Desde el primer día los caballos de la granja fueron la fascinación de los niños (ver Fotos de Caballos de N. C.).
Sin embargo, la presencia de los caballos en la granja y la comunicación existente entre la casa, los establos y el cercano prado donde pastaban fue adquiriendo importancia. Hasta que llegó el día que fue una necesidad ir a buscar un sitio cercano para que los chicos pudieran satisfacer su deseo de montar a caballo.
Montar a caballo en la campiña inglesa
El sitio elegido, por recomendación de Brett y Jonh, fue la Franks Farm y su Trekking Centre, situadas en el pueblo de Wellow, en el cercano condado de Somerset. Pese a que la granja tenía una gran provisión de caballos de todo tipo, los establos más cercanos eran una buena muestra de la docilidad y buen carácter de los caballos existentes, incluso los más grandes. El gran número de niños que esperaban era el mejor indicio de que habíamos dado con el sitio idóneo.
Joaquín y David montaron sendos ejemplares respetables en tamaño, pero dóciles. Al cabo de unos minutos un grupo de unos diez jinetes, incluidos cuatro monitores del personal del Centro fueron a das un largo paseo por el pueblo y los alrededores, disfrutando de paisajes de difícil acceso en vehículo.
Mientras mi mujer y yo fuimos a dar un delicioso paseo por Wellow. Era un día magnífico con un sol radiante; algunas de las gentes del pueblo se despojaban de la ropa para tomar el sol en los bancos de los jardines situados a la entrada.
Inteligentemente, el pueblo de Wellow habia recurrido a los caballos y a las bicicletas (su colegio impulsaba una red de enlaces de escuelas en el Reino Unido para fomentar en senderismo y el ciclismo) para disfrutar del paisaje rural. Sin duda, una encomiable idea.
Pensé que pese a los avances tecnológicos de dispositivos para niños como la Play Station, la Game Boy y cosas similares, montar a caballo, sigue siendo una experiencia única. A la vuelta, la cara de nuestros niños, asi lo reflejaba.
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