que se ha dado en llamar la ruta de las Villas. El Ayuntamiento ha dispuesto una serie de paneles informativos en el mismo paseo que orientan al visitante sobre las características de las villas más interesantes. Así, está Villa Amparo que fue una de las primeras en construirse a finales del siglo XIX y que durante la guerra civil española estuvo habilitada como hospital, o Villa Paquita, que como espacio de reuniones desarrolló una gran actividad social entre los veraneantes de principios del siglo XX, o Villa Victoria, construida en 1911, que fue el centro de la vida nocturna en aquellos tiempos y que paradójicamente pasó a ser casa de la cultura durante la guerra civil al ubicarse en la villa una biblioteca. Realmente toda la zona de Las Villas se utilizó como hosp
ital de guerra y centro de reposo de las Brigadas Internacionales que combatieron en apoyo de la Republica Española. Se cuentan historias y leyendas sobre la presencia en el lugar durante esa época de personajes ilustres como Ernest Hemingway o Henry Cartier Bressons. Al final del paseo, frente a una torre con rasgos arabescos, metido totalmente en la playa está el Hotel Voramar. Construido en 1929 como balneario y ampliado posteriormente a hotel y restaurante, fue utilizado también como hospital al igual que el resto de las Villas. Posteriormente, el hotel ha sabido mant
ener el ambiente y el estilo de principios y mediados del siglo pasado. Luis García Berlanga lo utilizó como escenario de su película “Novio a la vista”, rodada en 1953, pero ambientada en los años veinte. Recientemente, en 2008, M
anuel Vicent utiliza el hotel como escenario en el que veranean varios pintorescos personajes a mediados del siglo pasado en su libro titulado “León de ojos verdes” en clara referencia a un pequeño león de escayola que está al principio de la balaustrada de acceso a la playa desde la terraza del hotel y cuyos ojos
alguien ha pintado de verde. Actualmente, es el restaurante del hotel el que se lleva la fama. Aunque hacen unos arroces mediterráneos que están para chuparse los dedos, lo mejor suelen ser los aperitivos y entrantes. Las alcachofitas con foie y las tellinas y las puntillitas, cuando estamos en temporada, están deliciosas. Por eso, cada vez que viajo por el litoral valenciano, intento hacer una parada en el hotel Voramar para disfrutar de su comida y respirar el amable y tranquilo ambiente que le rodea.
Hola Mario, preciosas esas villas de Benicasim. Estuve por allí hace unos años y creo que me perdí lo mejor. Cosas de la juventud y de la morriña por la playa.
El día que nos regala 'el bisiesto' me voy a acercar a ' Castilla La Vieja ', en principio a Oña y Frías. No los conozco y quiero empaparme un poco de Arte, Historia y Paisaje…acercarme al castellano recio.
Saludos, y adelante…
Blanca