Este verano he pasado una semana de vacaciones con el resto de la familia en St. Juan, Alicante. Hacia mucho calor y mucho sol. Aunque todavía no era Agosto la playa estaba llena de gente con sus toallas para marcar su territorio y sus sombrillas para conseguir por lo menos un poco de sombra. Hubo muchas familias con niños pequeños haciendo castillos y experimentando con la arena y el agua.
Había mucha gente mayor también tanto gordos como flacos. Parecía que no tenían vergüenza de las señales físicas de su edad mientras paseaban por la orilla y la gente joven estaba prácticamente desnuda.
Vi un hombre mayor en el agua con dos personas ayudándole salir. Tenia que parar para respirar y recuperar su confianza sus ayudantes parecían preocupados mientras le ayudaban llegar a la orilla. También vi una mujer mayor tomando el sol medio desnuda a pesar de su edad avanzada. Yo era más cauteloso y me solía sentarme en una silla debajo de una sombrilla leyendo y observando el mundo mientras el resto de la familia jugaba o nadaba en el mar.
El sentido de libertad y estar incluido es sin duda el resultado de el clima Mediterránea pero también refleja y esta alimentado por la cultura de la familia que sigue siendo un elemento importante de la vida en España. Vi tres o cuatro generaciones de una misma familia, una parábola de como ambos los jóvenes y los mayores pueden formar parte de la misma comunidad.
Y así debería ser.
Bryan