Hay 2 razones bastante claras que explican la derrota de Hillary Clinton.
Primero: Habilidades emocionales
¿Qué convierte a alguien en un líder?
Más que cualquier otra cosa, alguien que sea capaz de motivar a otros a conseguir una meta. Motivación significa emociones.
Al igual que el carpintero trabaja con sierras y herramientas en la madera, los cirujanos con escalpelos y bisturís en el cuerpo, y los fontaneros con llaves en las tuberías, los líderes trabajan con las emociones en las personas.
Hay una creencia generalizada de que los hombres no muestran sus emociones, pero evidentemente es falso. Piensa en cualquier deportista recogiendo una medalla, como Lebron James cuando recogió su título. El prototipo de masculinidad en el más masculino de los contextos.
Cada músculo emana emoción. Y esa emoción se transmite a los demás, eso es lo que verdaderamente es un gran líder.
Desde que comenzaron las campañas electorales multitud de medios, diarios y cadenas preguntaron a la gente que por qué creían que ambos candidatos se presentaban para la presidencia de EEUU. Todo el mundo podía nombrar las razones de Trump. Tal vez no les gustaran esas razones, pero las conocían.
Nadie podía nombrar las de Clinton. Podían nombrar sus políticas pero no sus motivaciones.
Cuando las personas no conocen tus motivaciones sospechan algo. Saben que quieres beneficiarte de alguna manera.
¿Qué quería Hillary? ¿Poder? ¿Fama? ¿Dinero? Si no les das una razón, pensarán que es porque prefieres esconderla.
Todos los grandes líderes que hemos conocido tenían motivaciones personales. Martin Luther King luchó por la igualdad y libertad que a él mimos le habían negado. Gandhi luchaba por la libertad de su pueblo que él mismo había sufrido. Y Mandela contra el racismo, algo que él mismo vivió en la universidad.
Donald Trump compartió sus emociones. Hillary Clinton no.
Si crees que el liderazgo trata de ser correcto y lógico te equivocas. Convencer a alguien -aunque presentes muy bien tus razones con palabras técnicas y biensonantes- raramente funciona y en ocasiones se vuelve hasta contraproducente. Si quieres dirigir a otros tienes que aprender habilidades emocionales.
Segundo: Tus acciones han de seguir a tus palabras
La integridad es algo fundamental en un líder. Y muchas de las declaraciones de Clinton dejan ver muchos fallos, pero una en concreto ilustra varios:
«No me puedo imaginar a nadie más extraño que la primera mujer presidente de los EEUU. Quiero decir que realmente pensemos en ello».
Esta frase, que ha repetido muchas veces, tiene dos grandes errores, y otros dos más pequeños. El primero es que ella no es una extraña, no viene de fuera ni nada por el estilo. Y además nadie la ve como tal. Pasó 8 años en la Casa Blanca, fue Senadora y Secretaria de Estado.
Sin embargo venció a Bernie Sanders -quien, por cierto, mostró cariño y pasión. Esto la reforzó como alguien con autoridad, alguien que tiene acceso al poder.
El segundo gran fallo fue afirmar que ser mujer es la razón de ser una extraña. En EEUU puede que no haya igualdad de género, pero todo el mundo sabe que en ese país hay mujeres con autoridad y poder.
Mucha gente que se opone a ella no tendría ningún problema con tener a una mujer presidente, pero relacionar su sexo con verla como una extraña (cuando no lo es) da a entender que son sexistas.
Y ellos no se tomarán bien esa implicación. Porque cada vez que uno de ellos llame a Trump sexista se sentirá de algún modo implicado.
Puedes no estar de acuerdo. Puedes pensar que los votantes se están equivocando. Pero ellos no van a votar a tus razones. Van a votar a las suyas.
El primer pequeño error es decir que ella no puede imaginarse siendo más que una extraña. A cualquiera que no la vea como tal, está dando a entender que le falta imaginación.
El segundo pequeño error es el tono condescendiente de «Quiero decir realmente que pensemos en ello». Muchas personas lo pensaron. Y llegaron a las conclusiones contrarias. Esta frase sólo la aleja de sus votantes.
En resumen: Cómo liderar
Con respecto al liderazgo, en el área de habilidades sociales Hillary ha mostrado poca destreza, ocultando más de lo que reveló. Por el contrario Donald Trump mostró mucha pasión.
Hillary no fue capaz de relacionar sus acciones con su identidad. Y algo básico que debes saber si quieres liderar es que:
- Debes aprender a manejar y comunicar tus emociones.
- Debes mandar un mensaje coherente con tu identidad y acciones.
La forma en que actúas y te comunicas es tan importante para liderar como el mensaje que mandas. Y sino, basta con que vuelvas a echar un vistazo a los debates y aportaciones de ambos candidatos.
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