social y la participación, e incluso fomenta la participación política.
Los hallazgos de Valenzuela encajan perfectamente con lo que los psicólogos sociales han sabido durante tanto tiempo acerca de la sociabilidad. Tal y como Matthew Lieberman argumenta en su libro «Social: por qué nuestros cerebros están diseñados para conectarse», las redes sociales son una manera de compartir, y la experiencia exitosa de compartir viene con tintes psicológicos y fisiológicos que son a menudo auto-refuerzos.
La presencia constante de los medios sociales tiene como resultado un cambio en nuestra forma de ver y leer: pensamos cómo compartiremos algo, con quién y cómo lo vamos a hacer.
La simple idea de compartir éxitosamente algo activa nuestro procesamiento de recompensas incluso antes de que realmente lo hayamos compartido.
La conexión virtual social también puede actuar como un amortiguador del dolor y el estrés. En un estudio del 2009, Lieberman y sus colegas demostraron que un estímulo doloroso duele menos cuando la sujeto está cogiendo la mano de su novio o está viendo su imagen. De alguna manera, la distancia y la obligación a imaginar una representación mental en lugar de vivir una real tiene un efecto anestésico.
La clave para entender por qué es…
Que tantos estudios lleguen a conclusiones tan distintas sobre los efectos de Facebook en nosotros puede residir simplemente en observar qué hace la gente cuando está en Facebook.
«Lo que lo hace complicado es que Facebook sirve para un montón de cosas distintas -y diferentes personas lo usan para diferentes subconjuntos de esas cosas. Y no sólo eso, ellos también están cambiando esas cosas debido a que ellos cambian», indica Gosling.
Un estudio de 2010 de la Carnegie Mellon encontró que cuando la gente participa en la interacción directa con otros -publicar en sus muros, mandar mensajes, darle al me gusta- el sentido de unión y sociabilidad aumenta mientras que el sentido de soledad y tristeza disminuye. Pero cuando los participantes simplemente consumen un montón de contenido pasivamente -observando que publican los otros, sin interactuar- Facebook tuvo el efecto contrario: sus sentimientos de conexión disminuyeron y su sentido de soledad aumentó.
Efectos físicos de usar Facebook
En un experimento no relacionado de la Universidad de Missouri, un grupo de psicólogos encontró una manifestación física de estos mismos efectos.
Mientras los participantes navegaban por Facebook, 4 electrodos colocados justo por encima de sus cejas y justo por debajo de sus ojos registraron sus expresiones faciales en un procedimiento conocido como electromiografía facial. Cuando los sujetos se dedicaban activamente a Facebook, su respuesta fisiológica medía un repunte significativo de felicidad. Cuando navegaban pasivamente, sin embargo, el efecto positivo desaparecía.
Esto se alinea con la investigación llevada a cabo a principios de este año por John Eastwood y sus colegas en la Universidad de York en un meta-análisis de aburrimiento.
¿Qué hace que nos sintamos aburridos y, como resultado, infelices?
¡¡Atención!!
Cuando nuestra atención está activamente comprometida no nos aburrimos; cuando no somos capaces de participar sí que nos aburrimos.
Tal y como el trabajo de Eastwood presumía, junto con lo que la investigación reciente de la multitarea en los medios sociales ha ilustrado, a mayor número de cosas que prestemos atención, menos participación significativa, y por tanto más descontentos estamos.
Ser activo vs. Ser pasivo
«Uno pensaría que podríamos pasar el tiempo entretetiéndonos mentalmente nosotros mismos», dice. «Pero no podemos. Hemos olvidado cómo hacerlo».
Yo, como siempre, te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea.
Yo opino que facebook está bien, pero sin abusar de él. Nunca deberíamos cambiar nuestras relaciones sociales físicas por éstas, a pesar de que nos ayuda a mantenernos conectados. Por ejemplo el whattsapp. No te deja echar de menos a tu pareja o amigos, por el simple hecho de estar conectados y ''necesitar hablar con ella, y si no se habla, yo personalmente, se me pasa por la cabeza el ¿le pasará algo?''. Y creo que es el tema de algunas de las rupturas en las relaciones, pot ejemplo. Un abrazo.
Gracias por tu aportación Alexander. Si es que Internet y todo lo que él conlleva y arrastra es así, un arma de doble filo
-como yo lo llamo a veces. ¿Es Internet malo? Difícil pregunta, ya que gracias a él nos mantenemos informados de noticias reales sin la manipulación de los medios, gracias a él puedo ver a mi hermano que vive en Argentina, gracias a él puedo comprar/vender/intercambiar bienes y servicios de una manera cómoda y segura, gracias a él…Pero también puedo encontrar en él cómo hacer bombas, cómo producir venenos, o ver pornografía infantil (entre otras muchas cosas). ¿Entonces? ¿Es bueno? ¿O es malo? Pues ambas y ninguna a la vez. Internet es un objeto de uso. Y como tal su connotación dependerá del uso que hagamos de él. ¿Los cuchillos son malos o son buenos? Me sirven para cortar alimentos y poder alimentarme de ellos en trozos aptos para mi estómago y garganta, pero también puedo matar a mi vecina con él. Presumimos que las personas, bajo el uso de razón, son las encargadas de ser responsables del uso que hacen de los medios que tienen a su alcance. Las Redes Sociales en sí no son algo malo, en el caso de que hubiera algo negativo sería el uso desproporcionado que muchas personas pueden hacer de ellas, desembocando en consecuencias negativas para esas mismas personas. Es un tema interesante este de las "armas de doble filo"…