Facebook ha conseguido desconcertar a clientes e inversores.
Cuando una empresa cotiza en un mercado organizado, la estrategia es una variable fundamental en las expectativas de los inversores y, por tanto, en la evolución de su valoración. Facebook no quiere ser únicamente una red social y aspira a competir con Google como referencia en tecnología actual y futura, pero su estrategia no está clara del todo.
En febrero compró Whatapp por 19.000 millones de dólares y en marzo Oculus por 2.000 millones de euros. Estas compras han desconcertado a los inversores y se han notado en la cotización de sus acciones, perdiendo un 21% desde el máximo alcanzado el pasado 10 de marzo (72,03 dólares).
Pero también sus usuarios están desconcertados. La utilización masiva de datos e información privada con fines comerciales están minando el principal activo de una red social: la confianza.
Esta mañana he recibido en Facebook una invitación de una compañera del colegio para utilizar un videojuego de guerreros. Sinceramente, no creo que ella, madre de dos hijos, me lo haya enviado.
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