Llegar a donde estas

‘Tengo 94 años’ dijo Edna, incapaz de ocultar su orgullo de poder hacer esta declaración. Es una amiga que no hemos visto durante los 8 años desde que nos trasladamos de Sheffield a Bath. Es una mujer con energía y aunque vive sola tiene muchos amigos de la iglesia a la que va todas las semanas.

¿Me pregunto cuando dejas de intentar ocultar tu edad real y a lo contrario lo declaras a todo el mundo? ¿Quizás cuando tengas 80 años? Con mis 79 años caso estoy a punto de declarar que casi tengo 80 años especialmente cuando mi edad real ya no sorprende a nadie. Antes cuando decía mi edad la gente solía reaccionar diciendo ‘¡no puede ser!’ pero ahora cuando anuncio mi edad y espero palabras de sorpresa no existen.

Tu edad puede sorprender a la gente pero sobre todo te sorprende más a ti mismo. No me lo puedo creer la gente dice sobre si mismos. Nadie planea ser un anciano pero ser muy mayor te llega y solo son los cambios físicos los que te lo recuerda – la falta de memoria, los dolores y las enfermedades asociados con envejecer. Y entonces la voluntad de sobrevivir se convierte en el proyecto más importante de tu vida. La pregunta ‘¿cuantos años más cumpliré?’ aparece en tu mente aunque intentas concentrarte en vivir cada día.

Una señal de ser un anciano es leer los obituarios en los periódicos con más interés. A veces veo el nombre de alguien que conocía o de alguien de quien me suena el nombre. Pero la primera cosa que busco es cuantos años tenían. Es igual cuando estoy en un cementerio aunque me interesan los nombres me interesa mas cuantos años vivieron.

He pasado mucho de mi vida trabajando con la gente mayor y pensaba que sabia todo sobre ello. Pero ahora que soy un anciano es bastante diferente a lo que me imaginaba. Veo ancianos en la ciudad pequeña donde vivo y a veces tienen problemas de movilidad que tienen que superar con mucha determinación.

Y aunque todavía no he llegado a esa etapa de mi vida estoy orgulloso de ser uno de ellos. Como mi amiga Edna.

Bryan

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