Madrugar, levantarse temprano es una costumbre de las áreas rurales, un placer perdido en las áreas urbanas, donde muchos practican el culto a la noche y viven de espaldas a la mañana.
Madrugar en las áreas rurales
En muchas áreas rurales de España hace escasamente 50 años no se disponía de luz eléctrica. Aprovechar la luz natural era lo más cómodo y práctico. Con esta costumbre el hombre daba continuidad a unos hábitos seguidos desde su existencia y la de sus antecesores durante miles de años y quebrada recientemente. Todavía hoy algunos que practican “ver a amanecer”, esto es, presenciar la salida del sol, confiesan que sienten como si se “cargasen de energía”.
En el campo se tiene claro que durante las primeras horas de la mañana sucede algo especial, el cuerpo humano “se nutre” de una energía especial, lo que se trabaja o se hace “luce”, esto es parece como si se hiciera mejor y más fácilmente. El que se levanta temprano, se levanta con buen pie y generalmente le siguiría la suerte durante todo el día.
El refranero español y los dichos confirman de mil formas las ventajas de madrugar.
El más conocido: “Al que madruga Dios le ayuda”. Otros menos conocidos, eran aliados de las madres para sacar a los niños y jóvenes de la cama por las mañanas:
“A la una canta el gallo
a las dos la tutuvía
a las tres el ruiseñor
a las cuatro ya es de día
a las cinco sale el sol”.
Y muchos refranes ya clásicos del refranero:
«Quien quiere prosperar, empiece a madrugar»; aunque con el sabio contrapunto de que «No por mucho madrugar, amanece mas temprano».
«Uno que madrugó, una bolsa se encontró»; también con contrario: «Más madrugaría el que la perdería» (también contrario «Eso cree el que por la noche la perdió»).
Madrugar, renovar la vida
Los animales domésticos y salvajes son muy madrugadores. Los cazadores saben bien que a primeras horas de la mañana empieza una intensa actividad en la naturaleza. Tras el descanso de la noche los animales son muy activos… Hace años algunos cazadores lo recordaban con dichos como el de:
A la orilla de una pendiente dos liebres juntas de madrugada una a otra se decía:
– Si tuviéramos la suerte que al Leuterio y Juan fuentes les tocara por aquí.
– Es preciso el enterarse que con tiempo hay que largarse, porque detrás viene el Marqués y don Luís
Pájaros que cantan, depredadores que acechan… todo un espectáculo de la naturaleza que aquellos que han vuelto al ámbito rural pueden redescubrir y disfrutar. Otra ventaja para aquellos que quieren rememorar las costumbres y hábitos de la vida en el campo.