Así era antes

Cuando era joven espero no haber sido demasiado impaciente con los ancianos. Los veía en la calle y en los autobuses. Sabía que eran ancianos porque estaban vestidos como viejos y andaban como viejos. A veces eran miembros de mi familia. Una tía mayor me solía contar historias sobre su juventud desde su cama cuando era pequeño. Era baptista y muy religiosa a diferencia de mi familia inmediata que solo iba a la iglesia una vez a la semana. Y mi abuela tenía la reputación – probablemente justificada – de ser neurótica y quien sufría de enfermedades imaginadas. Y mi abuelo quien me parecía reservado y un poco estricto. Tengo dos recuerdos de el – el cuchillo para la fruta que siempre llevaba y la manera que pelaba las manzana y las cortaba. ¡Y estaba fascinados por las marcas en sus manos como mis nietos están con las mías!

Ahora mientras envejezco me gustaría haber entendido más a mis padres, especialmente a mi padre. Era un hombre fuerte con un gran carácter y bastante tranquilo con un gran sentido de humor. Era reservado y muy típico de su generación. Deseo haberle conocido más. Al final de su vida no estaba en muy buena salud y creo que los médicos se equivocaron en su diagnostico. Quizás no me di cuenta de la seriedad de sus problemas de salud. No podía tumbarse en la cama para dormir y tenia que dormir sentado. Así le encontré una mañana. Ordenado y correcto, así había muerto.

Cuando era niño los ancianos no tenían mucho papel en mi vida. Sin embargo trabajando para la iglesia significaba que empecé a conocerles y ayudarles. Tenia que escuchar largas historias de dolor y sufrimiento, espero que lo hacia con tanta compasión como podía aunque recuerdo una situación cuando alguien me contaba el estado de su juanete y me pregunte ‘¿que diablos hago aquí?

Quizás es solo cuando uno envejece que las complicaciones y peligros de ser un anciano llegan a ser evidentes y empieces a tener compasión para los demás en la misma situación. La tendencia cuando somos jóvenes es decir a los ancianos cuando se quejan sobre las limitaciones de sus vidas es ¡venga anímate! Quizás nos lo decimos a nosotros mismos. Pero no es tan fácil. Ahora sabemos lo que significa cuando tu cuerpo no es como antes. El dolor y la incomodidad y la inseguridad sobre lo que nos pasa y las visitas repetidas al medico forman parte de nuestras vidas…

¡…así era antes!

Bryan

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