San Francisco Cosmopoly de Silicon Valley


San Francisco, cosmopoli del Silicon Valley, ciudad taxonomista del life style de la costa oeste de los Estados Unidos. Ciudad de espejismos y arquitecturas atrevidas.


Todos ya sabemos que Estados Unidos es un show, y digo show como entretenimiento aplicado a los negocios y la empresa y por deferencia a la sociedad. Este término show no tiene para mí ninguna derivación peyorativa, es simplemente una manera de entender la vida y aquí en USA la vida se entiende a través de la pecunia o billete verde.

La sorpresa agradable que me he llevado desde la llegada al Silicon Valley ha sido descubrir que no sólo la sociedad americana es un business show sino que es una sociedad espectáculo. San Francisco es eso y es más.

La Cultura y el Lifestyle que rodea al mundo Tecky y social media del Silicon Valley es una cultura que se fundamenta en lo íntimo, el trabajo con las entrañas del software, en silencio y con interacción virtual. Su fin es siempre socializar el mundo. De lo endógeno a lo exógeno. Es común que en ciudades como Palo Alto, Cupertino, Mountain View se legisle para promover la vida sana libre de humos, la alimentación saludable, el ejercicio físico, la ecología y el uso eficiente de la energía. Y cuando digo promover o mejor dicho cuando aquí se dice promover eso no significa laxitud. Promover aquí significa que un grupo de ciudadanos han llegado a la conclusión de que es así como hay que vivir y es así como los que viven aquí deben de vivir.

Las pequeñas ciudades del Silicon Valley son ciudades casi de un Mundo Feliz. Todo está regulado, mejor dicho, toda acción fuera de lo que es «correcto» tiene una implicación directa e inmediata en el ciudadano. Por ejemplo, a las empresas instaladas en el Silicon Valley se les obliga a dar una oferta gastronómica a los empleados que sea sana. Luego viene el tema humos y el tema eficiencia energética aunque lo que me resulta más paradójico es observar la cantidad de coches V12, V8, V6. Vamos que el concepto eficiencia ahorro y ecología aquí se entiende como se entiende.

San Francisco es para mi la ciudad oxígeno, la ciudad donde verdaderamente se puede expresar la creatividad desde una independencia de vida o lifestyle libre de los prejuicios de las otras ciudades. Todo tiene cabida es esta ciudad marcada por vidas interesantísima de emigrantes chinos, artistas y diseñadores europeos que han sido comprendidos aquí, empresarios osados y filántropos que libres del peso de la estética europea saben ver donde está el genio. Las gentes de San Francisco no se sorprenden ante la cámara, las gentes de San Francisco entienden que la cámara es parte de la sociedad espectáculo y como consecuencia te regalan expresiones de vida, de realidad, de sociedad viva que son muy difíciles de encontrar en, por ejemplo, Palo Alto.


San Francisco en una ciudad ELEVATOR (ascensor). Me gusta esta palabra porque me transmite la sensación de empuje, de impulso. Sus edificios, sus anuncios publicitarios, sus calles infinitamente empinadas me hablan de los carruseles de la vida, de búsquedas, de éxitos y fracasos. Y todo eso queda reflejado con estilo y diversidad, infinita diversidad.

Hay muchas San Franciscos, me refiero a que hay muchas maneras de observar San Francisco. Hoy toca San Francisco urbano, sus edificios en downtown. Prometo escribir y fotografiar el San Francisco nocturno, la zona gay de Castro, los ambientes que muchos desconocen, los entornos más cools y elegantes y algunos barrios marginales donde se fusiona el tráfico con la literatura. Esta ciudad da para mucho.

Un bocanda de aire y emoción entra en los pulmones al entrar en esta ciudad retro. Iphones, carteles de humanos que nos miran de arriba a bajo como preguntándonos a qué esperamos para dar el salto, tranvías que parece que haya que empujar, gentes colgándose de los tranvías con expresiones de liberación. El museo contemporáneo judío, cubos flotantes sobre las cabezas de niños de papel que no saben qué la historia pende sobre sus cabeza. Iglesias anglicanas penetradas por edificios de kriptonita. Edificios de cómic donde se negocia el futuro del bien y del mal y Armani, emporio Armani sentado sobre una seudoconstrucción clásica que intenta emular la elegancia y paideia griega en el siglo XXI.

Luego están las colas del MOMA SF, el museo de arte moderno de San Francisco. Aquí todo el mundo sabe esperar sin impacientarse, qué lujo. Una figura humana de metal, no sé si hombre o mujer, duerme en el quicio mirando los rascacielos de poder, en lugar de permanecer erecto yace tumbado en un gesto que no se sabe si es de placer o de alerta.


Edificios corporativos, donde se negociaron las hipotecas basura y demás objetos de culto entre los gurús de la economía que llevaron a la masa mundial al caos económico y social saltan ante mis ojos como torres medievales impenetrables. Me recuerdan la película METROPOLIS de Fritz Lang.

Y de nuevo el MOMA y su geometría de Cleopatra, portales gigantes de edificios comuna de 4000 dólares al mes y tres flashes para cerrar hoy: el ayuntamiento por la noche con tiras de inteligencia roja y amarilla representaciones simbólicas de la cultura abierta y la pasión por vivir como uno cree, y una secuencia de la vida percepción que un ciudadano tiene a pie de calle rodeado de estas masas metálicas.

VCrown


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  1. apm 12 años ago

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