¡Nunca sacudas a un bebé!

Las sacudidas violentas pueden producir lo que se conoce como síndrome del bebé sacudido.

El síndrome de bebé sacudido es una forma clara y grave de maltrato infantil, que puede tener consecuencias muy graves para los niños como son lesiones cerebrales internas.
Los bebés y los niños pequeños tienen los músculos del cuello demasiado débiles para controlar el peso de la cabeza. Si se les sacude, la cabeza se zarandea rápidamente hacia adelante y hacia atrás, haciendo que el cerebro se golpee contra la pared del cráneo. Esto puede causar graves daños cerebrales, que pueden durar para siempre, y en algunos casos puede incluso causar la muerte del niño.
 

Por qué no debes sacudir nunca a un niño.

Sacudir a un bebé puede provocar daños cerebrales, pérdida del conocimiento, convulsiones, epilepsia ceguera, parálisis cerebral, problemas del habla o de aprendizaje, daño en los huesos u órganos como corazón, hígado, pulmones o riñones.
Los bebés lloran para comunicarse.
Un bebé que llora puede tener hambre, el pañal sucio, estar cansado, sentirse incómodo, tener demasiado calor o demasiado frío, estar asustado, sentirse solo, nervioso, aburrido, dolor, enfermo, o tener algún problema de dentición o cólicos.
Cuando un bebé no deja de llorar es normal sentirse frustrado y enojado.
En estos casos lo mejor es intentar calmarse antes de hacer algo que puede tener consecuencias muy graves.
Puede ser útil alejarse del llanto del bebé durante unos minutos, dejar al niño en un lugar seguro y salir unos instantes de la habitación, salir a la calle, caminar, llorar, hablar en voz alta,… son algunas de las cosas que pueden hacerte liberar todo el estrés y la angustia que te genera oir el continuo llanto de tu bebé.
También es una buena idea dejar al bebé a cargo de alguna persona responsable mientras te tomas un breve descanso.
¡Nunca sacudas a un bebé!
 
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