Esperaba con mucha ilusión la visita al Silicon Valley (SV) tras 26 años. Reconozco que tras estudiarlo muchos años como «ecosistema de innovación de referencia mundial», «reino por excelencia de la economía digital» y haberme transmitido infinitas referencias de amigos, compañeros, jóvenes emprendedores lo tenía altamente idealizado. Y lo adelanto, sin menoscabo de mi reconocimiento de lo que es, tengo una cierta decepción. He pensado si confesar esta percepción o prudentemente reservármela para mis adentros dado que no es mi intención postularme a estas alturas como experto en nada y menos en algo tan complejo con el SV. Obviamente he optado por lo más insensato. Quedan advertidos.
El área del Silicon Valley en 1988
En 1988, el Silicon Valley todavía no se proyectaba en todo su esplendor. Aunque su cronología histórica algunos la sitúan en 1885, para un economista visitante español los primeros escarceos de IBM, Hewlett Packard, los Bill Gates, Steve Jobs… eran todavía macroeconómicamente imperceptibles por aquel entonces. Por supuesto, sí destacaban al máximo Stanford University o UC Berkeley; Palo Alto apenas era un pueblo muy dependiente en su actividad del auge de Stanford. Tuve la suerte de visitar el área como Eisenhower Fellow y disfrutar de una estancia en ambas universidades. En Stanford con John Pencavel. Y en UC Berkeley en el Institute of Industrial Relations (professors Claire Brown y Lloid Ulman) y en el Economic Department con el profesor Akerlof. Apenas me hablaron de tecnología, aunque su auge era tangible, su peso real todavía era muy escaso. Lo que me quedó fuera de toda duda fue que el enorme potencial de ambas universidades era un revulsivo para el área.
Stanford University (1988) |
UC Berkeley (1988) |
San Francisco me pareció la ciudad más atractiva de los Estados Unidos (visité durante el programa una veintena de estados). Me hubiera quedado a vivir en San Francisco, Palo Alto o en California en general (exceptuando Los Ángeles). Era un paraíso. Todo tenía un sabor especial, desde barrios emblemáticos como Chinatown (San Francisco) o viajar en coche a ciudades como Carmel o Monterrey, era fantástico. Y no digamos los campus universitarios de Stanford, Berkeley y UCLA. Los tres nos inspiraron en las guías de diseño de la Universidad de Alicante (ya en los noventa, siendo vicerrector y rector de la UA, 1990-2000). Cuento todo esto para que quedé claro que mi idealización de California no ha sido sólo teórica.
Lo mítico (¿e irreproducible?) del Silicon Valley hoy
Soy consciente de que lo mítico e infinito valor del SV es lo que no se ve fácilmente en una visita. Esto es, los componentes que definen su ecosistema de innovación. El talento emprendedor que llega de medio mundo, ingenieros (que cobran salarios de seis dígitos), universidades de excelencia comprometidas con la cultura del emprendimiento, redes de hibridación (networking), financiación especializada (crowfounding, capital venture, angels, incluidas receptivas families, friends and fools…). Una cultura de emprendimiento que genera herramientas especializadas por doquier: lean startups, lean canvas, aceleradoras, incubadoras, pitch elevator…). Todo esto es tremendo. En este caldo de cultivo las innovaciones disruptivas parece que crezcan como hongos. En cualquier momento la nanotecnología, la computación cuántica o el genoma humano pueden dar un salto que ponga patas arriba a sus respectivos subsistemas. Vale, todo lo descrito está en el SV. Y lo está con mayúsculas. El día que, como en Stanford, en una universidad española un grupo de profesores reunamos un fondo de capital con nuestros ahorros para apoyar las startups de nuestros alumnos diré: ¡vaya realmente va calando la cultura emprendedora en el profesorado! O sin llegar a tanto les montemos un «garaje» de hibridación multidisciplinar en nuestra universidad (Stanford y su garaje de startups). No menciono el estímulo escénico de ver cerca un sinfín de grandes empresas tecnológicas repartidas por todo el «valle». Desde Google en Mountain View y sus coches sin conductor o los Google Street View, sus drones de entrega experimentales, hasta respirar el aire creativo en Cupertino de los ingenieros de Apple. Tampoco me refiero a tantos y tantos gurús que continuamente nos adelantan «The Next Big Thing» y ese genuino sobrecalentamiento con dosis relevantes de «buzz», «hype»… Este mismo verano escribía desde un tranquilo lugar del mediterráneo español «Hemos sobrepasado nuestra capacidad de asimilar información ¿soluciones?«. Quiero decir, es fácil perderse.
