La ruta de Las Villas en Benicàssim

Benicàssim es una localidad costera situada pocos kilómetros al norte de Castellón de la Plana. Está considerada como una de las poblaciones turísticas más importantes de la llamada Costa del Azahar y sobre todo como la playa por excelencia de Castellón. Su población se distribuye a lo largo de una estrecha y larga franja pegada a la costa. Un largo paseo marítimo recorre el litoral bordeando varias playas de arena fina y blanca, alguna de ellas de origen artificial. La fama turística de Benicàssim viene de lejos, pues desde principios del siglo XX Benicàssim ha sido un referente de veraneo para las familias acomodadas de Valencia y de Castellón. De hecho, al final del paseo marítimo, cuando este se hace totalmente peatonal y se llama Paseo de Pilar Coloma, un conjunto de chalets modernistas bastante bien conservados dan fe del auge que en su día tuvo Benicàssim como destino de verano de la alta burguesía valenciana. Esta zona de chalets es lo que se ha dado en llamar la ruta de las Villas. El Ayuntamiento ha dispuesto una serie de paneles informativos en el mismo paseo que orientan al visitante sobre las características de las villas más interesantes. Así, está Villa Amparo que fue una de las primeras en construirse a finales del siglo XIX y que durante la guerra civil española estuvo habilitada como hospital, o Villa Paquita, que como espacio de reuniones desarrolló una gran actividad social entre los veraneantes de principios del siglo XX, o Villa Victoria, construida en 1911, que fue el centro de la vida nocturna en aquellos tiempos y que paradójicamente pasó a ser casa de la cultura durante la guerra civil al ubicarse en la villa una biblioteca. Realmente toda la zona de Las Villas se utilizó como hospital de guerra y centro de reposo de las Brigadas Internacionales que combatieron en apoyo de la Republica Española. Se cuentan historias y leyendas sobre la presencia en el lugar durante esa época de personajes ilustres como Ernest Hemingway o Henry Cartier Bressons. Al final del paseo, frente a una torre con rasgos arabescos, metido totalmente en la playa está el Hotel Voramar. Construido en 1929 como balneario y ampliado posteriormente a hotel y restaurante, fue utilizado también como hospital al igual que el resto de las Villas. Posteriormente, el hotel ha sabido mantener el ambiente y el estilo de principios y mediados del siglo pasado. Luis García Berlanga lo utilizó como escenario de su película “Novio a la vista”, rodada en 1953, pero ambientada en los años veinte. Recientemente, en 2008, Manuel Vicent utiliza el hotel como escenario en el que veranean varios pintorescos personajes a mediados del siglo pasado en su libro titulado “León de ojos verdes” en clara referencia a un pequeño león de escayola que está al principio de la balaustrada de acceso a la playa desde la terraza del hotel y cuyos ojos alguien ha pintado de verde. Actualmente, es el restaurante del hotel el que se lleva la fama. Aunque hacen unos arroces mediterráneos que están para chuparse los dedos, lo mejor suelen ser los aperitivos y entrantes. Las alcachofitas con foie y las tellinas y las puntillitas, cuando estamos en temporada, están deliciosas. Por eso, cada vez que viajo por el litoral valenciano, intento hacer una parada en el hotel Voramar para disfrutar de su comida y respirar el amable y tranquilo ambiente que le rodea.

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  1. Blanca 13 años ago

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