Desde hace meses ha aumentado el atractivo inmobiliario terciario (oficinas, hoteles, etc.) de España para los inversores extranjeros.
Por el lado de la oferta, los jugadores son las grandes inmobiliarias patrimonialistas (Metrovacesa, Colonial, Realia), las inmobiliarias de los bancos no intervenidos (Altamira, Anida, Solvia, Servihabitat), la SAREB (actualmente la mayor inmobiliaria europea)… y las Adminitraciones Públicas, quienes se están deshaciendo de edificios institucionales y de un patrimonio importante a unos precios cuestionables.
Atraidos por una oferta inigualable y los enormes descuentos aplicados, se han instalado en Madrid todos los grandes despachos especializados en la comercialización de este tipo de inmuebles, como CBRE, Richard Ellis, Jong Lang Lasalle, Knigth Frank, Aguirre Newman, Savills, Cushman and Wakefield… y los oportunistas habituales como Deloitte, KPMG, BNP, etc. que han constituido importantes ramas de Real Estate.
Nos falta por identificar a la demanda porque están «escondidos» detrás de los fondos de capital riesgo. Sería muy interesante conocer realmente a los que, tras el enorme descuento realizado en el mercado inmobiliario e impuesto desde Europa, se están lucrando con estas operaciones (además de los intermediarios, por supuesto).
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