Crisis financiera: por qué fracasa el Plan Rescate USA

Una de las mejores y más sólidas opiniones sobre las razones del fracaso del Plan Rescate de la Administración de los Estados Unidos la ofrece el Premio Nobel de Economía J. Stiglitz. Por su interés reproducimos el artículo sobre el mismo.

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Comentarios sobre las crisis financiaras y los planes de rescate

Joseph E. Stiglitz

No hace falta ser un genio para comprender que nuestro sistema financiero está en caos y que es necesario tomar medidas. Mientras escribo la Casa de Representantes acaba de rechazar la propuesta 3997 que era una modificación de la propuesta de rescate del Secretario del Tesoro Paulson realizada el 20 de septiembre de 2008. Parece que sumar unas 100 páginas más a la propuesta no ha sido suficiente para convencer.

Paulson y Wall Street han rogado una aprobación rápida de las propuestas para lograr recomponer la confianza, pero en este sentido hay un problema porque existe una opinión extendida que Wall Street está intentando otro truco mas para reestablecer la confianza de los consumidores americanos, y si el plan no logra rescatar nuestro sistema financiero (algo altamente probable), un fracaso dañará más todavía no solamente la confianza en el mercado bursátil, sino también la confianza en la capacidad de la Tesorería de resolver los problemas. Si funciona el plan, lo mas probable es que será porque Paulson y su equipo hayan logrado con su truco recuperar la confianza del los ciudadanos norteamericanos.

Errores en el plan de rescate propuesto

Existen tres errores críticos en la propuesta. El primero es que una vez mas depende de una economía de goteo inferior: es decir, que si le echamos suficientemente dinero hacia Wall Street, entonces este goteará hacia abajo, beneficiando al final trabajadores normales y propietarios de casas. (Paradójicamente, Wall Street fue “destruido» en un acto de economía de goteo superior o hacía arriba en su afán de asegurar que el dinero que había descubierto al fondo del pirámide fue impulsado hacia arriba). Economía de goteo inferior casi nunca funciona, y no tiene por qué funcionar ahora. Incluso en el caso de que “funcione”, no resulta la forma más eficaz o más justa de tratar el problema actual.

El segundo error es que el plan plantea el problema fundamental como crisis de confianza. Indudablemente, la falta de confianza es parte del problema: pero esta falta se debe al que los mercados financieros realizaron unas préstamos muy malos. Esto no es una percepción o un fragmento de mi imaginación. Es la realidad. Hubo una burbuja inmobiliaria que sobrecargó nuestra economía, y esta burbuja terminó explotándose. Según las predicciones más optimistas, los precios de las casas todavía tendrán que caer mucho mas antes de que vuelvan a ser normales. Tal vez podamos evitar que se nos vaya completamente de las manos, pero eso sería lo máximo a lo que podemos aspirar. Y si los precios siguen cayendo, habrán más quiebras. Los malos préstamos han creado un gran agujero en las cuentas de resultados de los bancos. Tenemos que reparar este agujero. Si el gobierno paga el valor justo de estos activos, no estará haciendo nada para reparar el agujero.

El tercer error es que una dinámica contraccionaria real está ya en moción, y el plan propuesto no hace nada para resolver este hecho. Incluso si el plan se pusiese en marcha con mucha rapidez, habría alguna contracción de crédito. Pero mas allá de esto, estados y municipios ya están sintiendo la crisis y han empezado a realizar cortes en sus gastos. La economía doméstica de los hogares son más débiles ya, y tenemos que estar preparados para una situación en la que los consumidores reducirán sus gastos o al menos no aumentarán su consumo a un paso suficiente como para sostener crecimiento. La economía estadounidense ha sido sostenida por un boom de consumo alimentado por un excesivo nivel de préstamos, nivel que ahora tendrá que ajustarse a la baja. Pero una desaceleración en la economía no hará más que exacerbar todos nuestros problemas financieros. El Presidente ha dejado claro que el vetará cualquier propuesta para estimular el consumo, incluyendo una ampliación en los pagos para personas en desempleo.

Escandinavia y Buffett indican un camino más sencillo

Hace casi dos décadas los países escandinavos demostraron cómo se puede llenar el agujero en una cuenta de resultados de forma transparente. Warren Buffet demostró otra forma al dar capital a Goldman Sachs. Al emitir acciones preferentes con warrants (títulos emitidos simultáneamente que representa y derecho sobre quién los adquiera), se reducen los riesgos de los compradores, asegurando una participación pública en el rescate. Este enfoque no solamente ha sido probado, sino que ofrece las incentivas y posibilidad para fomentar préstamos. También evita la tarea sin sentido de intentar valorar millones de hipotecas complejas y otros productos financieros complejos que han firmado los consumidores en recientes años.