Keep calm and.. y dejemos de comportarnos como crazy fans ! (Asia vs Europa)
Lo que en mi modesta opinión diferencia a Asia de Europa es que la primera está asimilando la cultura digital y las claves para hacer negocios de forma efectiva en este sector. Mientras nuestro continente insiste una y otra vez en que el Silicon Valley es irrepetible o irreproducible. En cambio, en Asia la economía digital se expande sin complejos. Hace ya más de quince años dediqué una gran parte de mi esfuerzo a un proyecto en el Mediterráneo español que intentaba aproximar la empresa y la universidad y donde la economía digital aspiraba a ser protagonista. Intenté dejar poco espacio a la improvisación y estudié incipientes ecosistemas europeos (especialmente británicos, franceses, e italianos) y también estadounidenses. No lo conseguí (de hecho, mi dimisión como rector, fue debida a la paralización de un Parque Científico arduamente diseñado con mucha imaginación y escasísimos fondos). Aunque sea «consuelo de tontos», veinte años más tarde, pese a los muy plausibles logros de algunas universidades y entornos de innovación como el Málaga Valley, tampoco lo han conseguido. Ni tan siquiera los entornos de los santuarios de excelencia investigadora británicos como el Oxford Science Park o el Cambridge Science Park son referentes relevantes. El principal «hub» tecnológico digital europeo es Dublín. Y no deja de ser un cúmulo de delegaciones de las grandes empresas norteamericanas atraídas por un tratamiento fiscal privilegiado y una notable receptividad política y lingüística. Está todavía por ver que recorrido tiene. Europa se ha convertido en un bastión de la regulación digital, parecemos los guardianes de la privacidad, la propiedad intelectual y proteccionismo de los medios de comunicación analógicos. No tenemos ninguna «top tecnológica» a nivel mundial. Y el desarrollo de las empresas digitales es débil en general. Mientras, Asia manda señales interesantes, o incluso «aplastantes». Ya no es sólo la «factoría de Estados Unidos». Bangalore ha hecho posible el desarrollo de un ecosistema digital propio en un país como la India con ingenieros contratados por empresas internacionales que la convierten en líder mundial en exportación de software. China genera gigantes como Alibaba (superando la suma del valor en Bolsa de Amazon y eBay juntos). Y Corea del Sur lleva de cabeza a los de Apple (entre otros muchos). Actualmente, en Asia, se reproducen universidades de excelencia, y se construyen ciudades inteligentes a centenares, se hacen relevantes inversiones en Internet de las Cosas o en nanotecnología. Y lo más interesante bajo mi punto de vista es que desde Japón a Filipinas se va generando un tejido de empresas medianas digitales en sectores muy diversos y competitivos internacionalmente y que empiezan a expandirse a terceros países de forma efectiva. Producen beneficios y cuando van al Silicon Valley «comen a la carta» de forma muy selectiva. No se pierden en ese inmenso buzz digital que nos encanta a los europeos.. Europa perdida, y Asia nos manda un mensaje claro: no hay que reproducir el Silicon Valley, hay que saber explotarlo.
El Silicon Valley, 26 años después
Está vez tuve la oportunidad de visitar SV con los ojos de una empresa asiática que lo utiliza y explota de forma eficiente. Su fundador vive allí circunstancialmente, aunque su empresa está ubicada a 11 horas de avión de San Francisco. Y quizás esto me ha servido para desmitificarlo un poco. Ni Google, ni Apple, ni, Facebook, ni Amazon…. Tampoco ningún gurú era necesario, los leemos a diario en Twitter o en Zite. Lo auténticamente valioso: una claridad absoluta sobre lo que el «mercado» del Silicon Valley puede aportar. A los académicos nos encantará abstraer los factores que definen «el ecosistema», pero un empresario lo ve mucho más claro: un mercado. Ni más, ni menos. Lo interesante puede estar en Berkeley, en un patio de vecinos, en un huerto agrícola o incluso en la ciudad de Modesto, tierras adentro. El resto no interesa y me atrevería a decir que ni impresiona. San Francisco ya no es esa ciudad tan atractiva. Chinatown va camino de convertirse en un bazar masivo de turistas que casi me recuerda Benidorm. Su Bay Area está plagada de chiringuitos y hasta los leones marinos se han ausentado. Sus calles en downtown se han llenado de un número impresionante de homeless ostentando esa brecha y lacra social estadounidense incomprensible. El crecimiento masivo del área ha ido en detrimento de la calidad urbanística de la ciudad y de su entorno. Incluso algunas infraestructuras son insuficientes. Palo Alto, aquella entrañable zona cercana al campus de Stanford se ha convertido en una zona «no muy segura» en algunos puntos. Confieso que me ha sido imposible identificar el encanto de muchos lugares que disfrute en 1988.
