Uñas quebradizas en la menopausia

Uñas frágiles y menopausia

Con la menopausia, las uñas también cambian.

Los desequilibrios hormonales y la deshidratación son las causas de que las uñas estén más quebradizas, y aunque puede que no sea el síntoma más grave (o más conocido) de la menopausia, puede resultar bastante molesto.

Una vez que se sabes que estos signos de desgaste de las uñas están relacionados con las hormonas, unos pocos y sencillos cambios podrán ayudarte a evitar que este síntoma se convierta en algo menos problemático.

Te contamos cómo.

Uñas quebradizas en la menopausia

Lo primero que hay que saber.

¿Por qué se dañan las uñas en la menopausia?

Las uñas están hechas de una proteína llamada queratina, y la disminución de los niveles de estrógeno afectan a su producción.

El estrógeno también ayuda al cuerpo a regular la retención de agua, por lo que a medida que los niveles estrógenos descienden, las uñas se secan y es más fácil que se rompan con más facilidad.

El nivel nutricional también afecta al estado de las uñas. Una dieta pobre en calcio hace que las uñas se sequen con más facilidad y hace que estén más quebradizas. La falta de ácido fólico y de vitamina C se asocian a la aparición de padrastros.

¿Cómo mejorar las uñas quebradizas?

Algunas de las medidas que puedes hacer para ayudar a mejorar la salud de sus uñas:

  • Lubricar, nutrir e hidratar son los primeros pasos para solucionar el problema. El aceite de almendras puede ayudar a mantener las uñas suaves y flexibles.
  • Reducir las posibles deficiencias nutricionales. Una alimentación sana y equilibrada mejora los niveles hormonales. 
  • Usar guantes cuando tengas que estar en contacto con el agua, por ejemplo al lavar los platos.
  • Cambios en tu dieta. Los ácidos grasos esenciales, como los que se encuentran en las almendras o el aguacate, son importantes para fortalecer las uñas.

 

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