Diversos medios como Reuters o The wall Street Journal, llevaban unos días alertando que según fuentes familiarizadas con el tema, la Comisión antimonopolio de la Unión Europea planeaba seguir su cruzada contra Google y podría presentar cargos contra el gigante tecnológico estadounidenses esta semana. En esta ocasión, por sus sistema operativo Android. Finalmente, las predicciones se han cumplido: ayer por la tarde, la Comisaria de Competencia de la UE, Margrethe Vestager, dio a conocer a los medios el envío de un pliego de cargos a Google acerca del sistema operativo y las aplicaciones de Android. Sin embargo… ¿Realmente ha infringido Google la legislación antimonopolio europea en Android? ¿Podría estar equivocada la UE?
Según la Comisión Europea, el problema estaría en que Google favorece la instalación de sus propias aplicaciones, al incorporarlas por defecto en la instalación de su sistema operativo Android, en detrimento de otras aplicaciones de la competencia.
El caso recuerda al de hace años de Microsoft, acusado por la comisión antimonopolio por incluir por defecto su navegador Explorer en la instalación de sus sistemas operativos Windows. Entonces, la compañía de Bill gates se vio obligada a pagar una multa de 1.700 millones de euros.
La investigación de la UE contra Google
La Comisión Europea abrió una investigación formal contra Google por Android hace aproximadamente un año, en abril de 2015, ante la posibilidad de que el sistema operativo para dispositivos móviles del gigante de Silicon Valley violara las leyes antimonopolio de la UE; y lleva recabando información desde entonces.
La mayor parte de los teléfonos móviles inteligentes en la UE utilizan Android, un sistema operativo de código abierto para dispositivos móviles, cuyo desarrollo desde 2005 ha sido liderado por Google, pero que, según su filosofía, puede ser utilizado y desarrollado libremente por cualquiera. A pesar de esto, la mayoría de los fabricantes de teléfonos móviles y tablets que ofrecen Android en sus dispositivos, lo hacen incluyendo por defecto toda una serie de aplicaciones propiedad de Google. Eso precisamente es lo que ha despertado la desconfianza de Bruselas.
La investigación de la UE se ha centrado en tres aspectos:
- Si Google ha obstaculizado o no ilegalmente el desarrollo y acceso al mercado de las aplicaciones móviles o servicios rivales, exigiendo o incentivando a los fabricantes que preinstalen exclusivamente sus aplicaciones o servicios.
- Si Google ha impedido o no que los fabricantes que desean instalar sus aplicaciones y servicios en algunos de sus dispositivos desarrollen y comercialicen otras versiones de Android, obstaculizando así ilegalmente el desarrollo y el acceso al mercado de sistemas operativos móviles rivales.
- Si Google ha obstaculizado o no ilegalmente el desarrollo y acceso al mercado de aplicaciones y servicios rivales, vinculando o empaquetando ciertas aplicaciones y servicios de Google distribuidos en los dispositivos con Android con otras aplicaciones, servicios y / o interfaces de programación de aplicaciones de Google.
Según las fuentes de The Wall Street Journal, como parte de la investigación, la Comisión Europea ha enviado cuestionarios a los fabricantes de aplicaciones, compañías de telecomunicaciones y fabricantes de dispositivos móviles con preguntas acerca de los acuerdos firmados con Google. Por ejemplo, si dichos acuerdos impedían o no la venta de teléfonos con aplicaciones alternativas.
Ahora, tras la investigación, la UE ha decidido seguir adelante y presentar cargos contra Google, por violar las leyes europeas de la competencia.
La Comisión ha comunicado a Google, mediante el envío de un pliego de cargos, su opinión preliminar de que la empresa ha infringido las normas antimonopolio de la UE, abusando de su posición dominante para imponer restricciones a los fabricantes de dispositivos Android y a las operadoras de redes móviles.
Aunque de momento se trata solo de la comunicación de una opinión preliminar, ese es el primer paso que pone el marcha el prodecimiento.
A partir de ahora, Google dispone de tres meses para reunir pruebas que demuestren que la UE se equivoca y sus prácticas no violan la legislación europea; o bien para tratar de llegar a un acuerdo ofreciendo una solución que aborde todos los cargos.
Tras evaluar el caso, el organismo regulador emitirá una decisión definitiva, ante la que Google todavía podría presentar apelación en el tribunal de Luxemburgo.
Respuesta de Google y posibles consecuencias
Mark Jansen, portavoz de Google, ha negado rotundamente que la compañía obligue a los fabricantes y vendedores de teléfonos a incluir de forma exclusiva sus aplicaciones.
