En el día de la mujer, 8 de marzo, gritamos a los cuatro vientos que no queremos que nos traten distinto por el simple y mero hecho de ser mujeres. Por eso mismo…
- Puedes pensar de mí que tengo lo que me merezco, o que no merezco lo tengo.
- Puedes pensar de mí que trabajo demasiado o que trabajo muy poco.
- Puedes pensar de mí que valgo lo que me pagan, o que no me merezco el sueldo que gano.
- Puedes pensar de mí que que ese trabajo no es para mí o que soy la persona adecuada para realizarlo.
- Puedes pensar de mí que me quejo demasiado o que no me quejo suficiente.
- Puedes pensar de mí que conduzco muy bien o que soy un peligro al volante.
- Puedes pensar de mí que soy valiente o que soy una cobarde.
- Puedes pensar de mí que tengo capacidad de liderazgo o que no tengo madera de líder.
- Puedes pensar de mí que se me dan bien las ciencias o que soy más de letras.
- Puedes pensar de mí que sé mucho de fútbol o que no tengo ni idea.
- Puedes pensar de mí que fue mi decisión tener hijos o juzgarme por elegir no tenerlos.
- Puedes pensar de mí que soy demasiado mayor para alguna cosas o demasiado joven para otras.
- Puedes pensar de mí que soy inteligente o que no me entero de nada.
- Puedes pensar de mí que he tenido una vida fácil o que me complico la vida.
- Puedes pensar de mí que soy más fuerte de lo que pensabas o que soy muy débil.
- Puedes pensar de mí que se me dan bien los deportes o que los deportes no son lo mío.
- Puedes pensar de mí que grito demasiado o que no se escucha mi voz.
- Puedes pensar que yo tengo la culpa de todo o que no tengo culpa de nada.
- Puedes pensar de mí que valgo menos que tú o que soy mejor de lo que tú nunca serás.
Puedes pensar de mí lo que quieras porque no quiero ni puedo evitar que pienses, pero si piensas eso de mí sólo porque soy mujer, entonces para mí tu opinión no tiene ningún valor.
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