He estado leyendo dos libros autobiográficos. Uno esta escrito por un viejo compañero del colegio donde estudiamos para ser pastor. Habla detalladamente sobre su vida como pastor que le llevo de ser un pastor tradicional con responsabilidades en relación a cuidar la comunidad en que vivía. El otro libro esta escrito por un ex-compañero de trabajo, un pastor Anglicano, quien refleja sobre sus anos en la zona este de Londres, donde trabajaba y vivía durante los once anos antes de jubilarse. Escribe con humor y con viveza sobre sus experiencias. Ambos libros revelan mucho y, en mi opinión, a veces demasiado.
Hubo momentos cuando estaba leyendo cuando quería que el autor parara de hablar de un tema – quería decirle que no era un confesionario sino solo un autobiografía. Mientras los dos han tenido vidas profesionales interesantes ninguno han sido muy convencionales en este arte extraño de cuidar a la gente quienes no solo tienen valor por si mismos, pero también son valiosas delante de dios.
¿Y que es ese necesidad que tiene la gente mayor para contar sus historias?
Supongo que no importa el número de anos que vivimos, todos queremos creer que ha sido de algún valor. Identificando los anos e intentando entender su significado personal y su valor para los demás nos importa mucho. Entre los pocos documentos que mi padre tenia cuando murió estaba uno en que había empezado resumir los acontecimientos de su vida. Estaba intentando recordarlos antes de perder la memoria o también tenia ganas de escribir su historia? He escrito cuatro libros, uno de los cuales se ha publicado. Veo que en la introducción después de poner a quien le puede interesar escribo ‘supongo que el libro esta escrito principalmente para mi’.
¿De qué va todo esto? Básicamente se trata del trabajo que hemos realizado, los lugares donde hemos vivido y a quienes hemos conocido y amado y los que nos han amado dentro de la historia mas amplia en que hemos tendido un papel grande o pequeño. Supongo que tenemos miedo de que nuestras vidas no signifique nada y estarán perdidos en el remolino de los anos. Pues es así! Pero lo más importante es no perdernos. La reflexión nos pertenece a nuestra odisea, no solo para justificar nuestras vidas sino para afirmarlas también.
B.R.