¿Unión Europea? Hemos llegado demasiado lejos

El 50% de las personas quieren que fracasen las negociaciones entre Grecia y la Troika y así evitar (o paralizar) en España el avance una formación política similar a la Syriza.

El otro 50% de la población apoyan a Grecia y esperan que Syriza cumpla con sus promesas electorales.

Mi conclusión es que la política ha fracasado estrepitosamente. Desde que se inició la crisis de la deuda soberana en mayo de 2010 y, en consecuencia, las políticas de austeridad impuestas desde Bruselas han ocurrido muchas cosas tanto en el sur como en el norte de Europa.

A continuación, vamos a analizar algunas de ellas por orden cronológico desde una óptica lo más neutral posible.

1. Cumbre del G20 (15 de noviembre de 2008)

Tras la quiebra de Lehman Brothers (septiembre 2008), todos los países desarrollados se coordinaron rápidamente para luchar contra el pánico bancario, la desconfianza de los mercados financieros y el encadenamiento de fallidos de entidades financieras.

En un ejemplo sin precedentes de coordinación internacional, el G20 se reunió unas semanas después y firmaron un documento exhaustivo con los motivos de la crisis (tal vez no eran tan desconocidos) y las soluciones que debían tomar. Entre ellas, destaco las siguientes:

  • Fortalecer la supervisión bancaria y la solvencia de las entidades financieras.
  • Eliminar los paraísos fiscales.
  • Reforzar la transparencia y la responsabilidad en los mercados financieros.

Yo me creí aquel documento, pero aquellas bonitas palabras e intenciones chocaron contra las barreras inquebrantables de la burocracia y los conflictos de intereses.

La Unión Bancaria ha tardado 6 años en comenzar a implantarse, los paraisos fiscales son muy numerosos y siguen existiendo, y la responsabilidad de gestores bancarios y políticos corruptos ni está ni se le espera. Está es la realidad después de más de 6 años.

2. Crisis de deuda soberana (mayo 2010)

Durante 2009, todos los países desarrollados utilizaron el gasto público para mantener la demanda interna de sus economías, una vez desatada ya la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión de 1930. En España, el déficit público de 2009 fue del 11,2% del PIB: más de 100.000 millones de euros.

Y entonces hubo elecciones en Grecia (finales de 2009) y un cambio de gobierno. El nuevo gobierno se apresuró a depurar las cuentas públicas de Grecia y tanto la deuda pública como el déficit de 2009 se dispararon terroríficamente.

Los mercados se inundaron de desconfianza y todos los Ministros de Finanzas de la Unión Europea se encerraron durante el fin de semana del 8-9 de mayo de 2010 para alcanzar un acuerdo que mitigara el riesgo sistémico antes de que abrieran los mercados el lunes por la mañana.

3. Inicio de la austeridad: la Troika

Tras esa reunión maratoniana, todos los dirigentes políticos de los países europeos anunciaron contundentes medidas de austeridad para reducir el déficit público.

Después de casi 5 años y muchos sacrificios de la sociedad, algunas economías han hecho los deberes y otras no. Se buscan muchas excusas, como la reducción de los ingresos fiscales, pero la realidad es que una economía no se puede permitir que su Estado pierda dinero todos los años. Ni siquiera el 3% del PIB.

Bajo la tesis de «café para todos», se redujeron los gastos públicos más sensibles para la sociedad: sanidad, educación, pensiones y servicios sociales, pero no se ha podido controlar el saqueo y los privilegios de algunos parásitos del sistema.

Tener déficit significa, siempre, perder riqueza y empobrecer a las generaciones futuras. Ninguna excusa puede justificar el sacrificio de nuestros hijos.

4. La banca y el rescate de España

¿A quién rescató Bruselas en 2012? A mí no.

Y lanzo otra pregunta… ¿Quiénes hubieran sido los principales perdedores si hubieran quebrado CajaMadrid, Bancaja, CAM, Caixa Galicia y Catalunya Caixa, entre otras? La respuesta son los bancos alemanes, franceses e ingleses, y, por consiguiente, los ahorros de la población alemana, francesa e inglesa.

Y mientras en España se tardaban 4 años en intervenir a estas entidades y los españoles subvencionábamos a todo el sistema bancario pagando una deuda pública al 5-6% que nuestras entidades descontaban en el Banco Central Europeo al 1% (¡un disparate!), se aprueba un Plan de Rescate adicional por importe de 38.000 millones de euros través del MEDE e imponiendo la creación de un banco malo de carácter inmobiliario (para que se lucren los de siempre) y las pérdidas de los minoristas engañados que habían suscrito participaciones preferentes, cuotas participativas y bonos subordinados.

En mi opinión, hubiera preferido que no me hubieran rescatado.

5. El fracaso de los políticos

Estas preguntas son muy importantes porque están en el epicentro de las tensiones entre el norte y el sur de Europa.

En los países del norte se ha vendido (políticamente) que «los países del sur somos vagos y derrochadores«, mientras que aquí el discurso era que «la austeridad era culpa de Merkel y de Europa«.

Y en mi opinión, ni unos ni otros tienen razón:

  • Merkel ha intentado eliminar el gasto superfluo de nuestros políticos y no lo ha conseguido por falta de legitimidad suya y falta de responsabilidad de nuestras administraciones (en general). 
  • Y nosotros (el sur de Europa) tenemos muchos motivos para no querer asumir solos el tremendo coste de la ineficiencia regulatoria y supervisora del sistema bancario en años previos a la crisis, mientras que los ahorradores alemanes, franceses e ingleses «se van de rositas».

Hasta aquí son hechos pasados.

Las siguientes preguntas son… ¿Y ahora qué? ¿Dónde está el límite del cortoplacismo de los políticos?

Tengo muy poca confianza en los actuales políticos para arreglar un conflicto europeo que ellos mismos han creado y alimentado durante años. Mario Dragui trata de forzar a un acuerdo, pero me temo que llega tarde. Las alternativas son extremas y difíciles de asumir porque amenazan con medidas que son irreversibles.

En el norte avanzan los partidos de extrema de un lado y en el sur los extremistas del otro.

¿Y ahora qué hacemos? No lo sé

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2 Respuestas

  1. sala2500 viajero 9 años ago
  2. Ramón Pedreño 9 años ago

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