Visión pesimista de la economía española

Ya hemos dado nuestra Visión optimista de la economía española en estos momentos, algunos lectores nos han dicho que, aunque útiles, «ya se encargan de dar esta visión los políticos y otros interesados», conminándonos a dar una visión más pesimista de la economía española, algo que puede ser útil para extremar la prudencia y ajustar las decisiones en la empresa a la realidad del mercado.

Al respecto ya hemos tratado algunas cuestiones sobre la situación actual en crisis financiera, crisis de liquidez, etc. que no vamos a repetir aquí. Nos limitaremos a recoger aspectos que constituyen sombras, debilidades y potenciales alteraciones de la economía española en los momentos actuales.

Datos y hechos negativos sobre la economía española

1. Desaceleración del crédito. Algunas de las consecuencias derivadas de la actual crisis financiera y de liquidez es la desaceleración de la inversión crediticia, pasando de unos niveles entorno al 30% a menos del 10%.
2. Desequilibros exteriores. Aunque con mejoras muy recientes, una buena parte de nuestro crecimiento económico se va por el sector exterior. Nuestro déficits vienen a poner de manifiesto un problema de competitividad. El déficit comercial representa el 9% del PIB y está ligado también a una evolución no favorable de la productividad.
3. Déficit en la entrada de capitales. Aunque el lado positivo es que nuestro volumen de inversión exterior nos permite refugiarnos en economías emergentes muy dinámicas (Brasil, China, India…), lo cierto es que el saldo negativo entre la inversión directa de España en el exterior y la inversión directa del exterior en nuestro país arroya un saldo (2006) de -49.123,5 millones de euros.
4. Previsiones pesimistas sobre el crecimiento económico español. No todas las previsiones son del tipo FMI, Banco de España, Ministerio de Economía, etc. Standard & Poor´s (S&P), la mayor agencia de calificación financiera del mundo, cree que el tirón de la actividad constructora no podrá ser suplido con facilidad por la industria y las exportaciones. Vaticina que la economía española crecerá en torno al 2% de aquí hasta 2015. Apunta incluso que la economía española podría tardar cinco años en volver a tasas de crecimiento cercanas al 2%.
5. La inflación acumulada de la economía española. Algunos analistas destacan que España lidera en la eurozona la inflación acumulada durante los últimos años (1999-2006). Frente a 18,4% de media en el conjunto de la zona euro, en España la tasa alcanza el 34,1% (un 17,7% por encima de dicha media. Estas diferencias en la inflación acumulada son muy acusadas con respecto a países como Alemania (12,55%), Francia (14,3%), incluso Italia (21,3%). La pérdida de competitividad vía precio en un mercado fundamental para los productos españoles (el de la UE) es un elemento a considerar de cara a fomentar el aumento de las exportaciones. Así mismo, el diferencial de inflación acumulada nos indica la importancia de las reformas estructurales pendientes.
6. La confianza de los consumidores. Subidas de tipos de interés, percepción de debilidad en las compras de viviendas, todo ello obliga a mirar de reojo la situación del mercado inmobiliario español y al evolución de algunos de los componentes de la demanda (demanda exterior, inmigrantes, etc.). La falta de confianza de los consumidores podría retraer el consumo y las ventas de determinados tipos de bienes.
7. Desarrollo de Internet y de las nuevas tecnologías de la información y de las comunicaciones. La carencia de políticas efectivas en estas materias está llevando consigo un retraso estructural importante respecto a Europa. Estas deficiencias se traducen en pérdidas potenciales de productividad empresarial y una débil posición de esta industria en el mercado mundial.
8. Carencia de políticas activas en favor de la competitividad (I+D, educación). Reducidas a fuertes apuestas en infraestructuras, la debilidad de la reformas estructurales e inversiones en la educación y en las políticas de I+D+I, respecto no sólo los países más avanzados sino algunas economías emergentes, puede dificultar las ganancias de competividad y de la industria como relevo a la fuerte actividad constructora de los últimos años.
9. Corrupción en el sector inmobiliario. El índice de percepción de la corrupción en España, tras casi una década de mejora, ha vuelto a retroceder en los últimos tres años, pasando de 7,1 en 2004 al 6,8 en 2006 (de 0 a 10, siendo 10 un país sin corrupción). Este retroceso se atribuye a la gestión de los proyectos inmobiliarios en los ámbitos locales.
10. Emprendedurismo, star -up, patentes, sectores de futuro. La economía española no presenta indicadores favorables en estas vertientes que favorezcan un mayor protagonismo de la industria y los servicios competitivos.

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