‘No vas a mejorar, pero puedo hacer para que las cosas sean mas fáciles para ti’ – eso es lo que dijo una enfermera a un amigo mío. Tiene 79 años y ha tenido cirugía cardiaco dos veces y sufre de la enfermedad de Parkinson además de otros problemas de salud menos importantes. Tiene una huerta cerca de la mía y lleva cuarenta años trabajando en ella. Ahora no puede agacharse o estar de rodillas pero dijo durante uno de nuestras conversaciones esta semana que puede manejar plantar las cosas con una pala. La evidencia de eso era varias líneas de berzas recién planteados.
Es un momento difícil cuando los médicos te dicen que no pueden curar tus problemas de salud. Cuando visites a tu medico de cabecera esperas que lo que tienes es curable y que tu medico puede solucionar tus problemas de salud. Vas con la expectación de buenas noticias quizás tienes que ir a ver un especialista o el fisioterapeuta, o tomar medicinas o incluso seguir un régimen especial.
Pero para la mayoría de nosotros cuando pedimos los consejos de los médicos esperamos que lo que tenemos puede ser solucionado y con el tiempo volver a la normalidad. Sin embargo cuando envejeces la normalidad puede ser algo negativa. Curarse de todo a veces no es posible y enfrentarse con esa situación es como una prueba de carácter.
Conozco gente que cuando llegan a esa etapa en sus vidas se rinden pero muchos otros aceptan los últimos días de sus vidas con inmensa coraje y resistencia. Conocí una persona así hace poco. L tiene 95 años, hace un año le tuvieron que amputar su pierna. Vive en un asilo para mayores y cuando le conocí ella se expresaba con facilidad y admiraba sus cuidadores. Dijo que dios le cuidaba bien. Cuando yo llegue al momento de la verdad dudo que tendré tanto espíritu como mis dos amigos – pero me gustaría ser así.
De todas formas espero que pase mucho tiempo antes de ese momento.
Bryan
