El consumo de aguacate puede estar asociado con una alimentación más saludable.
El consumo de aguacates podría estar asociado con una dieta de mejor calidad.
Los resultados de un estudio, publicado en la revista Nutrition Journal, muestran que los consumidores de aguacates tiene una mayor ingesta de nutrientes importantes, un menor consumo de azúcares añadidos, un menor peso corporal, un menor índice de masa corporal (IMC) y de la circunferencia de la cintura, un aumento de los niveles de colesterol «bueno» y un menor riesgo del síndrome metabólico.
Los datos de la encuesta del Sistema Nacional de Salud y Nutrición Examination Survey (NHANES) realizada en 17.567 adultos estadounidenses de más de 19 años, reveló que los 347 adultos que consumen alguna cantidad de aguacate durante su dieta diaria tenían una ingesta significativamente mayor de varios de los nutrientes más positivos para la salud que los que no consumen aguacates.
Los consumidores de aguacate tenían una ingesta significativamente más alta de ciertos nutrientes importantes como un 36% más de fibra dietética, 23% más de vitamina E, un 13% más magnesio, un 16% más de potasio y un 48% más de vitamina K que los no consumidores de aguacate.
Además, los consumidores de aguacate también tenían una ingesta significativamente más alta de grasas «buenas» (18% más de grasas monoinsaturadas y un 12% más de grasas poliinsaturadas) y de grasas totales (11% más) que los no consumidores, aunque la ingesta calórica promedio de ambos grupos fue la misma.
Los consumidores de aguacate también tuvieron valores significativamente más bajos de IMC (índice de masa corporal), de la circunferencia de la cintura, peso y niveles de colesterol bueno (HDL) que los no consumidores.
El estudio encontró que los consumidores de aguacate tenía un 50% menos de probabilidad de sufrir síndrome metabólico en comparación con los no consumidores. El síndrome metabólico es un nombre dado a un grupo de factores de riesgo que, cuando ocurren juntos, aumentan el riesgo de enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.
Fulgoni VL, Dreher M y Davenport AJ. Nutrition Journal (2013). Online.
Lecturas relacionadas:
Ninguna Respuesta