Aunque no quiera seguir este camino más sensato, al menos el Gobierno debería exigir cualquier banco cuyas hipotecas tóxicas vayan a ser asumidas por la Administración, acciones preferentes (acon warrants) para asegurar que si tenemos que comprar unas acciones sobrevaloradas, al menos compartiremos las futuras ganancias con los accionistas de estos bancos.

Cómo plantear foreclosures (procesos de embargo)

Es imprescindible que encontremos la forma de resolver los foreclosures porque el punto de vista del Gobierno, que el plan de rescate de $700 convencerá a los mercados que las hipotecas basura realmente no son tan malas después de toso, es completamente erróneo.

El plan de Paulson es como dar múltiples transfusiones de sangre a un enfermo cuyo problema es una continua hemorragia interna. Si no resolvemos la causa de esta hemorragia, nuestra economía seguirá sangrándose. Hay tres medidas que podríamos tomar, que costaría tan solo una fracción del coste del plan propuesto. Primero podríamos hacer que las casas cuesten menos para familias con ingresos bajos o medios, convirtiendo nuestra deducción de hipotecas en un crédito fiscal materializable. En efecto la Administración paga el 50% de intereses e impuestos para norteamericanos con salarios muy altos, y sin embargos a los más pobres no les da nada. Segundo, necesitamos reformas en la legislación de quiebras que permitieran que los dueños de casa pudiesen registrar el valor de sus casas y quedarse en ellas. Y tercero, el gobierno podrían asumir parte de su hipoteca, aprovechando tipos de interés más bajos al que tiene acceso a fondos y su mayor capacidad de exigir pagos. Para compensar tipos de interés más bajos, la Administración podría exigir al propietario la conversión del préstamo hipotecario a un préstamo recourse – préstamos recomprados – que reduciría la posibilidad de impagos y una reducción en valor de la hipoteca al 90% del precio de mercado.

El Plan Paulson resuelve el hecho de que gracias a los prestamos basura, nadie tiene confianza ya en nuestras instituciones financieras. Pero lo resuelve pasando el riesgo a nosotros, los que pagamos los impuestos, sin ningún tipo de ventaja para nosotros y con una sobrevaloración de los activos de estas instituciones.

También existe un problema de control sobre el Plan. Después de una gestión catastrófica de esta crisis, ahora la Administración nos dice que debamos confiar en ella. Un Gobierno cuyos errores de juicio no han hecho mas que contribuir a la situación actual, quiere con confiemos en ellos.

Resumen

Al final existe mucha probabilidad que este plan no resuelva los problemas del ciudadano americano que paga sus impuestos. Pensemos en qué se podría comprar con unos cuántos billones de dólares. El año pasado el Presidente vetó una propuesta de ley para dar seguro médico a niños
pobres (solo costaría unos mil millones al año) . Sin la atención médica que precisan, estos niños podrán tener problemas durante toda su vida, o simplemente morir antes de ser adulto.

En economía medioambiental existe un principio básico: el principio de que quien contamina paga. Es justo y eficaz. Wall Street ha contaminado nuestra economía con préstamos tóxicos. Ahora debería pagar la limpieza necesaria. ¿Cómo puede Paulson rechazar una propuesta como esta? Después de todo, nos está prometiendo que su plan no nos costará nada, porque él se asegurará de que pagarán un valor de mercado justo que nosotros recuperaremos. Si tiene razón, entonces no se tendrá que imponer ningún impuesto. Si se opone a la propuesta, es una indicación que piensa que tendremos que asumir un plan y no quiere que sus amigos de Wall Street tengan que pagarlo.

Según mi opinión, el plan de rescate no funcionará. Sin duda algunas empresas de Wall Street se beneficiarán, pero el enorme crecimiento del déficit nacional y la percepción que incluso $700 no son suficiente para rescatar la economía norteamericana dañará aun más la confianza y nuestras debilidades económicas.

Tal vez al final tenemos que seguir adelante con el Plan, sabiendo que es solamente un parche a corto plazo. Corregir las cosas incluyendo la creación de un nuevo sistema de regulación para reducir la probabilidad de que vuelva a ocurrir es una de las muchas tareas que todavía le quedan a la Administración.

Referencias

We Aren’t Done Yet: Comments on the Financial Crises and Bailout. Josep h E. Stiglitz


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