Uno de los compuestos más eficaces para repeler a los insectos es la benzamida dietil-3-metil (DEET). Cuando se aplica sobre la piel, una pequeña cantidad de esta sustancia puede ser absorbida y pasar al torrente sanguíneo.
No hay ningún estudio sobre los riesgos de la exposición a DEET durante el primer trimestre de gestación, pero si que hay investigaciones que han demostrado la falta de efectos adversos en el uso moderado de DEET en el segundo y tercer trimestre del embarazo.
Repelentes de insectos seguros para embarazadas
Existe la posibilidad de usar repelentes de insectos naturales, como el aceite de citronella o el aceite de lavanda. Estos repelentes no son tan eficaces como los que poseen en su composición química DEET.
En el mercado también se pueden encontrar repelentes mixtos, es decir una combinación entre un repelente natural, como el aceite de eucalipto, y DEET en una menor concentración.
Dado que no hay evidencia de que su uso represente un peligro para la salud del feto, y que muchas veces las picaduras de algunos insectos puede provocar enfermedades muy graves como la enfermedad de Lyme que transmiten algunas garrapatas o la malaria que transmite la picadura de los mosquitos, se recomienda la utilización de repelente de insectos durante el embarazo para reducir el riesgo de enfermedades transmitidas por insectos, sobre todo en zonas donde exista la presencia de estos animales.
Algunos consejos sobre el uso de repelentes para insectos en el embarazo:
- Reduzca la cantidad de piel expuesta a las picaduras con ropa, gorra, pañuelo,…
- Aplique el repelente con moderación en la piel expuesta. Más producto no significa más protección.
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Cuando sea posible, aplicar el pesticida en la ropa en lugar de directamente sobre la piel.
- Elija un producto con una menor concentración de repelente.
- Repita la aplicación sólo si se necesita un tiempo de protección más largo.
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