Por qué los niños deben hacer deporte

Los deportes promueven la confianza y un estilo de vida saludable y activo.

Los niños que practican deportes tienen menos probabilidades de convertirse en niños obesos, de abusar de drogas o alcohol o ser malos estudiantes.

Aprender a competir prepara al niño para las exigencias de la vida adolescente y adulta, incluyendo la capacidad para hacer frente tanto al éxito como al fracaso.

 

 

¿Qué beneficios tiene que los niños practiquen algún deporte?

Los beneficios son numerosos.
Las investigaciones has demostrado que el deporte contribuyen al bienestar psicológico reduciendo la ansiedad, la depresión y mejorando la autoestima.
En el deporte, los niños pueden encontrar un medio social para promover un espíritu de interacción social, de cooperación y de amistad
Los deportes ayudan a pensar críticamente y a resolver problemas, fomentan la autodisciplina, la confianza, el respeto por los demás, las habilidades de liderazgo, a fijarse metas y a alcanzarlas, y a afrontar problemas. Todos estos aspectos establecen la base de la formación del carácter del niño. 
Los deportes también mejoran los resultados académicos y ocupacionales, reducen el abandono escolar y la delincuencia. Además, también permiten desarrollar la conexión mente-cuerpo, fortaleciendo el cuerpo y entrenando la mente para usarla para la acción y reacción.
 

¿Qué factores influyen en el éxito de un niño en un deporte?

Sobre todo que el niño haya elegido el deporte.
Cuando los niños eligen participar en un deporte por su cuenta, su motivación para tener éxito se fortalece. 
También es importante la forma en que el niño maneja la competitividad, es decir como llevan lo de perder y ganar. En este punto, el apoyo y refuerzo positivo de la familia, compañeros, maestros y entrenadores puede ayudar al niño a desarrollar un sentido positivo de sí mismo en la participación deportiva.
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¿A qué edad es recomendable que los niños comiencen a practicar un deporte?

Los niños menores de 5 años de edad deben participar en actividades motoras simples y de exploración. Actividades que les permita moverse y divertirse, y que no se centren demasiado en los juegos organizados. 
Aunque los deportes de equipo permiten conocer a otros niños y hacer algo de ejercicio, puede que para niños en edad preescolar sea demasiado complicado, puede que incluso no puedan comprender ni las reglas más simples.
Normalmente, los niños en edad preescolar no dominan algunos de los aspectos más básicos de la práctica deportiva como lanzar, atrapar o guardar turnos. Por lo que esto puede resultarle frustrante y desalentarle en su participación futura en otros deportes.
En los niños pequeños lo mejor es que las actividades en las que participen sean divertidas, y que se centren en el desarrollo de habilidades, del trabajo en equipo y de probar diferentes deportes. 
Es importante evitar la especialización precoz y el tiempo de juego demasiado largo. 
 

¿Qué pasa cuando un niño no quiere practicar ningún deporte?

Este aspecto puede tener muchos puntos de vista, aunque un pequeño empujón de mamá o papá a veces es necesario y útil. 
A los niños no les gusta la incomodidad. Cualquier nueva actividad fuera de su zona de confort, requiere que el niño realice un esfuerzo que en ocasiones puede ser difícil o incluso desafiante. Aunque si se empuja demasiado a los niños, éstos pueden rebelarse, también puede pasar que si los padres no presionan lo suficiente, los niños pueden llegar a ser autocomplacientes y no tener motivación.

¿Cómo pueden los padres ayudar a desarrollar un buen espíritu deportivo?

La actitud y los comportamientos enseñados a los niños en relación al deporte continuará en la vida adulta. Por esto, los padres deben tomar un papel activo en ayudar a los niños a desarrollar un buen espíritu deportivo. 
Sería importante: 
  • proporcionar apoyo emocional y motivación positiva.
  • asistir a los partidos y entrenamientos.
  • tener expectativas realistas.
  • aconsejar al niño sobre sus experiencias con el entrenador y los otros miembros del equipo.
  • ayudar al niño a encajar las decepciones y a perder.
  • modelar un comportamiento respetuoso. 
También es importante hablar con el niño de ciertos aspectos que puede observa en los eventos deportivos. Cuando no existe deportividad, es importante discutir otras maneras en las que se podría manejar la situación. Aunque durante una competición puede ser difícil mantener el control y el respeto, destaque que el comportamiento irrespetuoso no es aceptable. El éxito no es lo mismo que ganar, y el fracaso no es lo mismo que perder.
 

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