10 comportamientos problemáticos en perros y cómo evitarlos

Estos son los 10 comportamientos problemáticos más comunes que tienen los perros, pero todos ellos con paciencia, persistencia y una buena educación pueden modificarse e incluso eliminarse por completo. 

Descubre como modificar estos 10 comportamientos problemáticos de tu perro

1. Que salga huyendo 

Que tu perro salga huyendo puede ser realmente peligroso, ya que las carreteras están por todos lados y además puede llegar a perderse. Por eso es importante entrenar a tu perro para que deje de hacerlo.

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Una forma de evitar que salga huyendo es conseguir que tu perro haga mucho ejercicio, esto evita que salga huyendo ya que no tiene tanta energía acumulada. Por ejemplo, podemos llevarlo a algún lugar seguro dónde pueda correr como loco de manera segura.

Por otro lado, si aun ejercitando a nuestro perro, sigue huyendo podemos probar un ejercicio con una cuerda (mejor si es un poco elástica para evitar que se haga daño al llevar al final de la cuerda). Es decir, cogemos una cuerda larga y la atamos a su arnés. Una vez atado, abre la puerta mientras sostienes una golosina, nos tenemos que quedar en el sitio con la puerta abierta, si su perro sale disparado recójalo con la cuerda que tiene atada al arnés y vuelta a empezar. En el momento que consigas abrir la puerta y no salga corriendo, prémialo con una golosina. pero no comiences el paseo si tu perro no logra esperarte para salir. 

2. Que sea agresivo con otros perros

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Para evitar que nuestro perro se ponga agresivo cuando se acercan otros perros existen varios pasos:

  • Redirigir. En este caso vamos a un lugar poco frecuentado por perros y cuando aparece otro perro, tenemos que llamar a nuestro perro y procurar que nos mire a nosotros en vez de al perro. Cada vez que nos mire debemos recompensarlo con una golosina por ejemplo y así hasta que el perro que ha aparecido se aleje de nuevo.

  • Desensibilizar. En este paso tenemos que llevar a nuestro perro a un lugar que sea frecuentado por muchos más perretes, a ser posible con un chaleco que indique que el perro está en entrenamiento y que no deben acercarse de forma brusca. En este caso repetimos el paso anterior, debemos premiar a nuestro perro cada vez que nos mire a nosotros en vez de a los perretes. Cuando este paso lo haya superado varias veces y su ansiedad por estar viendo a más perros haya desaparecido, estará listo para el siguiente paso.

  • Primer saludo. Una vez superadas las fases anteriores, podemos preparar un primer saludo controlado, con un perro que sea amistoso. Para comenzar ambos perros tienen que estar separados por cierta distancia y caminar de forma paralela. Poco a poco podemos ir acercando nuestro camino al del otro perro junto con su dueño. Deja que los perros se aproximen y olfateen el uno al otro, siempre de forma progresiva. Si aparece algún signo de rigidez o agresión por parte de alguno de los dos perros, aleja de nuevo a tu perro por un tiempo y cuando se calmen podemos volver a intentarlo.

  • Si este primer saludo no sale bien tras uno cuantos intentos, probablemente la mejor opción sea probar con un nuevo perro, quizás el que habíamos escogido no se lleve bien con el nuestro. Si tras unos intentos con diferentes perretes sigue igual, debemos volver a la fase anterior durante un tiempo antes de volver a intentarlo. 

3. Que tire de la correa

Este problema es muy común, pero es un problema sobre todo para los dueños de perros grandes. Los perros tiran de la correa por varios motivos, como por el exceso de energía, el deseo de llegar a lago, el miedo, la ansiedad o el hábito. Por lo tanto, si pretendemos educar a nuestro perro debemos buscar para comenzar un sitio que esté libre de estímulos externos que pueda desencadenar que nuestro perro tire de la correa. 

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Tenemos que seguir tres sencillos pasos:

Primero, empezamos a caminar y al poquito reducimos la velocidad y dejamos que nuestro perro huela si quiere oler.

Segundo, si notamos que nuestro perro comienza a tirar de la correa, debemos detenernos, no hay que tirar de la correa hacia nosotros, pero tampoco debemos permitir que nuestro perro tire de nosotros, tan solo quietos en el sitio con la correa firme.

Tercero, si sentimos que nuestro perro relaja la tensión de la correa, podemos comenzar a caminar de nuevo. Y así debemos seguir, parando cada vez que sintamos que nuestro perro tira de la correa. 

