Qué dura es a veces la vuelta al cole. Nuevo curso, nuevos compañeros y profesores, más actividades y asignaturas más complejas.
Esta conversación de madre/padre a hij@ te ayudará a transmitir idea y consejos que a otros nos habría gustado escuchar siendo niños.
Ey cariño.
Mañana es un gran día. Tercer curso -wow!-.
Dani, cuando yo iba a tercero había un niño en mi clase llamado Pablo.
Nunca hablé con Pablo, ni una sola vez. Nunca le invité a sentarse a mi lado en el almuerzo o a jugar conmigo en el recreo. En su lugar, él se sentaba y jugaba con sus cosas. Debió de sentirse muy solo.
Todavía pienso en Pablo todos los días. Me pregunto si él se acordará de mí. Probablemente no. Apuesto a que si le hubiera pedido jugar, aunque sólo fuera una vez, hoy me recordaría.
Creo que la vida pone a personas en nuestro camino como regalos. Los niños y niñas de tu clase de este año son regalos que la vida te ha concedido. Así que por favor trátalos como regalos. A todos y cada uno.
Cariño, si ves a un niño que se queda fuera, le hacen daño o se burlan de él, una pequeña parte de tu corazón te dolerá un poco. Tu padre y yo queremos que confíes en ese dolor. Queremos que toda tu vida seas consciente y confíes en ese dolor de corazón. Ese dolor en el corazón se llama compasión y es una señal para que actúes. La vida te está diciendo «¡Dani! Despierta, haz algo para ayudar».
No te asustes cada vez que sientas compasión, sino todo lo contrario. Es una señal de que la vida confía en ti para que hagas de este mundo, tu mundo, un lugar mejor.
La compasión podría llevarte a decirle a un acosador que pare y luego pedir al niño objeto de burlas jugar al fútbol. Puedes invitar al niño que se sienta a tu lado en clase sentarse contigo en el almuerzo. Puedes elegir el primero para tu equipo a un niño que suele ser al que escogen el último.
Estas cosas pueden ser difíciles de hacer, pero puedes hacer cosas difíciles.
A veces sentirás compasión pero no podrás intervenir de inmediato. Y eso está bien también. Puedes optar por decírselo a tu profesor y luego a nosotros. Estamos en tu equipo -estamos en el equipo de toda la clase. Pedir ayuda para alguien que está siendo dañado no es chivarse, es hacer lo correcto. Si alguien de tu clase necesita ayuda, por favor, dímelo. Haremos un plan para ayudarlo juntos.
No ignores ese dolor en el corazón. Ojalá yo no lo hubiera ignorado cuando lo de Pablo. Lo recuerdo perfectamente, recuerdo sentir compasión, pero elegí el miedo y no la compasión. Ojalá no lo hubiera hecho. Pablo podría haber tenido un amigo con el que jugar, y yo también.
No te mandamos al colegio para convertirte en el mejor en nada. Ya te amamos tanto como es posible. Así que no tienes que ganar nuestro amor u orgullo, y son cosas que nunca podremos perder. Eso es así.
Te enviamos a la escuela para practicar el ser valiente y amable.
Yo como siempre te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea.