En la investigación se utilizó un juego de memoria. Por la mañana, los niños aprendieron el lugar en que estaban colocadas unas imágenes en una cuadrícula. Por la tarde durmieron una siesta o permanecieron despiertos y en silencio durante aproximadamente una hora y 15 minutos. Después de este periodo, los niños volvieron a realizar la misma tarea.
Se encontró que los niños que dormían siesta recordaron mejor donde estaban colocadas las imágenes que los que se mantuvieron despiertos.
Aunque las políticas educativas de muchos países establecen la eliminación de las siestas en niños de edad preescolar, los resultados sugieren la importancia de las siestas ya que los niños aprenden información por la mañana, la consolidan durante la siesta y crean una nueva base para el aprendizaje de cosas nuevas por la tarde.
Kurdziel L, Duclos K y Spencer RMC. Proceeding National Academy of Science (2014). Más información.
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