Las palabras y sus significados


Giles Fraser es para muchos de nosotros, la cara aceptable del
anglicanismo. Se convirtió en una figura nacional cuando la protesta
Occupy en junio de 2011 fue obligada por la policía a abandonar su
lugar preferido -la Bolsa de Valores de Londres- para trasladarse a
la catedral de St. Paul. Él fue el único miembro del personal de la
organización que apoyó
la versión londinense de lo que se ha convertido en un movimiento
internacional de protesta contra la avaricia corporativa y la
injusticia social. Fue una vergüenza para la Catedral (y una pérdida
de ingresos), pero Fraser afirmó que se sentía feliz de que la
gente «ejerciese su derecho a protestar
pacíficamente».

Lamentablemente renunció como personal
de la Catedral en octubre de 2011 y actualmente es párroco en
Newington, Londres. Habitualmente realiza el espacio
de cuatro minutos ‘Thought for the Day’ (Pensamiento del día) en
la radio de la BBC y escribe una columna semanal los Sábados en The
Guardian. Ayer estaba de humor vacacional, pero escribió
malhumoradamente sobre el mal uso de las palabras. Fraser desaprueba
la forma en la que «literalmente» pierde su sentido cuando
se aplica de manera imprecisa. Sus hijos se divierten con su
«nerviosismo de mediana edad».

La palabra
que desata mi ira es ‘increíble’. La utilizan ampliamente los
medios de comunicación y los políticos y rara vez significa lo que
dicen. ‘Sorprendente’ está bien cuando se quiere expresar sorpresa,
pero eso no es lo mismo que «más allá de la credibilidad».
Le hablo al rostro inexpresivo de la televisión con frecuencia (y
tontamente), e inevitablemente cuando el entusiasmo de alguien excede
el significado real de la palabra. Sucedió ayer en ‘Springwatch’, en
la BBC, que al igual que muchos de los realities que emiten
por televisión trata tanto de los presentadores como del tema que
presentan, y en muchos casos más. En dos minutos, dos presentadores
dijeron ‘increíble’ tres veces. En todos los casos, la palabra
estaba mal utilizada. Todo el programa está dedicado a hacer visible
-y creíble- el mundo secreto de la naturaleza.

Otra cosa de
la radio y la televisión que me ‘enerva’ (bastante, en realidad) es
la frase «ya saben», que puede acentuar una entrevista. ¡No
lo sabemos! Ese es el propósito de la entrevista que supuestamente
está destinada a transmitir alguna información nueva u opinión a
los oyentes o televidentes. Tal vez sea una forma de congraciarse el
hablante, una especie de momento amigable que acerca al hablante y el
oyente. No para mí. Es un discurso descuidado.

Los hijos de
Giles Fraser tendrían que decir que se debe a la «irritabilidad
de los ancianos’ y, probablemente, estarían en lo cierto. Hay cosas
mucho más serias por las que preocuparse. Aún así…….

Bryan

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