domingo, junio 28, 2009

Los errores más comunes en las dietas

Los diez errores que cometen con mayor frecuencia las mujeres que hacen dieta son:

1. Eliminar o restringir los hidratos de carbono: los hidratos de carbono son el combustible preferido del cuerpo porque se pueden convertir rápidamente en glucosa para proporcionar energía. Las pequeñas comidas que incluyen proteínas y carbohidratos ralentizan la velocidad a la que el cuerpo absorbe los hidratos de carbono y proporcionan una energía más duradera.

2. Restringir demasiado las calorías: aunque es necesario que hay un déficit calórico para adelgazar, no hay que reducir el consumo de alimentos tanto como para que el cuerpo se muera de hambre. Esto únicamente disminuye el metabolismo y hace que sea más difícil perder peso. Para perder unos 450g por semana, solo hay que reducir el consumo calórico unas 500 caloría al día, o quemar 250 calorías al día y consumir 250 calorías menos de lo habitual.

3. No comer lo suficiente a lo largo del día: el mejor modo de impulsar el metabolismo y adelgazar es hacer cinco o seis comidas pequeñas al día cada dos o tres horas.

4. Utilizar pastillas para adelgadar y quemar grasa: las muejer suelen querer un éxito inmediato, por lo que suelen caer en los anuncios que prometen un adelgazamiento rápido; no obstante, estas píldoras no sustituyen al ejercicio y a una dieta saludable.

5. No contabilizar las calorías: ¿cómo saber si estamos ingiriendo muy pocas calorías o demasiadas si no las contabilizamos? Calcular nuestras necesidades calóricas diarias en función en nuestros objetivos y compararlas con lo que comemos a diario para averiguar si estamos comiendo mucho o poco.

6. No dormir lo suficiente: estudios recientes indican que la falta de sueño puede incrementar la sensación de hambre y afecta al metabolismo del cuerpo, dificultando el adelgazamiento.

7. Hacer muy poco ejercicio: el modo más saludable de perder peso es con una combinación de dieta y ejercicio. Actualmente, las recomendaciones para los adultos son de 2 horas y media de ejercicio de intensidad moderada, o 1 hora y cuarto de actividad aeróbica de gran intensidad a la semana.

8. Comer los alimentos equivocados: eliminar los dulces, los aperitivos no saludables y los fritos y ponerse a cocinar. Hay cientos de libros de recetas con alimentos saludables.

9. Autocastigarse: en lugar de regocijarse en el sentimiento de culpa o autocastigarse después de un desliz, lo mejor es superarlo.

10. Beberse las calorías: hay una cafetería en cada esquina por lo que la tentación es grande. El problema es que la mayoría de las bebidas comerciales tienen muchas calorías. La próxima vez que nos sintamos tentados, en lugar de beber un refresco, hacer una pequeña comida que contenga proteínas e hidratos de carbono.

Fuente: Examiner
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jueves, junio 25, 2009

Ideas para evitar tentaciones durante una dieta

Trucos para no caer en la tentación de saltar una dieta

1. Respirar profundamente. Cuando estamos estresados o ansiosos, en lugar de abrir una bolsa de patatas fritas, es mejor centrarnos en nuestra respiración. Unas cuantas inspiraciones lentas y profundas por la nariz pueden calmar los nervios. También podemos añadirle un mantra: inhalar paz, exhalar tensión.

2. Personalizar la pizza. Pedir queso light, muchos vegetales y proteínas magras. Eliminar las grasas, no comer la corteza y parar después de uno o dos trozos. Mejor aún: hacer nuestra propia pizza en casa con masa integral.

3. Reducir las raciones. En lugar de comprar una tarrina de medio litro de helado, comprar una caja de mini helados bajos en calorías. Es más fácil controlar las porciones.

4. Mezclar con leche. Si tenemos antojo de chocolate, podemos mezclar un poco de sirope de chocolate con leche desnatada y saborear lentamente cada trago. De paso, estaremos tomando una buena cantidad de calcio.

5. Llamar a un amigo. Cuando queramos pasarnos con las calorías, dejar el gimnasio o comernos una caja de galletas, llamar a un amigo para distraernos hasta que se nos pasen las ganas.

6. Controlar las calorías. Si sabemos que tenemos que contabilizar esa barrita, ración extra de patatas o segunda lata de refresco, nos lo pensaremos dos veces antes de tomarlos.