¿Para qué reproducir SV? ¡Empecemos a crear empresas!
Todo está en la red. Es más fácil encontrar una solución en Internet que recorriendo pasillos en el SV. Lo importante es saber lo que necesitas y lo quieres buscar. Lo importante es saber generar ideas y empresas competitivas en el mundo digital. Lo imprescindible es formar gente con cultura emprendedora que desarrolle inteligencia ejecutiva en la gestión de la innovación permanente. El modelo se debe esbozar observando a Asia.Y muchos de los inputs que necesitamos están también allí, aunque no haya tanto buzz como en el SV. Quizás sea mucho más fácil. Dejemos los ecosistemas para el final. Empecemos a crear empresas. Ojalá nuestros esfuerzos -campus de emprendedores de Google en Madrid, Lanzadera de Mercadona, Yuzz de CISE, Red Emprendia, Unimooc- se conviertan en un motor efectivo y real..
Para terminar, el mito de la calidad de vida
Para concluir y hablando de la calidad de vida del SV (uno de los factores relevantes definitorios del ecosistema), creo que hasta Nueva York me parece ya más atractiva que San Francisco. Y, si, es una verdadera pena, la miopía de los españoles. En realidad y sin ningún chauvinismo, sí hay muchas áreas del Mediterráneo español que tienen una calidad de vida superior a la del Silicon Valley. …. Pese a la entidad de comunidad japonesa de San Francisco, hasta el Enso Sushi no tiene nada que envidiar al preciado Anzu del Nikko.
R. Anzu en Nikko Hotel (San Francisco) |
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Magnífica reflexión Andrés. La pena es que nuestras universidades no ejerciten un compromiso social con el emprendimiento más allá de un bla, bla, bla lleno de burocracia y desconocimiento de la realidad de lo que es una empresa de hoy en día, a mayor abundamiento empresas digitales. Las universidades españolas deben aprender de las Escuelas de Negocios y estás de las aceleradoras… Hay que dejarse de retóricas y pasar la conocimiento competitivo y generar de innovación.
Una percepción muy interesante sobre la potencia de internet como herramienta deslocalizada, mejor que para replicar lugares. ¿Crees que reaccionaremos a tiempo en Europa para crear estos tejidos (físicos o no) universidad-emprendimiento, o llegaremos tarde a la carrera viendo como Asia crea sus hubs para exportar productos y servicios después al resto del mundo?.
Pedro, tu conoces China y buena parte de Asia como nadie. No todo el mundo crea una startup en Hong-Kong todos los días :-). Asia sabes bien que destila entusiasmo y empuje. En Europa estamos instalados en el estado del bienestar, la regulación y burocratización permanente. Hemos hecho verdad lo de la vieja Europa. No veo a las universidades europeas abrazando la cultura emprendedora de la forma que lo hacen los centros de educación superior en algunos países de Asía o EE.UU.
"En cierto modo me alegro de tu post. Al menos no vuelves como esa pléyade que viene de SV como habiendo tocado el manto a la Virgen para transmitir a los locales parte de esa "luz" al módico precio de unos cientos de euros en una jornada de "management". Perdón por la guasa pero es que no hay para menos. Yendo en serio, a mi no me extraña nada la percepción que traes y aviso de que respeto profundamente el papel que ha jugado y jugará SV en Estados Unidos. Pero hay distintos mapas superpuestos bailando.
Resumo:
1. Creo que es de obligada lectura el libro de Andres Oppenheimer ("Basta de historias") en el que resume los cambios en los sistemas educativos orientales y los compara con los latinoamericanos. En la proyección de aplicación al momento tecnológico creo que es mas que claro que el desarrollo tecnológico no es una foto fija sino rapidamente cambiante y el sustrato oriental puede ser mas apto para auspiciar el actual momento, tal vez simplemente porque hay mas hambre (aunque esta metáfora puede ser poco evidente en el caso latinoamericano, esta claro que hay mas razones).