Este proceso requiere tiempo y paciencia, hasta que se acostumbre al perro a no tirar de la correa. Como hemos comentado es recomendable comenzar a entrenar en lugares donde los estímulos sean los mínimos posibles, pues si llevamos a nuestro perro a un parque con más perros o a un entorno con muchos estímulos, se sentirá demasiado ansioso o incluso asustado como para prestar atención y dejar de hacer fuerza con la correa. 

4. Que nos pida comida mientras comemos

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Para educar este comportamiento hay que ser firmes y toda la familia debe participar, porque en el momento que una de las personas le de comida al perro desde la mesa, todo el entrenamiento se habrá perdido. 

Para empezar, nunca debemos darle comida de nuestra mesa, aunque nuestro perro pueda comer comida de humanos, no debemos dársela desde nuestra mesa, siempre la debemos poner en su platito. 

Además, debemos delimitar un espacio en el cual el perro debe estar mientras nosotros comemos. Establecer que zona de la casa es para el perro mientras nosotros comemos es muy importante, llévalo a su rincón y déjale algún juguete con el que pueda entretenerse mientras comemos. 

Por último y como ya hemos comentado, lo más importante para que deje de pedirnos comida mientras comemos, es ser estricto y no permitir que nadie le de comida bajo la mesa. De todas formas, si acostumbras a tu perro a que vaya a su rincón mientras comes, nunca tendrá la posibilidad de mendigar comida.

5. Que haga sus necesidades dentro de casa

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Este es uno de los desafíos más grandes a la hora de educar a nuestro perrete. Estas son las dos acciones más importantes para controlar este comportamiento:

  • Crear una rutina. Que nuestro perro tenga una rutina para ir al baño es fundamental, ya que sabrá cuándo y dónde es apropiado ir al baño.

  • Vigilarle. Vigilar de cerca a nuestro perro nos ayudará a darnos cuenta de cuándo ha tenido un accidente y ha hecho sus necesidades cuándo no tocaba y dónde no tocaba, esto nos permitirá regañar y reprimir ese comportamiento, para que entienda que no ha hecho las cosas bien.

6. Que salte en nuestras piernas

Este comportamiento es de lo más común y existen varias formas de modificar y eliminar este tipo de saltos. Lo mejor es ir probando cada una de estas técnicas en fases distintas, para ir avanzando y obtener el resultado deseado. 

Perro saltando sobre su dueño

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Estas técnicas son:

  • Ignorarlo. Pongamos un ejemplo, llegas a casa y tu perrete de la emoción de verte se pone a saltar sobre ti. Lo mejor que puedes hacer es ignorarlo y cuando se calme ya ir a darle mimos.

  • Darte la vuelta. En este caso cuando nuestro perro salta sobre nosotros, lo que debemos hacer es darnos media vuelta. Así asociarán que cuando saltan no consiguen el efecto que buscaban que era tú afecto, si no lo contrario. Esta técnica es muy similar a la anterior. 

  • Sujeta su pata. Cuando tu perro se suba sobre ti, cógele la pata mientras le ignoras durante unos segundos.

  • Empujar con la rodilla. En este caso cuando el perro salte, en vez de darte la vuelta, da un pequeño empujón suave con la rodilla para que el perro se caiga de tus rodillas al suelo.

  • Usa la correa. Esta técnica sirve sobre todo cuando hay invitados y sabe que su perro saltará sobre ellos, pero ellos no conocen estas técnicas por lo que podrían estropear nuestro entrenamiento. Lo mejor en este caso es ponerle la correa a nuestro perrete y atarla bien, para evitar que llegue a los invitados y salte sobre ellos.

  • Las golosinas. Dale una recompensa a tu perro cada vez que mantenga las cuatro patas sobre el suelo.

7. Que muerda a las personas

Debemos enseñar a nuestros perros que cuando juegan no deben morder con brusquedad, ese comportamiento ha de educarse desde pequeños, ya que al ser cachorro la mordida quizá no duela, pero al hacerse mayores puede ser peligroso que nuestro perro no sepa controlar su mordida.

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Las técnicas para corregir este comportamiento son:

  • Redirija la mordida a un juguete. Si estamos jugando y nuestro perro intenta mordernos, debemos apartarlo y mover su moca hacia el juguete. De esta forma cuando nuestro perro quiera jugar sabrá que debe morder el juguete y jugar con nosotros un tira y afloja por ejemplo, pero que la mordida nunca debe ir hacia nosotros.