7. Si no lo vemos, no pensamos en ello. Si algo nos tienta, deshacernos de ello o evitarlo. Eso implica vaciar la despensa de comida basura, cambiar de canal cuando sale un anuncio de ese tipo de comida o seguir una ruta alternativa para no pasar por delante de la pastelería.

8. Alejarnos. Cuando sentimos la llamada de algún alimento que no nos conviene. No sentarnos cerca de la mesa del buffet, encontrar algo que hacer con las manos en las fiestas con cocktails y no dejar que nuestros compañeros de trabajo dejen donuts cerca de nuestra mesa.

9. Lavarnos los dientes. El sabor a menta fresca en la boca borrará cualquier recuerdo de comida. Si no es así, probar un bocado. La pasta de dientes garantiza que cualquier alimento sabrá fatal y se nos quitarán las ganas.

10. Beber agua. Es habitual confundir la sed con el hambre. Cuando sintamos unas ganas imperiosas de picar algo, beber un vaso de agua y esperar 20 minutos. Es probable que el hambre desaparezca o disminuya.

11. Volver a ser un niño. Elegir el menú infantil cuando comamos en un restaurante. Comeremos menos y ahorraremos dinero.

12. Hacer un descanso para tomar el té. Las infusiones y tés aromáticos tienen mucho sabor y apenas nada de calorías. El té contiene también muchos antioxidantes.

13. Ponerlo por escrito. Intentar valorar los pros y contras de una decisión es complicado. Hacer una lista y empezar a contar: ¿Cuántos pros y cuántos contras tiene? Después de eso deberíamos ver más clara la respuesta.

14. Empezar un nuevo hobby. Muchas personas comen cuando están aburridas. Ya sea hacer calceta, jugar al tenis de mesa o coleccionar algo, buscar algo que hacer con las manos y en lo que tener la mente ocupada nos ayudará a evitar las ansias de comer o darnos un atracón.

15. Abandonarse de vez en cuando a la tentación. En un estilo de vida saludable también hay sitio para darse un gusto. Si comemos de forma sensata, economizando las calorías y controlando las porciones, no hay ningún motivo para permitirnos algún antojo de vez en cuando.

Fuente: Sparkpeople
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martes, junio 23, 2009

La dieta de la sopa de repollo

La dieta de sopa de repollo afirma que con ella es posible perder peso rápidamente comiendo una sopa de vegetales basada principalmente en repollo, cebollas y tomates, combinados con algunos otros alimentos. Los alimentos permitidos en la dieta incuyen desde plátanos a un bistec, pero solo en las cantidades indicadas y tomando además la sopa "quemadora de grasas". A pesar de los rumores de que la dieta se creó en un hospital, ningún médico ni hospital reclama la autoría de la dieta.

Esta dieta se hizo popular en los 80, bajo varias denominaciones diferentes. Algunas versiones de la dieta afirmaban que había sido desarrollada para ayudar a adelgazar con rapidez a los pacientes obesos antes de una operación. Todas las variaciones de la dieta tienen un elemento común, el consumo d ela sopa de repollo para evitar el hambre.

Los defensores de la dieta afirman que se pueden perder entre 4,5 y 7,7kg en tan solo una semana de dieta. Puesto que el número total de calorías consumidas al día varía entre 800 y 1.050 diarias, es básicamente una dieta de modificación rápida. Cualquier peso adelgazado mientras se sigue el plan se recuperará tan pronto como se empiece a comer normal. La dieta está diseñada para durar una semana y se recomienda a los que no pierdan el peso deseado en ese tiempo que esperen u poco antes de volver a iniciar el plan. Hay varios sitios Web dedicados a esta dieta, aunque ninguno de ellos está relacionado con ningún individuo o grupo. Uno de los sitios enumera los "pros y contras" del plan junto con testimonios escritos por personas que han probado la dieta. Entre los comentarios negativos, estas personas se quejan de problemas de gases, malestar intestinal y recuperación del peso perdido. Puesto que los alimentos permitidos en la dieta no son fáciles de encontrar cuando se sale a cenar fuera, hay que realizar la dieta en casa.