2. En cualquier caso, tu observación debería desincentivar intentos naives de calco del SV. Cosa en la que ya hicieron énfasis gente como Josh Lerner ("Boulevard of Broken Dreams", Princeton Univ. Press, 2009) y especialmente Dan Isenberg en HBR, 2010 ("How to start an entrepreneurial revolution"). En este artículo Isenberg da 9 prescripciones para crear un ecosistema emprendedor y la primera es (textualmente): "Stop emulating Silicon Valley". Mas claro, agua. Ni Lerner, ni Isenberg escriben pensando en el desfase en la coevolución de SV con el desarrollo tecnológico que tu percibes. Vuestros pensamientos convergen aunque de forma asíncrona: se llega al mismo sitio por distintos razonamientos.
Todo lo cual debería ser útil para desterrar a los supuestos visionarios a los que aludía en las primeras líneas que no son mas que supervivientes lúcidos del sistema (si siguiera con la guasa acuñaría el tópico "wealthy survivors"), porque en inglés supervivientes los hay "homeless" y "wealthy", aparte los del montón. Los "wealthy" seguirán mientras haya gente dispuesta a pagar por las jornadas de "management". Pero aquí el problema no es cómo los "wealthy" cuidan su patrimonio sino como Europa (y dentro España) reencuentra su sitio sin convertirse en un museo polvoriento (y hambriento). Camino que no se ve a juzgar por la implementación del programa H2020 que parece ir destinado fundamentalmente a alimentar a otros "wealthy survivors", los consultores, dada la burocracia intermediaria. No parece que haya fórmulas mágicas. Igual hay que esperar a que haya hambre y que los visitadores de vírgenes vengan de ecosistemas orientales."
Juanvi, tu comentario merece otro artículo. Por lo pronto me voy a leer y releer algunas cosas que citas. Como es usual tus aportaciones en nuestro think-tank nos dejan más hambrientos… Juegas con la ventaja de que ha debido identificar ya el gen anti-emprendedor . Abzs
Gracias Andrés por tu reflexión y atrevimiento. Muy interesante y que necesita ser analizada en profundidad. Europa necesita un cambio de rumbo.
Gracias a ti. Me comentaba Iván Mañez, director de Global Asia (una magnífica publicación en español) un detalle que muestra la ignorancia que existe en Europa sobre Oriente. Hace 4 años publicaron en portada la entrevista con Jack Ma, fundador de Alibaba. Me decía: "Créeme que nadie sabia quien era". Estamos obsesionados con Silicon Valley, pero somos grandes desconocedores de lo que está ocurriendo en Asia. En ese cambio de rumbo que comentas quizás lo primero es poner más foco en Asia.
Perplejo al leer el titular pero muy bien explicado. Totalmente de acuerdo en parte del análisis, menos buzz, más ideas y buscar con quién hacer sinergias, que hoy en día los encuentras en cualquier lugar, solo tienes que buscarlos en Internet. Solo me queda la duda de saber que si concentren tantas mentes tech y emprendedoras jóvenes en un solo lugar como SV, no da un plus de ventaja competitiva respecto a emprendedores aislados, como tantos conoces, como por ejemplo en "Tuna Street"
Angel, creo que puede llegar a ser más fácil hacer networking en Internet que el SV.
Creo que con Internet, el emprendedor aislado no debería existir como tal. Quizás sí el emprendedor "despistado". De hecho creo que un emprendedor en SV puede sentirse más aislado que en otros muchos sitios si no sabe ni lo que quiere, por qué lo quiere y dónde y cómo va a proceder con lo que quiere. En eso las universidades podrían ayudar mucho. El problema es que no lo hacemos bien. Y en Stanford, donde sí lo hacen bien sólo pueden entrar un porcentaje ínfimo de los solicitantes con expedientes y aptitudes de infarto. En el resto del ecosistema (aceleradoras, etc) compites con los mejores, ojo. Otra cosa es que con tu proyecto debajo del brazo y con la ideas claras vayas a picotear en un mercado absolutamente excepcional y donde puedes encontrar inputs que te den ventajas competitivas muy relevantes. Pero ojo, si estás dispuesto a que tu proyecto juegue en la Champion League. Para hacer turismo, San Francisco y alrededores, como digo ha perdido mucho encanto 🙂
Andrés me parece una reflexión, además de muy oportuna, muy ilustrativa. Te recomiendo, si no lo has leído, un libro reciente de unos colegas:The Great Convergence. Asia, the West and the logig of one world.