«Cualquiera puede utilizar Android con o sin las aplicaciones de Google. Los fabricantes de hardware y las operadoras de telefonía pueden decidir cómo usar Android y los consumidores tienen la última palabra sobre qué aplicaciones quieren usar», señaló Jansen en un comunicado.
Sin duda, Jansen está en lo cierto en su afirmación. Por mucho que una aplicación venga preinstalada por defecto los usuarios no tienen por qué utilizarla.
Por otra parte, podría decirse en defensa de Google que es una práctica bastante habitual. Gran parte de los participantes del mercado de dispositivos móviles hacen lo mismo. Obviamente, no en todos los dispositivos Android, pero sí en los suyos. Por ejemplo, los teléfonos del fabricante japonés Samsung, vienen con su propio paquete de aplicaciones preinstalado y los que dispositivos proporcionados por la operadoras de telefonía como Movistar o Orange también.
Son realmente los usuarios quienes eligen, finalmente, si quieren utilizarlas o no.
Quizá la única pega en todo esto, al menos desde el punto de vista del usuario es el hecho de que no se puedan desinstalar, impidiendo liberar espacio en el dispositivo. No obstante, la mayor parte de las quejas de los usuarios en este sentido, no han ido orientadas a las aplicaciones de Google, utilizadas de forma mayoritaria por los usuarios, si no más bien a las de otras compañías, como Samsung. De hecho, ante la avalancha de quejas de los usuarios en relación con esto tras el lanzamiento de su teléfono S5, el fabricante japonés ha decidido incluir la opción de desinstalación de sus aplicaciones preinstaladas en su siguiente teléfono, el S6.
Según fuentes familiares con el tema, Google ya habría estado preparando una posible respuesta a pesar de no haber recibido la comunicación oficial de la UE hasta ayer. Sin embargo, en esta ocasión, los expertos creen que a la UE podría resultarle mucho más sencillo acorralar a Google que en casos anteriores.
De hecho, la compañía ya ha sido declarada culpable precisamente de lo mismo (preinstalar sus aplicaciones en Android) por los tribunales rusos y el Tribunal de Arbitraje de Moscú ratificó la sentencia este mismo lunes.
Por todo ello, los expertos afirman que hay muchas posibilidades de que Google salga mal parado en el caso de Android y creen que, en caso de ser considerado culpable, la decisión final de la UE podría suponer un importante mazazo para la compañía, dado que tendría que enfrentarse a una multa equivalente al 10% de su volumen de ingresos anuales, una cifra que ascendería a unos 6.500 millones de euros (o alrededor del 30% de sus beneficios previstos para este año).
Además, se vería obligado a cambiar sus prácticas; y, si eso sucede, los más de 9,5 millones de euros generados por Google a partir de la publicidad en estas aplicaciones a lo largo del año pasado, podrían verse reducidos en los próximos años.
O quizá no, porque todo apunta a que los usuarios utilizan mayoritariamente las herramientas de Google porque les gustan, son útiles y fáciles de usar y, en definitiva, satisfacen gran parte de sus necesidades tecnológicas del día a día.
En sentido, es probable que aunque las aplicaciones de Google no vengan preinstaladas en los dispositivos móviles con Android, los usuarios se las descarguen en seguida. Quizá no todas, pero sí una gran mayoría. Igual que sucede con otras como Whatsapp o Facebook.
¿Qué usuario con una cuenta web de Gmail no descargará la aplicación correspondiente en su teléfono? Igualmente, Google es el buscador mayoritario en ordenadores, un entorno en el que la gente puede elegir libremente. ¿Por qué van a optar los usuarios por uno diferente en sus móviles? Y así, sucesivamente, con el resto de aplicaciones.
La cruzada de la UE contra las grandes compañías tecnológicas estadounidenses
Este no es el primer enfrentamiento de la UE con Google. El año pasado, Margrethe Vestager, presentó cargos contra la compañía estadounidense por aprovechar su dominio en las búsquedas web para favorecer sus propios servicios de venta frente a los de la competencia.
Tampoco es el primer enfrentamiento de la UE con alguno de los gigantes tecnológicos estadounidenses. Además de Microsoft y Google, otras compañías como Facebook, Apple o Intel se han encontrado con numerosos problemas legales, entre ellos:
- Las quejas de privacidad acerca de cómo Facebook utiliza la información en línea de sus usuarios.
- El posible trato de favor de la hacienda irlandesa a Microsoft o de Luxemburgo a Amazon.
- La investigación antimonopolio contra Amazon por su negocio de libros electrónicos o por cómo ordena sus resultados de búsqueda; o, más recientemente, contra Apple por su servicio de streaming de música (aunque al final la UE no pudo demostrar que la compañía infringiera la ley en sus contratos con las discográficas).