Definitivamente, la dieta de la sopa de repollo no es una solución "mágica". En un artículo publicado en WebMD, Connie Diekmann, ex-Presidente de la American Dietetic Association, señaló: "Es una solución monótona a corto plazo, con importantes carencias de nutrientes, lo que dará lugar a una pérdida de peso basada principalmente en la eliminación de líquidos y no en la pérdida de grasa esencial que es tan importante para mejorar la salud". A pesar de que la dieta ha pasado de unas personas a otras por fax y correo electrónico desde los años 80, la dieta de la sopa de repollo no es más que otra moda pasajera. Como todas las otras dietas de este tipo, conduce al que hace la dieta al fracaso cuando no pueden ceñirse al plan o recuperan otra vez el peso perdido.

Fuente: Examiner
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jueves, junio 18, 2009

Dietas según el tipo metabólico

A menudo nos preguntamos por qué la dieta o los suplementos que está tomando alguno de nuestros amigos le funcionan de maravilla y a nosotros no. También nos preguntamos qué expertos tienen razón: los que recomiendan seguir dietas ricas en proteínas, ricas en grasas y bajas en hidratos de carbono o los que en cambio aconsejan dietas ricas en carbohidratos y bajas en grasa. O cómo un bestseller afirma una cosa sobre nutrición y otro dice todo lo contrario. El motivo, según un artículo publicado en naturalnews.com, es que las personas tenemos diferentes tipos metabólicos.

En realidad, cada persona es bioquímicamente diferente. Del mismo modo que tenemos unas huellas únicas, nuestros cuerpos funcionan mejor ante diferentes mezclas de grasa, hidratos de carbono y proteínas. Lo que funciona para una persona, puede no funcionar con otra e incluso producir un mal efecto en una tercera. Mucos de los bestsellers sobre dietas y aliemntación que se venden en las librerías están llenos de historias y testimonios de gente que afirma que la dieta les ha funcionado, pero no llegamos a enterarnos del otro 30-50% al que nunca beneficiaron o que incluso se encontraron peor con la dieta. Pero, ¿cómo averiguar qué mezcla de proteínas, grasas e hidratos de carbono es la adecuada para nosotros? La respuesta es determinando cuál es nuestro "tipo metabólico".

Hay unas recomendaciones nutricionales básicas que todo el mundo debe seguir si quiere disfrutar de una salud óptima. Entre ellas se incluyen:

*Gran cantidad de alimentos crudos (fruta y vegetales)
*Pocos cereales, azúcar e hidratos de carbono refinados y de alto índice glicémico de todo tipo.
*Proteínas animales y vegetales de buena calidad
*Una buena proporción de grasas insaturadas frente a grasas saturadas

Sin embargo, lo que difiere de unas personas a otras es la proporción que necesitan de proteínas y grasas frente a los hidratos de carbono para tener una dieta equilibrada.

En líneas generales, hay tres "tipos metabólicos":
- Oxidantes rápidos o del "tipo proteínas"
- Oxidantes lentos o del "tipo carbohidratos"
- Tipo equilibrado

Dietas para el tipo metabólico oxidantes rápidos

A los oxidantes rápidos les suelen ir mejor la dietas ricas en proteínas y grasas. Suelen necesitar proteínas en todas las comidas. También necesitan hacer tres comidas al día y se ponen nerviosos, se deprimen, se marean o se vuelven irritables si se saltan una comida. Los del tipo proteínas son carnívoros y tienden a digerir mal los cereales. Por lo general, la peor comida para ellos es un gran plato de pasta con tomate; tendrían hambre al momento después de tomar este tipo de comida. En cuanto a su personalidad, los oxidantes rápidos suelen pensar con rapidez, a menudo son gente ocupada y tenaz (grandes triunfadores). También suelen estar bastante estresados todo el tiempo.

Dietas para el tipo metabólico oxidantes lentos

A los oxidantes lentos les suelen sentar mejor unos niveles bajos de proteínas y grasa. Un exceso de proteínas o grasa en una comida pueden hacer que se sientan cansados y aletargados. Se les da mejor ser vegetarianos, si eligen esta opción, pero también pueden tomar carnes y pescados más ligeros, como pollo o pescado blanco. Pueden tomar muchos más cereales que los oxidantes rápidos. Los oxidantes lentos se pueden saltar una comida sin ni siquiera enterarse; se pueden olvidar de comer, algo impensable para los oxidantes rápidos. En cuanto a la personalidad, los oxidantes lentos suelen ser despreocupados, gente bastante tranquila y relajada, menos estresada que los del tipo proteínas. Tienen tendencia a padecer de falta de energía, letargo y depresión ocasional o apatía.

