Leer

Decidí hace algunos meses no leer libros con más de 400 páginas. No es un buen método para juzgar la calidad de un libro, se supone que el contenido tiene menos valor que el número de páginas pero ya no tengo la misma capacidad de concentrarme que antes. A veces leo un párrafo y después no recuerdo de lo que se trata y a menudo tengo que volver a leerlo y después tengo que repetir el proceso. Los caracteres en una novela entran y salen de la historia y a veces no tengo ni idea cual su sitio en la historia. Pero leer sigue siendo importante para mi. No solo porque ejercito mi mente sino porque me introduce a otras maneras de pensar y las ideas y experiencias de otras personas – no importa si se trata de hechos o de ficción.

Acabo de leer ‘La historia de la Cristianismo – los primeros 3000 años’ escrito por Diarmaid Mac Culloch. Fue un regalo que me hicieron en las navidades 2009 y he pasado el año 2010 leyéndolo. Con más de 1000 páginas ha sido una labor con mucha disciplina más que un placer y justifica mi decisión de no leer libros largos… jamás.

¡Que libro que autor y que historia! El nivel de la intelectualidad del autor es asombroso y la investigación ha sido meticulosa. Que Mac Culloch consigue tanto y en tanta detalle me asombra. Debe de tener un sistema fantástico de catalogar los hechos para poder hacer referencias a una historia que incluye todo la tierra pero el texto no es aburrido porque Mac Culloch tiene un sentido de humor maravilloso y sus comentarios irónicos sobre los numerosos historias de gente pomposa son deliciosos.

¡Y hay tantas! El uso de la religión para la política y la definición de la identidad nacional aparecen una y otra vez en toda esta larga historia.

A pesar de que el sujeto del libro es enorme es un libro bastante personal también. Te da la impresión de que llegas a conocer el autor. Mac Culloch es impaciente con el abuso del poder por los católicos y aparece que le fascina la tradición del Cristianismo ortodoxo del este algo que en el oeste somos ignorantes y muestra afección para una actitud discrepante a la fe en general. Durante unos años daba clases en el mismo colegio teológico donde yo iba aunque no fue profesor en mi época.
Aunque Mac Culloch critica mucho de las doctrinas del Cristianismo y ya no practica también es positivo y tiene esperanza para el futuro. El libro acaba diciendo que esta religión ‘joven’ todavía puede tener más secretos para revelar.

Debo volver a leer parte del libro. Pero mientras tanto debería volver a mi resolución de leer libros con menos páginas.
Bryan

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