Vacaciones para ciclistas en Europa

Según los expertos de Guardian Travel, estos son los 10 mejores lugares en Europa para pasar unas vacaciones haciendo ciclismo.

1. Yorkshire Dales, Inglaterra: los festivos y algunos fines de semana soleados, las carreteras están muy tranquilas, y se puede disfrutar de maravillosas excursiones de un valle a otro, algo raro en una isla tan poblada. Y aunque nada en el Reino Unido se pueda comparar con las escaladas de los Alpes o los Pirineos del Tour de Francia, en Yorkshire, las subidas desde la parte baja del valle a la cima de los páramos suelen ser una sucesión de falsos llanos y empinadas pendientes. Para un verdadero reto, probar la Etape du Dales que se celebra todos los años en mayo.

2. South Downs, Inglaterra: probablemente no sea el destino más conocido de Europa para hacer ciclismo, ni tampoco del Reino Unido, pero merece estar en esta lista por ofrecer 100 millas casi exclusivamente sin coches entre Winchester y Eastbourne. El camino de South Downs es ciclismo de montaña de lo más atractivo. Los especialistas se pueden dar el gusto de bajar por las caras más empinadas y escarpadas de las montañas mientras el resto pasean por la cresta y admiran las vistas.

3. Ciclismo en Irlanda: la República de Irlanda tiene una envidiable tradición ciclista: Shay Elliot sentaba las bases en la década de los 50 y otros dos grandes corredores como Sean Kelly y Stephen Roche tomaban el relevo en la década de los 80. Ninguno era del suroeste, pero si buscas un sitio donde no se muestren reticentes a la hora de alojar a un ciclista desaliñado, un terreno que suponga todo un desafío y gran cantidad de Guinness para recuperar las calorías perdidas, ve a las carreteras que hay entre Cork y Galway. Las penínsulas de Beara, Iveragh y Dingle son un tesoro y el paisaje de piedra caliza de Burren, en la costa oeste de Co Mayo, es un mundo aparte.

4. Ciclismo en Bélgica: incluso Italia y Francia tienen (probablemente) menos fans de la bicicleta que Bélgica. Además de sus clásicas competiciones, como el Tour de Flanders y Liège-Bastogne-Liège, en Flanders es posible disfrutar de infinidad de carreras de primavera. Para disfrutar de rutas más pintorescas, en cambio, hay que dirigirse Liège, y subir las tres o cuatro millas de escala de los Ardennes, para luego descender. También hay una versión amateur del Tour de Flanders.

5. Ciclismo en las Alpes franceses: como podemos ver en la tele, gracias al Tour de Francia cada año cientos de miles de fans acuden a los Alpes franceses para ver a las superestrellas de este deporte. Lo que no muestran las cámaras son los que a continuación proceden a realizar el mismo recorrido en honor a sus héroes. Alpe d’Huez, Col de Galibier y Col d’Izoard son algunos de los picos más conocidos, pero hay muchos otros. Alpines Etape organiza vacaciones ciclistas en las Alpes francesas desde 495 libras por persona/ por semana en régimen de media pensión.

6. Ciclismo en los Pirineos franceses: aunque quizá menos conocidos que los Alpes, ejercen la misma atracción que estos cuando llega la hora del Tour de Francia. Las cimas son, por lo general, un poco más bajas que las de los Alpes (aunque alcanzan los 2.000m), pero las cuestas tienden a ser un poco más empinadas, dando lugar a menudo a carreras más espectaculares. Los puertos más conocidos son el Col d’Aspin y el Col du Tourmalet. Procura evitar las carreteras principales de los valles, y si te apetece algo diferente prueba dirigirte a los puertos de Soudet y Bagargui, en el País Vasco francés. El Centro de Laurent Fignon en Gerde, ofrece cursos de ciclismo y alojamiento seis noches desde 899€ por persona.

7. Ciclismo en Provenza, Francia: Provenza tiene todo lo que un ciclista puede soñar: un clima excepcional, hermosos paisajes y carreteras vacías, además de la cocina, los habitantes locos por el ciclismo y, por supuesto, el vino. Dirígete a Luberon para ver pintorescos pueblos de montaña; si, en cambio, buscas un desafío, puedes probar diversas subidas en el Plateau de Sault o intentarlo con el temible Mont Ventoux, conocido como el “gigante de Provenza”. French Cycling Holidays organiza vacaciones en la zona.

8. Ciclismo en Dolomitas italianas: Las Dolomitas son para los italianos y el Giro d’Italia lo que los Alpes son para Francia y su Tour. Hay muchos puertos legendarios en los Alpes italianos, como Stelvio, Gavia y Mortirolo, pero son las Dolomitas las que dan escalofríos a los ciclistas profesionales y amateur. ¿Por qué esperar a la estación de esquí? Participa con Sporting Tours en el “Gran Fondo Campagnolo” de las Dolomitas.

9. Ciclismo en los Picos de Europa, España: eclipsados en altura y renombre por los Pirineos y Sierra Nevada, en el mismo país, los Picos de Europa son un maravilloso destino para practicar ciclismo. A veces pasa por allí la Vuelta a España, pero de lo contrario, es tan probable encontrarse un oso como a otros ciclistas. Situado en la costa norte de España, está sujeto a los caprichos del clima atlántico, que puede ser húmedo y en ocasiones salvaje, pero la sensación de aventura lo vale.

10. Ciclismo en Peloponeso, Grecia: si te apetece ir mucho más allá de los centros de ciclismo, merece la pena visitar el Peloponeso. Después de todo, ¿dónde si no puedes pedalear por un idílico paraje literario arcediano y acabar en el hogar de los Juegos Olímpicos? O quizá prefieras visitar la ciudad de Esparta. Vuela hasta Atenas y luego coge el tren a Patras o ve a Piraeus y súbete con la bici al ferry para ir a varios destinos de la península.

Fuente: The Guardian Travel

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