Dietas para el tipo metabólico equilibrado

Los del tipo equilibrado pueden comer la mayor variedad de alimentos, porque les sientan igual de bien las comidas ricas en proteínas y grasas que las bajas en este tipo de alimentos. Básicamente, lo que comen no les influye en gran medida en cómo se sienten. Son los clásicos omnívoros, capaces de comer una amplia gama de alimentos. Pueden saltarse una comida, pero lo notan más que los oxidantes lentos. En cuanto a personalidad, son personas equilibradas, relajadas y felices.

Artículo traducido de Natural News
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viernes, junio 12, 2009

Dietas bajas en hidratos de carbono

Un estudio preliminar indica que una reducción modesta en la cantidad de hidratos de carbono ingeridos, sin restricción calórica ni pérdida de peso, parece incrementar la sensación de saciedad, ayudando a la gente a comer menos. Los resultados se han presentado en la 91 reunión anual de la Endocrine Society, celebrada en Washington, D.C.

“Ha habido un gran interés público en las dietas bajas en carbohidratos para adelgazar, pero son difíciles de mantener, en parte debido a la drástica reducción de hidratos de carbono”, señaló la coautora del estudio, la Doctora Barbara Gower, profesora del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Alabama en Birmingham.

En este estudio, financiado por el National Institutes of Health, Gower y sus colaboradores investigaron si una reducción moderada de hidratos de carbono potenciaría la sensación de saciedad más que un nivel de hidratos de carbono comparable al de la típica dieta estadounidense.

Según Gower, en una dieta estándar estadounidense, el 55% de las calorías consumidas diariamente proceden de hidratos de carbono: azúcares, féculas y fibra. Por ello, en la dieta de control utilizada en el estudio, un 55% de las calorías diarias procedían también de hidratos de carbono, en contraste con su “dieta moderada en carbohidratos”, en la que solo el 43% de las calorías procedían de los hidratos de carbono. La dieta moderada en carbohidratos tenía más grasa que la dieta de control –un 39% frente al 27% de las calorías–, de modo que la ingesta de proteínas podía tener el mismo porcentaje. Los investigadores hicieron coincidir la ingesta de proteínas en ambas dietas (18% de las calorías) porque las proteínas pueden influir tanto en la saciedad como en la secreción de insulina.

Los autores asignaron la dieta moderada en carbohidratos a 16 adultos y la dieta estándar a 14 adultos durante un mes. Los sujetos recibieron suficientes calorías como para mantener su peso igual al de antes de iniciar el estudio. Durante el estudio se pesó a los participantes semanalmente, y si uno de ellos ganaba peso o lo perdía, se modificaba individualmente la cantidad de alimentos para que el peso continuara siendo el mismo. Una vez que los sujetos se adaptaron a la dieta durante 4 semanas, tuvieron que pasar una comida de prueba, un desayuno específico de su dieta.

Cuando se digieren, los hidratos de carbono se transforman en azúcar. Antes y después de la comida de prueba, los investigadores midieron los niveles de insulina y de glucosa circulante de los sujetos y les pidieron que valoraran su hambre o saciedad. Se evaluaron la respuesta de insulina a una comida y los niveles de azúcar en sangre debido a que unos niveles más bajos de insulina y unos niveles estables de azúcar en sangre pueden contribuir, según Gower, a una mayor sensación de saciedad.

Su investigación mostró que, incluso sin haber pérdida de peso, una reducción moderada de hidratos de carbono en la dieta fue suficiente para bajar la insulina y estabilizar el azúcar en sangre después de una comida. Las valoraciones de la sensación saciedad fueron más altas en el grupo de la dieta moderada en carbohidratos antes de tomar el desayuno y se mantuvieron durante más tiempo después, en comparación con los participantes de la dieta estándar.

Según Gower: “A largo plazo, una reducción moderada y continuada de la ingesta de carbohidratos puede ayudar a reducir el consumo energético y facilitar el adelgazamiento”.

Fuente: Newswise
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jueves, junio 11, 2009

Perder peso antes de una boda

Consejos para perder peso antes de una boda

Es normal que las mujeres que están a punto de casarse experimenten un ligero aumento de peso tras iniciar un programa de ejercicios, ya que se produce un incremento de la masa corporal, pero eso es lo que les dará el tipo de tono muscular que desean mostrar con su escotado vestido de bodas.

