Ya he mencionado que asisto a clases de rehabilitación cardiaca dos veces por semana. La mayoría de la gente que asisten a las clases son hombres y rompen el mito que son las mujeres que hablan todo el rato. Las primeras veinte minutos de la clases andamos, corremos y hacemos varios ejercicios diferentes. Hablamos tanto entre nosotros que apenas se oye la voz de la instructora (ya conocemos la rutina de todas formas).
Esta noche me encontré al lado de David. Sin aviso me dijo ‘esta es la mejor época de mi vida’. Y yo le conteste diciéndole que hace poco estuvo ingresado en el hospital sufriendo de neumonía’. Le pregunte porque pensaba así y me dijo que era porque no tenia responsabilidades, aunque siempre estaba ocupado viviendo con su hija y nieta y cuidando la casa.
Esto me parecía increíble porque cuando empecé las clases de rehabilitación y conocí a David me preocupaba mucho. Solía tener que parar muchas veces para respirar y descansar y cuando teníamos que hacer ejercicios en las maquinas el hacia lo mínimo porque le faltaba energía. Sigue pareciendo un hombre enfermo pero poco a poco me he dado cuenta de que eso es normal para el. Sean lo que sean sus problemas de salud estos son sus mejores años. David tiene 85 años.
Pienso en David y lo comparo con mi conocimiento de la gente mayor y con lo que observo en mismismo. La cuestión de disfrutar de la vida y la falta de responsabilidades es interesante. Después, David se dio cuenta de lo que había dicho y me dijo que de hecho el era responsable de cuidar la casa y asegurar de que todo estaba en orden. Para mi, estoy contento de que ya no tengo que contestar a una organización, aunque a veces me siento culpable o me arrepiento de que todo funciona muy bien sin mi.
Creo que debería ser maravilloso ser tan positivo ante los últimos años de vida, debería hacer lo mismo – no solo para mi sino también para mi familia que tiene que escuchar todas mis frustraciones.¿Como reaccionar antes el síndrome de David?
B.R