Zapatero y Mr. Windsor

Mr. Windsor – Zapatero: una crónica confusa

Aseguran que el Príncipe de Gales Carlos de Inglaterra tiene cierta fama de «gafe». Podría ser que últimamente, lo que en justicia debería corresponderle al Reino Unido, lo estemos pagando nosotros, aquí en España.

Si no nos bastaba con la avería del submarino Sceptre y las presuntas corruptelas y prebendas fiscales de Gibraltar, resulta que el «hijo del Duque de Windsor» anuncia su enlace con Camilla Parker Bowles, el próximo 8 de abril en el castillo de «Windsor». Algo tenía que suceder…

Hay todo un mundo muy curioso en torno a «los gafes». Los que más creen en ellos son los médicos de los hospitales. Hasta tal punto que tienen «prohibida» la entrega a determinados individuos en momentos críticos. Medida que quizás debería adoptar Moratinos con Carlos para agregar algo sustantivo a su larga lista de éxitos diplomáticos y de paso evitar males mayores.

Lo cierto es que, bromas aparte, nuestra relación con el Reino Unido está gafada desde hace muchos años. Quizás, desde que la Armada Invencible luchó contra los elementos, es una misión imposible para cualquier político. Ni tan siquiera la entrañable amistad entre Tony y José María logró superar el «gafe histórico», dejando solo el intento en unos escarceos amorosos que no pasarán a la posteridad.

Todo esto era para decirles que, pese a la enjundia y complejidad inherente al tema de los gafes, la desgracia del edificio Windsor, el incomprensible incendio, las decimonónicas relaciones España -Reino Unido… Rodríguez Zapatero ha respondido al esteriotipo de un político normal. Ha cogido a Mr. Windsor por debajo del brazo y le ha estampado a Gallardon: «revisa los rascacielos».

¡Bien dicho Presidente! No se puede estar siempre en las nubes.

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