Los expertos afirman que un objetivo de adelgazamiento de unos 450g a la semana es razonable. En el caso de que todavía falten muchos meses para la boda, se recomienda fijarse unos objetivos a corto plazo, como 1kg al mes, en lugar de 10kg antes de la boda; esto permite disfrutar de pequeños éxitos a corto plazo y ayuda a no desmoralizarse.

Para las novias y novios que se van a casar y quieren lograr un adelgazamiento razonable y duradero antes de la boda, se recomienda lo siguiente:
  • Comer porciones más pequeñas.
  • Identificar las fuentes de calorías no nutritivas, como los aperitivos ricos en grasas y azúcar, y limitar su consumo.
  • Incorporar más frutas y vegetales a la dieta diaria. Son muy nutritivos y nos sacian con menos calorías.
  • Elegir productos lácteos desnatados y carnes magras.
  • Procurar que las calorías ingeridas provengan de alimentos y no de bebidas. Una boda es un acontecimiento rodeado de celebraciones y fiestas, por lo que conviene elegir bien las bebidas. Por lo general, las bebidas alcohólicas contienen al menos 100 calorías.
Una vez que las novias o novios toman la decisión de seguir un plan de ejercicio y adelgazamiento, suelen tener éxito; y muchos de ellos adquieren hábitos alimenticios saludables que los acompañan el resto de sus vidas.

Fuente: Web Md
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lunes, junio 01, 2009

Infusiones para perder peso

U gran número de infusiones dietéticas y mezclas han salido recientemente al mercado y muchas afirman que ayudan a limpiar el cuerpo y eliminar los kilos extra no deseados. Algunas de estas afirmaciones pueden no ser verdad y algunas de las medicaciones de adelgazamiento basadas en hierbas pueden no ayudar a la persona a perder peso o incluso dañar su salud.

Sin embargo, también hay ciertos productos naturales, hiervas y alimentos, que tienen la propiedad natural de incrementar la tasa metabólica del cuerpo. Un estudio publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition and Urology ha observdo que algunas infusiones, como el té verde, están consideradas como muy beneficiosas para lograr una pérdida de peso significativa. El estudio indica que la cafeína y los antioxidantes presentes en el té verde son las principales sustancias responsables del aumento del metabolismo corporal.

Beneficios sanitarios de las infusiones adelgazantes

Los tés verdes y otras mezclas de infusiones deberían pasar a formar parte de nuestra dieta si pretendemos lograr una pérdida de peso importante. El té verde es el nombre común de la Camellia sinensis.

Hay también otras hierbas que forman parte de estas infusiones. Estas vienen empaquetadas y etiquetadas por separado o en combinación con el té verde. Algunas de estas hierbas, como la Garcinia Combogi, la Cinnamomum Tamala, la Guggul y las hojas de senna, hinojo y anís, han sido analizadas y se ha observado cómo queman calorías y grasa extra incrementando la tasa metabólica del cuerpo.

Las infusiones ofrecen muchos beneficios para la salud y, además, tienen un gran sabor. La manzanilla calma las molestias del sistema digestivo, además de ayudarnos a relajarnos. El Rooibos también es un antioxidante maravilloso. Las infusiones de menta son aromáticas y constituyen unas mezclas sabrosas. También hay una amplia gama de infusiones, disponibles en la mayoría de las tiendas de alimentación, tiendas especializadas, salones de té y cafés y tiendas de productos naturales. La mayoría de las infusiones no contienen cafeína; el té verde tiene un poco, pero también es saludable.

Como mezclar una refrescante infusión adelgazante

Al preparar las infusiones recordar utilizar siempre agua fresca y evitar utilizar utensilios de cocina de aluminio, ya que es un metal muy suave y tiende a pasar a los alimentos. Los mejores utensilios para las infusiones son el cristal, el hierro fundido, el acero inoxidable o esmalte sin descascarar.

Un colador de té nos permitirá realizar nuestras propias mezclas de hierbas y tés, con muchos sabores distintos, y evitará que nos encontremos trozos de hojas y flores al beber. Hervir el agua, retirarla del fuego y añadir una cucharilla de hierba seca por cada taza de agua. Tapar la tetera y dejar reposar unos 10 minutos. Por último, colar las hierbas y servir la infusión en una taza.
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