En 2007 los investigadores de la Universidad de Oxford encontraron algo impresionante. Después de comparar cerebros de recién nacidos con los de adultos normales se dieron cuenta que el adulto promedio tenía un 41% menos de neuronas que el recién nacido promedio.
Si los bebés tienen más neuronas, ¿por qué los adultos son más inteligentes?
Antes de nada vamos a ver qué pasa aquí porque esto está muy relacionado con la construcción de nuevos hábitos.
El poder de la poda sináptica en la construcción de nuevos hábitos
La poda sináptica es un fenómeno que ocurre a medida que envejecemos. La idea básica es que tu cerebro poda las conexiones entre neuronas poco utilizadas y las acumula en las conexiones más utilizadas.
Por ejemplo, si tocas el piano durante 10 años tu cerebro va a fortalecer las neuronas musicales. Cuando más lo toques, más fuertes se harán sus conexiones. Y además, no sólo se hacen más fuertes; también se hacen más rápidas y eficientes. A medida que tu cerebro construye conexiones más fuertes y eficientes, tú puedes expresar tus habilidades con mayor facilidad y experiencia.
Es un cambio biológico que ayuda al desarrollo de las habilidades. En el caso de que no toques el piano, el cerebro poda esa conexiones no utilizadas y las asigna a la construcción de otras habilidades para la vida.
Esto explica la diferencia entre los cerebros de los recién nacidos y los cerebros adultos.
Los bebés nacen con cerebros que son como un lienzo en blanco. Todo es una posibilidad, pero no tienen conexiones fuertes en ningún lugar. Los adultos, sin embargo, han podado una parte de sus neuronas pero tienen conexiones fuertes que les permiten desempeñar habilidades.
¡Ahora viene la parte divertida! Hablemos de cómo la poda sináptica juega un papel importante en la construcción de nuevos hábitos.
El hábito apilado
La poda sináptica ocurre en cada hábito que creas. Probablemente tienes hábitos muy fuertes que haces cada día.
Por ejemplo, tu cerebro es posiblemente muy eficiente para recordarte que tienes que ducharte por la mañana, prepararte un café, subir las persianas cuando sale el sol…y miles de otros hábitos que haces a diario. Puedes aprovecharte de estas conexiones para construir nuevos hábitos.
¿Cómo? Apilándolos en la parte superior de un hábito actual. Se le llama apilamiento de hábitos por eso mismo: apilas tu nuevo hábito en la parte superior de un hábito actual.
Debido a que el hábito está fuertemente conectado a tu cerebro ya, puedes agregar un nuevo hábito a esta rápida y eficiente red en lugar de crear otra nueva desde cero.
Ejemplos del apilamiento de hábitos
Para utilizar el apilamiento de hábitos sólo has de completar esta frase (y obviamente llevarla a cabo): Después/ Antes [HÁBITO ACTUAL], haré [NUEVO HÁBITO]. Algunos ejemplos:
- Hábito para meditar: Después de prepararme mi café de la mañana, voy a meditar durante 1 minuto.
- Para hacer ejercicio: Antes de mi ducha de la mañana, voy a hacer 10 flexiones de brazos.
- Usar hilo dental: Después de lavarme los dientes, voy a usar hilo dental.
- Hábito de la gratitud: Antes de pegar mi primer bocado a la cena, voy a decir algo por lo que esté agradecido de este día.
- Hábitos de estar en contacto: Después de volver de mi hora del almuerzo, voy a mandar un correo electrónico a alguien con quien quiero quedar.
- Hábito de los estiramientos: Después de terminar mi serie de sentadillas, estiraré mis tendones.
Tienes patrones y comportamientos que se han ido fortaleciendo con los años. Al vincular tus nuevos hábitos a un ciclo ya integrado a tu cerebro haces más probable que esta nueva conducta se agregue sin problemas.
El siguiente paso
Para empezar simplemente escribe una lista de los hábitos actuales que haces cada día (incluso lo más aburridos). Luego escribe una segunda lista con los hábitos que deseas comenzar. Por último, escoge un hábito nuevo y elige el lugar adecuado para apilarlo.
Para terminar
Es necesario que te asegures que tus hábitos apilados son de una magnitud apropiada. Tu nuevo hábito necesita ser pequeño al principio e ir aumentando de magnitud a la vez que tu apilamiento de hábitos va dando sus frutos.
Interesante, ¿verdad? Pues compártelo para que el resto del mundo sepa cómo ser mejor cada día. Deja tu comentario compartiendo tus reflexiones y mientras yo, como siempre, te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea.
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