Ésta es una de las principales conclusiones del economista francés Thomas Piketty en su libro Le capital au XXIe siècle.
Tras el análisis de la evolución histórica de la renta y la riqueza en 20 países durante más de 300 años, el autor pronostica que, si no se implantan importantes politicas fiscales sobre las grandes fortunas, la desigualdad podría aumentar hasta alcanzar los niveles del siglo XIX, cuando el 10% de la población acumulaba el 90% de la riqueza total.
El Fondo Monetario Internacional también ha alertado recientemente sobre la creciente desigualdad, pero «no se pronuncia» sobre la existencia de los paraísos fiscales, la competencia entre las jurisdicciones para atraer capitales mediante una mínima tributación, el incremento imprudente de la deuda pública de los países desarrollados y el recorte de los derechos sociales.
Finalmente, Oxfam Intermón acaba de publicar un informe titulado Secuestro democrático y desigualdad económica en el que señala que «la creciente desigualdad afecta a la estabilidad social de los países y supone una amenaza para la seguridad en el ámbito mundial«.
¿Dónde está el límite de esta desigualdad? No lo sé, pero me preocupa.
Crédito de la imagen: www.institutionalinvestor.com
Autor del post Ramón Pedreño, licenciado en ADE y Máster en Tributación, Socio en EMDER, Derecho y Empresa, y Asesor estratégico y financiero en IT&IS |
Y te digo más, también Oxfam Intermon ha puesto de manifiesto el importante desequilibrio de nuestro sistema fiscal en el que el 90% de la recaudación proviene de los trabajadores (clase media-baja), y solo el 10% de las grandes empresas y fortunas…
Hace falta mucha voluntad política para detener el ritmo de la desigualdad: nacional e internacional. En una cumbre histórica del G-20 en noviembre de 2008 (tras la caída de Lehman Brothers) se emitió un comunicado manifestando la necesidad de eliminar los paraísos fiscales y regular la banca en la sombra. Si después de 6 años de la peor crisis financiera desde 1930 no se ha hecho nada, poco podemos esperar de la actual voluntad política. Gracias por el comentario