- O sendas investigaciones antimonopolio de Microsoft e Intel.
De lo que no hay ninguna duda, es de que a lo largo de los últimos años las denuncias contra las grandes compañías tecnológicas estadounidenses, tanto por parte de la UE como de los diferentes gobiernos de los países miembros, se suceden una tras otra.
En este caso, según fuentes de The Wall Street Journal, las compañías de telecomunicaciones europeas podrían estar detrás de todo esto, habiendo presionado por detrás a la UE para que presente cargos formales contra Google.
Las compañías afirmarían que la preinstalación de las aplicaciones y servicios de Google interfiere con su capacidad para ofrecer aplicaciones de correo electrónico, mensajería o servicios en la nube rivales en los teléfonos que venden a los consumidores. No obstante, muchas de ellas ya venden sus teléfonos con sus propias aplicaciones. Por ejemplo, Orange incluye su aplicación de mensajería ChatOn.
Además de la presión de las compañías europeas, según Reuters, la UE ha recibido quejas formales de otros rivales de Google. Entre ellos, la organización FairSearch, tras la que se encuentran compañías como Microsoft, Nokia y Oracle, que presentó la primera denuncia oficial contra Android ante la UE en 2013.
A lo largo de los últimos años, se han sumado también, aunque de forma independiente:
- La compañía de privacidad y bloqueo de anuncios con sede en EE.UU. Disconnect.
- Aptoide, compañía con sede en Portugal que tiene una tienda de descarga de aplicaciones móviles para Android que compite con la Play Store de Google.
- Y Yandex, el mayor buscador de Rusia.
En cualquier caso, en el tema de Android no solo Europa está investigando a Google. Según The New York Times, la Comisión Federal de Comercio estadounidense, con sede en Washington, también está investigando si Google ha violado las leyes antimonopolio de los Estados Unidos, utilizando el dominio de su sistema operativo Android para favorecer a otros productos de la compañía, aunque las autoridades estadounidenses ya han investigado anteriormente otras quejas sobre la posibilidad de que los servicios de búsqueda de Google hubiesen infringido las leyes federales de la competencia y, finalmente, no llegaron a presentar cargos.
¿Por qué en Europa sí? ¿Realmente hay un abuso de las compañías estadounidenses o es que a Europa le cuesta asimilar el éxito de estas compañías?
Quizá en lugar de atacar continuamente a los gigantes estadounidenses deberíamos preguntarnos por qué no surgen gigantes tecnológicos similares en Europa.
Por qué la UE podría estar equivocada en el caso de Android
A diferencia de lo que la UE plantea, otras fuentes relacionadas con el tema indican que los contratos de Google con los fabricantes de teléfonos y operadoras de telefonía no exigen instalar las aplicaciones de Google y tampoco exigen ningún tipo de exclusividad, simplemente, no les permiten elegir sólo algunas de las aplicaciones de Google, es decir, pueden elegir instalar todo el paquete de aplicaciones o ninguna. De ahí que la mayoría de ellos opten por preinstalar el paquete completo.
¿A qué se debe esta decisión de Google? Pues a que, debido a que Android es un sistema operativo libre, Google no tiene el mismo control sobre Android que otros rivales sí tienen sobre sus SO propietarios, como Apple con su iOS. Distribuir una suite de aplicaciones de forma conjunta, permite a Google ofrecer a los usuarios de Android una experiencia de usuario básica por defecto que cubra sus necesidades desde el primer momento y evitar, así, un problema que aqueja, en general, al modelo de distribución del software libre: fragmentación y falta de coherencia entre diferentes implementaciones.
En este sentido, para un SO de código abierto como Android, fomentar la instalación de un conjunto de herramientas o funcionalidades estándar de fábrica es beneficioso para los usuarios y también para los desarrolladores de aplicaciones. Y, sin duda, ayuda al SO a competir con su principal rival, el iOS de Apple, que viene con toda una gama de aplicaciones de fábrica.
Los dispositivos móviles de Apple vienen con su propia tienda de aplicaciones preinstalada, su propia aplicación de mapas, etc. De hecho, la compañía ha vetado en más de una ocasión el uso de ciertas aplicaciones o tecnologías en sus dispositivos, como algunos productos de Google o la tecnología flash.
El hecho de que los dispositivos con Android vengan con la Play Store preinstalada sólo facilita al usuario la descarga de otras aplicaciones y dado que los fabricantes pueden elegir no instalar las aplicaciones de Google o bien instalarlas junto sus propias aplicaciones u otras aplicaciones de terceros… ¿Qué problema hay?
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