«Para superar la envidia hay que verla como lo que es: una insatisfacción con uno mismo». Joan Didion
Siempre dicen eso de «no te fijes en lo que te falta, sino en todo lo que ya posees». Reconozco que es un consejo bastante sabio y que todos seríamos más felices si lo siguiéramos. Pero también me doy cuenta que esta solución no es suficiente ni mucho menos.
Estamos conectados para buscar 2 cosas en la vida:
- Solución a los problemas -físicamente, emocionalmente, espiritualmente y profesionalmente.
- Más -más sentido, más pasión, más diversión, más reconocimiento, más…y la lista sigue y sigue.
Progresamos como sociedad porque siempre estamos atentos a las formas de mejorar cómo funcionamos, nos comunicamos y producimos. Esto subyace en casi todo lo que hacemos, desde la interacción en nuestras relaciones personales hasta iniciar fusiones en nuestras empresas.
Solucionamos problemas identificándolos. Eso generalmente significa centrarnos en lo que nos falta, y la forma más fácil de hacerlo es observando a otros. Dicho de una forma más fácil: conformamos nuestro propio sentido de carencia en base a la ganancia de otros.
¿Envidiar como camino a la felicidad?
1. Haz tu envidia más inteligente
El Dalai Lama dijo una vez que no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte. Estoy de acuerdo.
A menudo no tenemos ni la menor idea de lo que realmente queremos. Sabemos lo que queda bien en el papel y lo que deberíamos desear de acuerdo con la sociedad. Pero normalmente cuando envidias a alguien no tiene nada que ver con lo que ellos tienen. Más bien es acerca de cómo asumes qué te haría sentir a ti el hecho de tener eso.
Digamos que envidias el dinero de tu vecino -su enorme casa, su coche deportivo, y su status. Probablemente asumas que le hace sentir orgulloso, realizado e importante. No envidias su semana laboral de 65 horas, o el escaso tiempo que tiene para sus relaciones personales, o las facturas que le llegarían si algo sucediera a sus ingresos.
Toma esa envidia y oriéntala. ¿Sientes envidia porque alguien tiene algo que deseas? ¿O porque quieres sentirte mejor y asumes que ellos lo hacen?
2. Deja que tu envidia perfeccione tus deseos
Después de darte cuenta que otras personas no tienen necesariamente todo lo que tú crees que quieres, el siguiente paso lógico es averiguar qué es lo que realmente quieres. ¿Qué envidias realmente? El novio de tu hermana, ¿o un sentido de pertenencia? El trabajo de tu primo, ¿o un sentido de logro? El horario de tu tío, ¿o un sentido de aventura?
Puedes tener todo lo que quieras en la vida. Sólo tenes que identificar específicamente cuáles son las cosas que quieres y aceptar que lo que son para ti puede ser muy distinto de lo que son para otra persona. Una vez determines que la felicidad debe parecerse exactamente a la vida de no se quién, o que el logro se entiende por la carrera que tiene no se quién te habrás arrinconado en la esquina de la improbabilidad.
En lugar de abrir probabilidades, tu mente no puede concebir más y te apegas a la visión creada de algo de una persona en concreto.
Averigua qué quieres y deja que sea tu propia decisión personal.
3. Deja que la envidia te haga ser honest@
Ya sea que quieres sentirte de cierta manera, lograr algo, o tener algo que no tienes, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Qué te detiene? ¿Qué estás esperando a crear? ¿Tiene que ver con los obstáculos a los que te enfrentas? ¿O son tus miedos los que te detienen? ¿Está relacionado con tus limitaciones, o estás luchando con algún tipo de resistencia? ¿Realmente crees que puedes tenerlo? ¿O crees que no eres lo suficientemente inteligente o bien formad@ para que ocurra?
Cuando la envidia se vuelve tóxica suele ser porque quieres algo que crees que no podrás tener. Llega a la raíz de esa creencia. ¿Qué se mantiene permanente en tu camino?
4. Permite a tu envidia alimentar tu ética de trabajo
Incluso si la persona por la que sientes envidia no tiene la vida perfecta que te imaginas que tiene, el hecho reside en que tú realmente no eres del todo feliz con tus circunstancias actuales. Te sientes insatisfech@, y encima haces tu vida desgraciada en torno a ello en lugar de aprovecharlo.
¿Quieres algo más en tu vida? Ponte a ello. Motívate. Busca formas de conseguirlo y ponte en marcha. Elabora un plan. Cuéntaselo a un amigo. Conecta con la gente. Adáptate. Lucha contra el perfeccionismo. Y hagas lo que hagas, nunca dejes de avanzar.
Me he dado cuenta que la gran paradoja de la vida es que está sucediendo ahora, pero nos sentimos más vivos y valiosos cuando trabajamos hacia algo más grande que nosotros mismos. Creo que es posible aceptar, apreciar y disfrutar de todo lo que tienes hoy mientras empujas tu vida hacia un mejor mañana.
Puedes ser un ser humano, con sentimientos humanos (tanto positivos como negativos) y utilizar todos ellos para hacer de ti una versión mejor, más centrada y más feliz -en el presente, y como extensión natural, en el futuro. ¡A por ello!
Yo, como siempre, te espero en la próxima. Un gran saludo y un abrazo, Andrea.
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Enhorabuena por este texto. Dice justo lo que siempre he pensado.
Y gracias por publicar estos artículos, algunos deberían ser lectura obligada para el crecimiento personal.
Gracias a ti por tu aportación. Sí, yo también pienso lo mismo. Por eso los comparto con todos vosotros. Espero que os sirva de ayuda e inspiración para tomar acción en vuestras vidas en su sentido más amplio. Gracias de nuevo por tu comentario y un gran saludo!