Tras el análisis de la demanda de vivienda por la inmigración y por los extranjeros nos ocupamos finalmente de la canalización del ahorro entre el binomio Invertir en Bolsa / Invertir en vivienda, sobre el que algunas opiniones parecen dar un veredicto hacia la segunda opción.
No obstante, los inversores inteligentes deben tener razonables dudas sobre si, a los precios actuales de la vivienda, se pueden seguir obteniendo fuertes revalorizaciones. También, si las precauciones señaladas por el FMI, BCE, The Economist, etc. no ralentizarán notablemente el furor de compras masivas y especulativas. Por contra, la Bolsa ha aportado ganancias en los últimos tiempos y los precios de muchos valores sólidos siguen siendo bajos y atractivos.
Los mercados de valores de todo el mundo quizás estén esperando una nueva «ola tecnológica», ligada a la infotecnología, biotecnología y la nanotecnología. Con la aparición de nuevos sectores y empresas que actúen de motores potentes del resto de la economía. El mercado parece dispuesto a premiar cualquier apuesta sólida asociada a las nuevas tecnologías.
El éxito de Google, es muy indicativo de la respuesta que los mercados bursátiles pueden dar a propuestas sólidas, incluso en este caso a las denostadas punto.com. De producirse nuevos avances tecnológicos en los sectores citados (puede leerse: 2005, el año de la nanotecnología), la opción de invertir en vivienda puede ser menos atractiva.
Decíamos en nuestros dos post anteriores que el peligro del estallido de una burbuja inmobiliaria en España quizás tenga mucho que ver con la posible solución de los problemas que tiene planteados el mercado de la vivienda en España.
Para evitar el temido estallido quizás hay que empezar por crear unas condiciones favorables para que los inmigrantes puedan acceder a la compra de la vivienda o a un mercado de alquiler con garantías para inquilinos y propietarios. Y, en segundo lugar, hay que cuidar e impulsar el mercado real de residencia para los europeos y extranjeros en detrimento de los riesgos asociados a una demanda fuertemente especulativa.
Así las cosas, nos temenos que lo que está manteniendo la burbuja inmobiliaria en España son unos tipos de interés bajos y estables por un lado y, por otro, el diseño de préstamos hipotecarios (25 ó 30 años de amortización, 100% ó 120% de la tasación…) que han sido capaces de evolucionar hasta afrotar las exigencias derivadas de los altos precios de la vivienda.
Si la política de vivienda del gobierno fuera capaz de «resolver» las cuestiones anteriormente planteadas con relativa urgencia: acceso a la compra o alquiler de vivienda de los inmigrantes, capas más desvaforecidas, jóvenes, etc. y el fortalecimiento del mercado real de segunda residencia de los europeos, quizás las probabilidades de «absorber» la burbuja fueran bastante altas. Si el gobierno no hace sus deberes diligente y rápidamente y los tipos de interés suben (tal como es previsible a medio plazo), el mercado de la vivienda puede conllevar algunos problemas relevantes para la economía española y los españoles.
Enlaces:
Europa Press difundía un Estudio de Analistas Financieros Internacionales el 1/12/2005:
«No habrá debacle», vaticinó el director general de AFI. De este modo, y a pesar de que los niveles futuros de demanda serán más moderados que en los años precedentes, período en el que en gran medida quedó cubierta la demanda insatisfecha, aún estarán por encima del promedio registrado en los años noventa.
«El menor volumen de demanda no comportará riesgos significativos para la oferta, ya que en el peor escenario se mantendrán los registros de la década anterior», señala el informe presentado por AFI.
Las previsiones del estudio comprenden, por una parte, el período 2004-2008, pese a reconocer que las estimaciones iniciales para 2004 han sido superadas, en tanto que en este año se volverán a superar las 600.000 viviendas demandadas.
De la media anual de 495.225 viviendas previstas hasta 2008, un total de 239.953 unidades corresponderán a viviendas principales (39.361 de inmigrantes), mientras que las 255.272 restantes serán no principales.
De estas últimas, 162.229 serán viviendas secundarias (72.813 de nacionales, 89.417 extranjeras) con un resto de demanda motivada por otros fines de 93.043 unidades.
El director general de AFI destacó las peores previsiones de inversión extranjera en el mercado residencial español como consecuencia de la subida de tipos de interés en el Reino Unido y el empeoramiento de las expectativas de renta familiar en la economía alemana.
«La entrada de inversión extranjera en España está prácticamente estancada desde hace un año».
No obstante, para el período 2008-2013 se prevé una recuperación de la demanda extranjera, hasta el entorno de las 110.000 viviendas secundarias.
Entre 2008 y 2013 la demanda de vivienda principal bajará hasta las 180.785 unidades, de las cuales 24.620 serán de inmigrantes, mientras que 251.389 corresponderán a demanda de vivienda no principal, cayendo hasta las 51.143 viviendas secundarias demandadas por españoles).
«La demanda nacional de segunda vivienda ha experimentado un fuerte impulso en los últimos años, evolución que entrará en un proceso de normalización tras un período de fuerte dinamismo».
Por C. Caballero
5 Días
08/01/05, 12.30 horas
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Por segundo año consecutivo, invertir en Bolsa ha resultado más rentable que hacerlo en ladrillo. Mientras que en 2004 el precio de la vivienda nueva creció un 12,5%, el Ibex 35 se revalorizó un 17,4%.
Apesar de que en España es generalizada la creencia de que el ladrillo es la inversión más rentable, la Bolsa ha superado en 2004 al mercado inmobiliario en rentabilidad por segundo año consecutivo.