La gradual ampliación del papel de los Estados en sus economías y el continuo déficit presupuestario está llevando a algunos países a un círculo vicioso de deuda que pone en duda su futura estabilidad.
En particular, estimamos conveniente prestar atención a las siguientes conductas:
- La falta de responsabilidad fiscal es un contexto de crisis económica y pérdida continuada de competitividad internacional.
- El riesgo moral derivado de la socialización de las pérdidas de los bancos privados que, continuamente, suscriben la deuda pública de los Gobiernos, creando un círculo vicioso destructivo en donde la sociedad es quien finalmente asume el riesgo real de las decisiones de políticos y banqueros.
- La sumisión de las políticas monetarias de los bancos centrales (en general) y del Banco Central Europeo (en particular), alentando el peligroso crecimiento de la deuda pública y privada: rebajas en los tipos de interés y compra de deuda pública. Aunque a corto plazo ha servido para mitigar el riesgo sistémico, esta actuación de las autoridades monetarias ha suprimido la necesaria disciplina de mercado (precio real del riesgo asumido) y la responsabilidad fiscal de los Estados (estabilidad presupuestaria).
- La excesiva cobertura pública de los riesgos de determinadas inversiones privadas en infraestructuras, como autopistas, aeropuertos hospitales o desaladoras, que han reducido los incentivos para una eficiente gestión privada y el traspaso final de deuda corporativa a deuda pública.
Estas conductas están generando una continua ineficiencia de los escasos recursos disponibles y un círculo vicioso de crecimiento de deuda pública que son claros signos de los actuales (y futuros) problemas económicos y financieros de algunos países desarrollados.
A pesar de la supuesta “mejoría económica” comunicada recientemente por el Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea, en la tendencia de algunos países de la Unión Europea existen importantes motivos para mantener una alta preocupación. En especial, de España.