La mayoría de las personas no experimentan ningún síntoma en las primeras etapas de la enfermedad.
- Problemas en el cuarto de baño.
Las personas diagnosticadas con cáncer de colon a menudo se dan cuenta que han estado sufriendo problemas digestivos durante algún tiempo sin darle importancia.
La diarrea crónica, los gases, el estreñimiento, o una combinación de los tres pueden ser signos precoces de un problema intestinal. También es necesario consultar con el médico cuando se nota que los intestinos no se vacían por completo o cuando las heces son más finas que de costumbre.
Muchos pacientes con cáncer colorrectal recibieron un diagnóstico previo de colitis, síndrome del intestino irritable u otra condición del intestino antes de hacerse las pruebas y ser diagnosticados con cáncer.
Cuando los síntomas digestivos persistan durante una semana o más, es importante consultarlo con el médico.
- Debilidad y cansancio.
Uno de los pocos signos de cáncer colorrectal temprano que aparece durante el inicio de la enfermedad es la fatiga, la debilidad y el malestar general.
Sentirse más cansado o débil de lo normal, notar que hacer algo de ejercicio o algún esfuerzo cuesta mucho. Tener necesidad de dormir más de lo normal o tener dificultades para levantarse de la cama. Algunas personas notan mareos por el esfuerzo, como por ejemplo al subir escaleras o cuando se levantan de repente.
La existencia de pólipos o tumores grandes puede provocar el sangrado anal, y con el tiempo, la pérdida de sangre puede llevar a la anemia por deficiencia de hierro y puede disminuir los niveles de oxígeno en la sangre.
- Pérdida de peso o falta de apetito.
La pérdida de peso que no puede ser explicado por otros factores es probablemente el signo temprano más común de cáncer de colon y de otros cánceres digestivos.
No tener tantas ganas de comer como normalmente o sentirse lleno más rápido de lo normal también pueden ser signos de un cáncer de colon.
A medida que el tumor se va desarrollando, la digestión puede ralentizarse. Cuando el cáncer de colon se disemina al hígado, la capacidad del cuerpo para deshacerse de los desechos disminuye, lo que provoca la pérdida severa del apetito.
- Dolor de barriga.
Que de forma esporádica haya malestar estomacal no es preocupante. Pero cuando los cólicos, indigestión, náuseas y vómitos se producen con mucha frecuencia, sí que puede haber un motivo de preocupación.
El malestar estomacal incluye gases, hinchazón, náuseas, vómitos, calambres, dolor agudo y punzante, y la acidez crónica o el ácido gástrico.
- Molestias o sensibilidad en el abdomen.
Si al tocar el abdomen, el estómago o la ingle hay dolor o alguna molestia puede ser una señal temprana de la existencia de algún crecimiento tumoral en el tracto digestivo.
Si aparecen estos síntomas, lo mejor es esperar unos días para ver si el dolor desaparece, por si estuviese causado por algo que se comió o por una intoxicación alimentaria. También puede estar asociado a la existencia de parásitos intestinales.
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