Es una enfermedad crónica y autoinmune que puede dañar cualquier parte del cuerpo.
Normalmente nuestro sistema inmune produce anticuerpos que protegen nuestro cuerpo de virus, bacterias y gérmenes.
Cuando una persona sufre de lupus:
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Su sistema inmunológico no funciona correctamente. No es capaz de diferenciar entre los patógenos externos y los tejidos sanos del cuerpo, y crea anticuerpos que atacan y destruyen el tejido sano. Estos anticuerpos causan inflamación, dolor y daño en varias partes del cuerpo.
- El lupus no es contagioso, ni siquiera a través del contacto sexual.
- El lupus es difícil de diagnosticar porque sus síntomas aparecen y desaparecen, son similares a los de otras enfermedades, y no hay ninguna prueba de laboratorio que puede identificar definitivamente la enfermedad.
- Afecta sobre todo a mujeres en edad fértil (entre 15 y 44 años), aunque puede atacar a personas de cualquier edad y sexo. Ocurre entre 10 y 15 veces con más frecuencia en mujeres adultas que en hombres después de la pubertad. Los síntomas de la enfermedad son los mismos en hombres que en mujeres.
- Las mujeres de color tienen entre 2 a 3 veces más riesgo de lupus que los caucásicos. Las razones para estas diferencias étnicas no son claras.
- El lupus puede afectar a muchos órganos diferentes, por lo que puede manifestarse una amplia gama de síntomas. Los síntomas más comunes son:
– Cansancio extremo.
– Dolores de cabeza.
– Articulaciones inflamadas.
– Dolor en las articulaciones.
– Fiebre.
– Anemia.
– Hinchazón en pies, piernas, manos y/o alrededor de los ojos.
– Dolor en el pecho en las respiraciones profundas (pleuresía).
– Sarpullido en forma de mariposa en las mejillas y la nariz.
– Fotosensibilidad.
– Pérdida de cabello.
– Problemas de coagulación.
– Los dedos se ponen blancos y/o azul con el frío (fenómeno de Raynaud).
– Úlceras en la boca y/o en la nariz.
- Las causas del lupus son desconocidas. Se cree que existe una predisposición genética para la enfermedad, pero que algunos factores ambientales también tienen un papel muy importante en la aparición de la enfermedad.
- Existen tres tipos de lupus: eritematoso (afecta sólo a la piel), sistémico (el más severo, puede afectar casi a cualquier parte del cuerpo) y el secundario a medicamentos.
- La detección y tratamiento precoz es la clave para un mejor resultado para la salud, y por lo general pueden disminuir la progresión y la gravedad de la enfermedad.
- No hay dos casos de lupus iguales, por lo que el tratamiento varía dependiendo de los síntomas y las necesidades de cada paciente.
- Los fármacos antiinflamatorios, antimalaria y los esteroides, como la prednisona, se utilizan para tratar el lupus. Algunos fármacos citotóxicos similares a los utilizados en los tratamientos de quimioterapia para el cáncer también se utilizan para suprimir el sistema inmune en pacientes con lupus.
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