Tomo nota del libro. El título parece prometedor. Muchas gracias
Subrayo lo de "Europa se ha convertido en un bastión de la regulación, parecemos los guardianes de la privacidad, la propiedad intelectual y proteccionismo de los medios de comunicación analógicos. No tenemos ninguna "top tecnológica" a nivel mundial. Y el desarrollo de las empresas digitales es débil en general". Nos hemos puesto a la defensiva con Google y los otros gigantes
V. Corona, conocedor del SV y autor de un antiguo blog sobre el mismo en Euroresidentes, me deja el siguiente comentario en FB que por su interés pego a continuación: "SV esta tocando el punto de desgaste que en realidad es la consecuencia lógica de lo que viste hace muchos años. Ahora SV esta en la fase más canina y salvaje de la inmediatez. El discurso De SV "cambiemos el mundo" Europa nunca lo ha sabido leer y Asia sí. Europa no lo ha sabido leer porque es ingenua y pensó que esa frase significaba cambiemos el mundo a mejor. Asia si que lo ha sabido leer porque entendió que la sentencia incorporaba escondida el "conquistemos el mundo". SV cada día está más deshumanizado pero mas capitalizado, manda, impone y fabrica el futuro, un futuro, el que ellos creen y venden,,,el problema de aquí es que si bien tenemos una calidad de vida infinitamente mejor que el SV, no tenemos una calidad educativa como SV y por supuesto esta calidad de vida nuestra tiene incluida el virus de no saber hacia donde vamos,,,en SV si que lo saben, aunque no nos guste lo que vemos.
Qué magníficos reportajes del SV, se me mucho de lo que digo en tus fotos. Silicon Valley Lifestyle. Hoy las universidades estadunidenses tienen una crisis ¡¡si supiéramos aprovechar esta oportunidad!!! Abrazos
Si los regresos a Itaca siempre son inquietante, los retornos a Brideshead pueden ser demoledores. Ni el lugar ni nosotros somos ya los mismos. Entiendo ahí tu frustración, y una vez entendida, ha de quedar disuelta. Dicho lo cual, tu crónica no es solo sentimental, sino muy aguda y esclarecedora. Yo, que combino de manera casi simbólica mis quehaceres en la Fundación con la dirección general de una empresa sueca ya solo de nombre y asiática por todo lo demás, he compartido muchas noches en Shanghai, Estocolmo, Berlín y Madrid con su fundador hablando en términos muy parecidos a los que tú concluyes.
Y si, nuestro ecosistema europeo no aprovecha las condiciones del hábitat. Y España no digamos. Pero hemos de seguir luchando. Por lo demás, tampoco tenemos más remedio.
Francis, reconozco que estos regresos son perturbadores como poco, aunque en materia de tecnología las sacudidas de ánimo son más llevaderas. En todo caso no soy consciente de vivir en pecado :-). El norte de Europa es una buena medicina y en todo caso un bálsamo consolador. Pero no dejes de aprovechar tus incursiones por Asia vía Shanghai, parece que las constelaciones, galaxias y planetas se alineado para que el futuro se instale allí Es una suerte materializar tu labor en ese excepcional proyecto que lideras. Seguimos luchando. Abzs
J.E me hace un interesante comentario vía e-mail que pego a continuación: "Me ha parecido muy interesante lo que mencionas sobre Asia. Pese a la globalización, desde el punto de vista cultural, hay claras diferencias entre la mentalidad oriental y la occidental. Hay un concepto, el de fecundación, que quizás sea aplicable a este caso. Parece que se está produciendo esta "fecundación" en Asia y no en otras partes de occidente. Creo que sobre este concepto se podría estudiar qué está pasando."
Es una visión del Silicon Valley realmente interesante. Acabo de leer un artículo cuyo titulo dice bastante: Larry Page: "En Silicon Valley hay poca visión de futuro" http://www.expansion.com/2014/11/20/directivos/1416511612.html Enhorabuena por el artículo profesor, mensaje recibido!!