  • Si esta técnica no funciona y tu perro continúa mordiéndote, ignorando los juguetes, lo que debemos hacer es ignorarlo. Es decir, si nuestro perro nos muerde buscando jugar, debemos regañarlo y separarnos dejando de jugar con él. De esta forma aprenderá que si muerde obtiene una consecuencia no deseada, que tú no juegues con él. 

8. Que muerda nuestras cosas

Masticar es una actividad fundamental para los perros, deben masticar por su salud dental y a modo de conocer el mundo que les rodea. Pero debemos educarles a no morder aquellas cosas que no se deben morder

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Para ello existen dos pasos a realizar. Por un lado, comprarle juguetes mordedores, cuantos más juguetes para morder tenga menos tiempo tendrá para morder por ejemplo nuestras zapatillas. Pueden ser juguetes tanto artificiales, como objetos naturales aptos para que los perros los mastiquen. 

El segundo paso es redirigirlo. Es decir, una vez que nuestro perrete ya tiene su arsenal de juguetes para ser mordido, debemos enseñarle que cosas son suyas y cuáles no. Por ejemplo, podemos dejar en nuestro lado del suelo nuestras zapatillas o cualquier otro objeto que haya mordido con anterioridad y no deba morder, y luego en su lado dejar sus juguetes mordedores. Si quisiera venir a morder nuestros objetos, tan solo tenemos que redirigirlo a los suyos y darle algún juguete mordedor. Esto puede llevarnos semanas de práctica y repetición antes de que nuestro perro asocia que objetos son suyos y cuáles no.

9. Que nos robe comida 

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Este comportamiento, aunque parezca que no, puede ser peligroso para nuestro perro ya que le puede llevar a comer algo que no deba. Existen varias técnicas para modificar este comportamiento:

  • Enseñarle autocontrol. Debes enseñar a tu perro a que te tenga paciencia, ya no solo en la comida si no en todas las actividades como ir a pasear, jugar con la pelota o realizar cualquier acción. En este caso el perro debe aguantar las ganas de lanzarse sobre su plato de comida, debemos conseguir que este «quieto» hasta que le demos el «adelante» para que puedan comer. Para ello le decimos que se esté quieto mientras ponemos el plato, si se lanza sobre él se lo quitamos, en cambio si permanece quieto podemos premiarlo con una golosina antes de dejarle decirle «adelante».

  • Enséñale lo que es suyo. En este paso debemos enseñar a nuestro perrete que cosas son suyas y que cosas son tuyas. Está técnica es parecida a la que usábamos para evitar que mordiera nuestras cosas, en este caso debemos enseñarle que no debe comerse nuestra comida. Para esta técnica necesitamos que nuestro perro ya tengo un mínimo de autocontrol. Tenemos que poner comida de humanos y decir que eso no es para ellos. Si intentan ir a comérsela, debemos apartarlos hacia atrás y comenzar de nuevo. Si conseguimos que ignore la comida de humanos, le recompensamos con una golosina.  

10. Que ladre

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Que nuestro perro ladre es normal, tan solo se considera un problema de comportamiento, si ladra de forma continua y por todo, de forma que llegue a ser frustrante para nosotros. Existen varias cosas que podemos hacer para evitar que nuestro perro ladre:

  • Cubrir las ventanas. En el caso de que nuestro perro ladre por todo lo que ve en la ventana, la solución más sencilla es cubrir la ventana. Nuestro perrete no podrá ladrar si no ve nada por lo que ladrar.

  • Llámalo cuando ladre. Si nuestro perro está ladrando por algún motivo que conocemos, lo mejor que podemos hacer es llamarlo y que venga a nosotros. Cuando llegue a nosotros y deje de ladrar debemos premiarlo, con alguna golosina o algo que le guste comer. Así asociará el dejar de ladrar a recompensa y se mantendrá callado.

  • Enseñar los comandos de «hablar» y «silencio». Esta técnica lleva tiempo y paciencia, sencillamente cuando nuestro perro ladre tenemos que decirle «habla» y si ladra premiarlo, en cambio cuando decimos «silencio» y se ponga tranquilo y callado, le premiamos de nuevo. Con el tiempo, nuestro perrete comprenderá ambos comandos y nos hará caso.

  • Tiempo fuera. Si nuestro perro está tan ansioso que nada parece calmarle, lo mejor es que lo saquemos de la habitación en la que nos encontremos y lo dejemos encerrado en algún lugar, sin muchos estímulos. Cuando deje de ladrar podremos dejarle entrar de nuevo a nuestra habitación.

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