Escuchar música antes, después o durante una operación reduce el dolor y la ansiedad.
Son muchos los estudios que muestran cómo la música puede ser utilizada como una intervención no farmacológica para aliviar el dolor y la ansiedad durante un tratamiento quirúrgico. Y que también es eficaz para reducir la ansiedad, la percepción del dolor y la necesidad de sedantes.
La mayoría de los estudios se han centrado en intervenciones durante el período postoperatorio, pero ahora los resultados de un nuevo estudio muestran que al usar música antes, durante y después de una cirugía, los pacientes están menos ansiosos antes del procedimiento y se recuperan más rápidamente y de manera más satisfactoria tras la operación.
Música antes de la cirugía.
Los procedimientos quirúrgicos, incluso los menores, pueden producir ansiedad en los pacientes. La ansiedad afecta la recuperación postoperatoria, disminuya la tolerancia al dolor y puede afectar a la cicatrización de heridas.
Hay estudios que sugiere, que la reducción de la ansiedad preoperatoria puede conducir a una disminución del dolor, de los vómitos, de las complicaciones quirúrgicas y los tiempos de recuperación. Por lo que las intervenciones de música terapéutica se han sugerido como una herramienta prometedora para facilitar los resultados positivos del paciente.
Música durante la cirugía.
Los usos intraoperatorios de la música son los menos estudiados. Y los pocos que hay sugieren que durante el período intraoperatorio, la música se centra principalmente en enmascarar estímulos de sonido aversivo, reducir la ansiedad y reducir los requerimientos de sedantes y/o analgesia.
Música después de la cirugía.
Más del 80% de los pacientes experimentan dolor moderado a severo en el postoperatorio. El dolor puede llevar a una disminución de la calidad del sueño/descanso, retraso en la cicatrización de la herida, hospitalización prolongada, aumento de los costos y disminución de la satisfacción del paciente.
En general, los estudios que existen muestran que la música disminuye el dolor y las necesidades de analgésicos.
No vale cualquier música.
La música tiene que tener en cuenta ciertos factores para facilitar la relajación y la reducción del dolor.
Las características de la música que se debe utilizar es importante: el tempo, el ritmo y el volumen de la música debe ser controlada cuidadosamente para maximizar su efecto positivo.
• Melodías sostenidas (suaves). No más de 60 decibelios.
• Ausencia general de ritmos fuertes.
• Instrumentos de percusión limitados.
• Sin letras. Pueden ser demasiado distracción o incluso provocar que algunos pacientes se despierten.
Gooding L, Swezey S y Zwischenberger JB. Southern Medical Journal (2012). Más información.
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